Todo Nacional festeja el golazo de Sosa de tiro libre

Fútbol > RECUERDO CLÁSICO

"Yo les decía a mis compañeros que se tiraran cerca del área"

Ruben Sosa recordó su golazo en 1998, la incidencia de Hugo De León y una anécdota con José Herrera tras una patada infernal
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05 de abril de 2017 a las 05:00

"Ganar un clásico es como ganar un campeonato. Yo jugué Lazio-Roma, Inter-Milan y Borussia Dortmund-Schalke 04 pero nada se compara a un Nacional-Peñarol. La pasión de la gente, la ansiedad 15 días antes y la importancia del resultado hacen que se viva diferente. Si ganaba un clásico ya me sentía campeón", dice Ruben Sosa apenas se enciende el grabador luego de aceptar la invitación de Referí para recordar un clásico histórico.

¿El elegido? El que se jugó en el Estadio Centenario el 27 de setiembre de 1998. En aquella ocasión, Nacional no solo le ganó a Peñarol por 4-2, sino que prácticamente le cortó la posibilidad del sexenio, en un partido muy polémico donde Olivier Viera, el árbitro del partido, fue absoluto protagonista.

Poco le importó a Sosa, que fue titular en aquel equipo que alineó Hugo De León y se convirtió en figura capital del clásico. Leonardo Romay, Cecilio De los Santos, Damián Rodríguez, Jorgeao, Federico Bergara; Gianni Guigou, Marco Vanzini, Carlos Camejo, Gustavo Varela; Ruben Sosa y Gabriel Alvez fueron los once que salieron a escena a defender a un Nacional igualado en puntos con Peñarol pero con la obligación de cortar cualquier posibilidad de sexenio.

"Teníamos un equipo bárbaro. Estaba Mario (Regueiro), el Chispa (Jorge Delgado) y Milton (Núñez), que no fueron titulares pero volaban, hacían goles, eran importantes. Ese clásico marcó un antes y un después en Nacional. Con Hugo (De León) interpretamos que había que formar un Nacional ganador y los jugadores que vinieron después entendieron ese mensaje. Hugo era un DT muy serio, trabajaba mucho y el profe Gesto te inventaba todo. Nos enseñó hasta como dormir (risas)", agrega Sosa con su habitual estilo sobre ese plantel que marcó un quiebre en el dominio aurinegro de esa década.

A los 29 minutos y con el partido ya en ganancia para Nacional por 1-0 con gol de Gustavo Varela, Nacional tuvo un tiro libre contra el arco que defendía Claudio Flores. El equipo de Gregorio Pérez buscó altura para desviar la pelota. Óscar Aguirregaray, Robert Lima, Mario Barilko, Marcelo De Souza y José Herrera se replegaron intentando que la pelota no se metiera.

Sosa, de exquisita pegada, lo resume como en un sus épocas de definidor: "A mí me encantaban las pelotas quietas y los tiros libres de lejos eran como penales. Yo les decía a mis compañeros que se tiraran cerca del área ante cualquier contacto, que una iba a tener". Sosa disparó y la pelota pasó limpia la barrera para besar el ángulo ante la mirada estéril de Flores, que quedó petrificado.

El descuento de José María Franco para Peñarol, la ventaja de Gianni Guigou para Nacional y el esfuerzo de Pablo Bengoechea para volver a recortar distancias se fueron por la borda cuando Milton Núñez firmó el 4-2 definitivo. El resultado desató un caos en la AUF, ya que Olivier Viera le anuló dos goles a José María Franco que perjudicaron a Peñarol y el club lo vetó en el Colegio de Árbitros hasta el año 2000.

Sosa jugó muchos clásicos y le tocó ganar y perder de las formas más inverosímiles posibles aunque aclara que las sensaciones luego de un partido de esta magnitud solo la viven los protagonistas: "El clásico uruguayo lo ven en todo el mundo, es un atractivo de nuestro fútbol. Todo el país está pendiente y es una fiesta que nadie se quiere perder. Cuando ganaba un clásico me daban ganas de salir a comer afuera, de salir a caminar para que los bolsos te feliciten y te den para adelante. Es lindo ver la alegría que se genera en la gente. Cuando perdía me encerraba en mi casa cinco días y no quería ni asomar la nariz de la vergüenza. Esos momentos los vive solo el jugador de fútbol. Si ganas no te duele nada y si te toca perder no te podés levantar de la cama".

Sosa, que irá al clásico acompañado por Fernando Morena gracias a la gestión de un patrocinador de ambos clubes, tiene su receta previa: "Los clásicos son todos distintos, porque uno puede empezar bien un partido y un error te cambia toda la planificación. Todos los partidos hay que vivirlos hasta el final, porque se deciden en los últimos minutos. Me toco ganar clásicos en el último minuto y perderlos pero hay algo claro, nunca se puede especular".

Ese clásico tuvo la expulsión de José "Pepe" Herrera, con quien Sosa tiene una relación de amistad por fuera del fútbol: "Herrera es un gran amigo de la infancia. El viernes comimos un asado en su casa y el domingo se jugaba el clásico. Ni bien arrancó el partido me pegó tres patadas muy duras. Le dije 'aflojá un poco nene' y me contestó 'acá no pasas, te voy a partir al medio'. ¡Y éramos los mejores amigos! (risas). El fútbol lo vivimos así, después del partido ya volvíamos a ser amigos como siempre. Otro así era Jorge Gonçalves. El Tito era duro en la cancha, pero afuera es un tipo muy derecho, un profesional intachable. Me queda un gran recuerdo de él".

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