"Quién no": el último libro de la argentina Claudia Piñeiro

Tras un comienzo vacilante se decidió por la novela policial donde destacó con obras como Las viudas de los jueves, Elena sabe, Las grietas de Jara o Betibú, varias de ellas llevadas al cine con mayor o menor suceso. También escribió guiones para televisión y dramaturgia, pero nunca cuentos como los que presenta en este Quién no (Alfaguara, $ 490 ), que se compone de 16 relatos más o menos breves, que se apegan a la realidad cotidiana para mostrar una sociedad fragmentada donde los vínculos son cada vez más difíciles de mantener y el hilo siempre se corta por el lado más fino.

En cada uno de los cuentos Piñeiro hace gala de una prosa directa y sencilla, apta para todo público, que por momentos se vuelve algo gélida, sobre todo cuando el tema tratado es duro como un aborto clandestino practicado con aguja de tejer, la muerte de un hijo o el abandono tras 25 años de matrimonio. 

Esa frialdad formal le juega sin embargo a favor la mayoría de las veces, ya que logra una distancia que la aleja de sentimentalismos o metáforas lacrimógenas. La voz omnisciente lo sabe todo, pero revela lo justo, como para que el lector haga el resto.

Piñeiro se muestra versátil a la hora de presentar personajes, siendo igual de efectiva cuando la protagonista de la historia es una mujer o un hombre. Muestra piedad y empatía sin que le importe el género, con historias que tienen un eco que recuerda a Raymond Carver en el manejo de las situaciones de pareja.

Los dos padres echados por sus respectivas mujeres que se juntan por azar al final de Lo de papá, son un ejemplo de cómo Piñeiro no divide en buenos y malos. La separación afectiva, la muerte del proyecto común, el nuevo rol de padre divorciado, los hijos y la sensación de tener que empezar de cero otra vez, son descritos con gran eficacia y tacto.

En Dos valijas, en cambio, es una mujer la que descubre tras la muerte de su marido que el hombre tenía otra familia paralela, pero casi calcada a la suya, recurso literario estupendo que habla sobre lo que se tiene en casa y lo que se busca afuera.

Pero no todo queda en el ámbito doméstico aunque siempre parta de allí. En Claro y contundente, un matrimonio lucha para que un colegio acepte a su hijo diferente entre sus filas y se da de bruces con el prejuicio académico y social que rodea a la institución. En Carla y Rubén estilistas, la competencia comercial entre dos peluquerías sirve para mostrar el peso de la avaricia y los recursos insólitos de dos mentes distintas para no hundirse en el mar del capitalismo argentino.

Pero no todo es drama porque también hay espacio para relatos más amables como Con las manos atadas, que narra desde el humor la concreción de una fantasía sexual durante un robo o La madre de Mariano Osorno, que presenta un incidente menor en una cancha de fútbol que deviene en una situación absurda para habla sobre la maternidad. También Bendito aire de Buenos Aires, que describe la obsesión creciente de una mujer cuando una amiga no le contesta el teléfono y la evade constantemente.

Con Quién no, un buen libro de relatos, Claudia Piñeiro demuestra una vez más que es una escritora solvente, con cosas importantes para decir.