La premisa escapa por completo al hecho en sí. El hecho en sí es volverse invisible -mediante algún método, puede ser científico o no, da igual- pero esto es circunstancial. La premisa es en realidad una pregunta ¿qué hacemos si nadie nos ve? O mejor aún ¿los límites éticos y morales permanecen cuándo nadie puede verte para marcarlos? Si nos guiamos por cómo ha funcionado en su inmensa mayoría esta premisa en la ficción, la respuesta es absolutamente no.
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