En la sesión del Consejo del Mercado Común de este lunes se analizará una propuesta concreta de flexibilización presentada por Uruguay

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¿Qué propone Uruguay a sus socios para flexibilizar el Mercosur?

El documento presentado por Uruguay busca permitir que cuando los cuatro socios del bloque estén negociando en conjunto”, cada país pueda presentar “ofertas individuales” a la contraparte
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26 de abril de 2021 a las 05:01

El canciller Francisco Bustillo se reunirá este lunes de manera virtual con sus pares de Argentina, Brasil y Paraguay para analizar, entre otros asuntos comerciales del Mercosur, una propuesta concreta de flexibilización presentada por Uruguay, en momentos en que el bloque atraviesa fuertes críticas internas.

En un contexto marcado por la incertidumbre política en Argentina y Brasil y un consiguiente escepticismo entre políticos, diplomáticos y expertos en comercio exterior respecto a las probabilidades de éxito, el documento presentado por Uruguay será uno de los dos temas arriba de la mesa en la sesión del Consejo del Mercado Común (CDC) junto al planteo de revisión del Arancel Externo Común (AEC), que sesionará este lunes a la hora 11.

El escrito uruguayo, del que ya fue enviado un borrador a los socios, contiene diversos escenarios y modalidades a través de los cuales los países del bloque podrían avanzar, cada uno a su ritmo, en acuerdos comerciales con terceros.

El texto prevé la aprobación de un Plan de Negociaciones Externas en el primer semestre del año que tiene entre sus objetivos consultar a varios países como Estados Unidos, China y el Reino Unido si están interesados en negociar con el Mercosur, según se detalla en el documento al que accedió el semanario Búsqueda y confirmó El Observador.

Además, se establece que el CMC deberá autorizar esta estrategia con “prioridades, objetivos y plazos a los efectos de acelerar y mejorar el acceso preferencial de la oferta exportable de los Estados Partes en terceros mercados”. Esto siempre que la propuesta se apruebe sin cambios, en lo que sería el escenario más favorable para el gobierno. Pero el propio canciller uruguayo adelantó que espera que la reunión de este lunes sea el "principio" y no el final de la discusión propuesta por su país. 

El plan incluye la identificación de potenciales mercados en los que podrían aplicar “diferentes velocidades” y en ninguno de sus pasajes hace mención a la resolución 32 del año 2000, cuya extendida interpretación es que los países del Mercosur no pueden negociar acuerdos con terceros de forma individual, a pesar de que nunca fue refrendada.

La propuesta, elaborada por Cancillería y Economía, se divide en cuatro áreas a tener en cuenta. En una de ellas se encuentran los acuerdos que se pueden concretar en el semestre y que requieren su posterior firma y ratificación. En esta condición ubica las negociaciones con la Unión Europea y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA, por sus siglas en inglés), que es integrada por Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza.

Un segundo grupo de interés, según el proyecto de Uruguay, es aquel en el que hay negociaciones que requieren “mayores avances” para lograr “su rápida finalización”. Este es el caso de las conversaciones con Corea, Canadá, Singapur y el Líbano.

El tercer bloque está integrado por Indonesia, Vietnam y otros “países de Centro América a ser confirmados”, con los cuales “se acordó iniciar negociaciones, o ya existen diálogos exploratorios”.

La cuarta área del plan incluye países con los que se muestra disposición en “iniciar contactos para corroborar su interés en negociar acuerdos con el Mercosur: Estados Unidos, China, Japón, Reino Unido, India, Unión Económica Euroasiática, Consejo de Cooperación del Golfo, Turquía, Nigeria, Tailandia y Malasia”.

Por otro lado, el mecanismo incluido por Uruguay -que tiene en principio el apoyo de Brasil y la negativa de Argentina y Paraguay- busca permitir que cuando los cuatro socios del bloque estén negociando en conjunto”, cada país pueda presentar “ofertas individuales” a la contraparte.

Otra de las alternativas es que los socios presenten “una misma oferta”, pero con “plazos de aplicación/desgravación” distintos y una tercera opción contemplada en el borrador se relaciona con habilitar a que haya distintos “ritmos de negociación”. A su vez, la propuesta le permite a un país negociar con terceros no incluidos en el plan que acordara el CMC.

 “Si la prioridad asignada o la no inclusión en el Plan de Negociaciones Externas de un tercer país o grupo de países no resultara satisfactoria para uno, dos o tres Estados Partes”, estos “podrán iniciar las negociaciones de preferencias arancelarias con esas contrapartes, ya sea en forma grupal o individualmente”, establece el artículo 8. 

De todas formas, el segundo inciso del artículo indica que los países que sigan ese camino de negociación individual deberán comunicarlo al Grupo de Mercado Común, así como también mantenerlo al tanto del progreso de las conversaciones. 

El proyecto es menos detallado en cuanto a la posible baja del AEC, fijado en 1994 y cuyo proceso de revisión comenzó hace dos años. Por un lado, prevé “aprobar las modificaciones" al AEC que "se incluyen como anexo y forman parte de esta decisión”. Mientras que, por otro lado, instruye al bloque a que “continúe evaluando” nuevas “alternativas para perfeccionar y revisar" este punto. 

Este lunes Uruguay buscará concretar una vez más su complicidad en Brasil como principal aliado. De hecho, ya en la última cumbre del Mercosur que terminó con el duro intercambio entre el mandatario Luis Lacalle Pou y el presidente argentino Alberto Fernández, ambos países se negaron a firmar una declaración conjunta del bloque que no incluyera un llamado a la flexibilización, como finalmente ocurrió.

Sin embargo, existe cierto escepticismo respecto a la actitud que asumirá el gobierno de Jair Bolsonaro, que entre otras llevó al canciller Ernesto Araújo -aliado de Uruguay en sus pretensiones aperturistas, y principal interlocutor de la cancillería conducida por Bustillo- a presentar su renuncia.

En su lugar asumió Carlos Franco França, que en una intervención del pasado viernes en el Senado brasileño se limitó a decir que su país concuerda con echar mano “cuando sea necesario, a flexibilidades que aseguren que los tiempos y sensibilidades de algunos no perjudiquen deseos de los demás de avanzar”.

 

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