Desde 2004, las mujeres se ven obligadas a dejar Fernando de Noronha, un archipiélago de Brasil declarado patrimonio de la humanidad, y dar a luz en Recife, la capital del estado de Pernambuco, situada a 545 kilómetros. La razón es que en ese año cerró la última unidad de maternidad de la isla.
Las autoridades decidieron clausurar el servicio del Hospital San Lucas debido a que la infraestructura era demasiado costosa para la media de 40 nacimientos anuales, informó BBC. De esa situación habla el documental Nadie nace en el paraíso, del brasileño Alan Schvarsberg.
Algunos habitantes se quejan de que es una "violación al derecho de nacer" si bien no existe ninguna ley que impida dar a luz en Fernando de Noronha. No obstante, la Coordinación de Salud se encarga de que las madres dejen el pueblo a partir de la semana 34 de gestación.
Monique Souza relata su experiencia en el documental. "Lo peor es tener que salir de tu casa (...) Había unas 40 mujeres embarazadas en aquella época y unas cuatro esperaban dar a luz en las mismas fechas que yo", recordó. Y precisó: "Escuché que a otras madres les llegaron a decir que la culpa sería de ellas si el bebé tenía complicaciones".
A las mujeres se les paga el avión de ida y vuelta para ella y sus acompañantes. En algunos casos se les paga también el alojamiento en un hotel, tres comidas al día y gastos de transporte.
Para Marilde Martins da Costa, quien cumple su tercer mandato en el organismo de salud de Noronha, "el problema es puramente político".
"No se justificaba que, teniendo una o dos parturientas al mes y un vuelo diario, tuviera que venir un médico y un anestesista para el parto. Llegaban un día y volvían al otro", explicó a BBC Brasil.
De acuerdo a la coordinadora de salud de la isla, Fátima Souza, es inviable reabrir el servicio de maternidad en Noronha, principalmente por la falta de recursos; se necesitarían al menos US$ 38.000 al mes.
Para Alan Schvarsberg esto es más grave de lo que parece: "En mi opinión es una forma de exterminio de la población local muy perversa (...) Esto está provocando que, poco a poco, menos mujeres quieran quedar embarazadas".
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