"Estaba lloviendo, sentimos que desde el Arroyo Conventos venía algo fuerte que no era lluvia. Parecía que venían 10 mil caballos hacia la casa". José Luis Scabino (43) estaba durmiendo, al igual que el resto de su familia, cuando la turbonada llegó a Melo a las 6:30 de la mañana del lunes.
Después de sentir ese sonido tan fuerte que lo despertó, vio a unos metros que la turbonada se dirigía hacia su casa, ubicada en el Barrio Sur, a diez cuadras del centro de la ciudad. "Fueron minutos desesperantes, muy feos", recuerda Scabino. Su pareja y su suegra se metieron en el baño y él se quedó debajo de una puerta. "Siempre dicen que en situaciones así hay que ponerse abajo de una abertura y eso hice", dijo a El Observador.
Esos diez minutos que duró la turbonada, que alcanzó rachas de viento de 120 kilómetros por hora, parecieron horas para Scabino y su familia, mientras esperaban en su vivienda, una de las 50 afectadas por este fenómeno. En su casa se voló parte de un techo y se rajaron las paredes, pero no hubo lastimados. La peor parte se la llevaron los vecinos de Scabino. "Cuando terminó todo, salí y vi que a mis vecinos les fue peor. A uno le arrancó el techo íntegro y apareció en la vereda", relató.
Las familias de la calle Juana De Ibarbourou cercanas a la vivienda de Scabino son, en su mayoría, numerosas: en algunas habitan diez personas o más. Como la situación no era tan compleja en su casa comparada con la de sus vecinos, Scabino ayudó a colocar provisoriamente nailon en el techo de estas viviendas para aguantar la lluvia que todavía continúa.
Scabino trabaja en un correo privado y practica ciclismo. El mismo lunes empezó a arreglar el techo de su casa, con la ayuda de sus compañeros del Club Ciclista de Cerro Largo, que prometieron volver el sábado para continuar con los trabajos. Además, el intendente de Cerro Largo, Pablo Duarte, visitó el barrio y entregó donaciones de la intendencia con materiales para la reconstrucción de las casas afectadas.
"La situación sigue complicada, está lloviendo y hay muchos destrozos, pero lo peor ya pasó", comentó. Su pareja y su suegra quedaron asustadas luego de la turbonada, un fenómeno que no se había visto con esta intensidad en el departamento.
Según el Sistema Nacional de Emergencias (Sinae), unos 20.000 usuarios quedaron sin energía eléctrica en Cerro Largo, servicio que fue retomado en horas de la noche. Este martes todavía quedaban unos 2.000 clientes afectados. A su vez, el servicio de agua estuvo interrumpido durante buena parte de la jornada del lunes.
Las zonas más afectadas son Chacras de Melo, Cañada Sarandí y Cañada Simanca, que van desde la ruta 7 hasta la 8.
Dos personas resultaron heridas: la dueña de una casa que se derrumbó totalmente y un peón rural, pero ambos están fuera de peligro. Hasta el momento hay tres personas evacuadas –un adulto y dos niños– que se encuentran en el gimnasio municipal, ya que el techo de su casa corre grandes riesgos de derrumbe, informó Eccher. La mayoría de las personas cuyas casas se encuentran sin techo o en peligro de derrumbe prefirieron no abandonarlas para tenerlas vigiladas.
En la ciudad, el barrio Hipódromo fue uno de los más afectados. Este sábado se presentaron mejoras en el predio del hipódromo de Melo, como las caballerizas y el largador, que se rompieron porque cayeron árboles de grandes dimensiones sobre la pista. Además, algunos caballos resultaron lastimados.
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