Tras adentrarse en el Hollywood clásico con su última película, Mank, David Fincher regresa al thriller que le aupó a la gloria en los 90 con El asesino (The Killer), en la que convierte a Michael Fassbender en un asesino infalible de inspiración zen que un buen día se deja llevar por la sed de venganza.
"No lo veo como una película de asesinos, sino como una historia de venganza", ha dicho Fincher este domingo en la rueda de prensa de presentación del filme, que compite por el León de Oro del Festival de Venecia.
El director de El club de la pelea y Pecados capitales renueva su alianza con Netflix en esta adaptación de la novela gráfica Matz de Alexis Nolent, que pone al espectador en la cabeza del protagonista a través de su monólogo interior y se estrena en esa plataforma el 10 de noviembre.
La trama arranca en París a punto de llevar a cabo una misión más, pero algo sale mal y comienza un periplo de República Dominicana a Nueva Orleans y de Florida a Nueva York y Chicago, para tratar de arreglar las cosas.
"Lo interesante para mí es preguntarnos, cuando interceptas los pensamientos de un personaje, ¿cómo sabés que está diciendo la verdad?; mucha gente se miente a sí misma y me gustaba idea de un asesino que tiene que crearse un código para funcionar pero luego lo desmantela por necesidad", ha explicado Fincher. Ese código, que el asesino se repite incesantemente a sí mismo, le invita a mantenerse fiel a su plan, a no improvisar, no confiar en nadie y, sobre todo, no mostrar la más mínima empatía, pero se viene abajo cuando ve amenazado lo que más le importa.
"La brecha entre su mantra y su comportamiento real, que se ve forzado a adaptar, es el motivo por el que la película y el personaje existen", ha dicho Fincher, que nunca imaginó a nadie mejor que Fassbender para el personaje.
"Tiene unas habilidades y un control excelentes, lo que sabíamos del personaje era muy limitado pero él tiene tantas herramientas que puede darte cualquier cosa que le pidas", ha asegurado y ha descrito su rostro como "un híbrido entre Charlton Heston y Lawrence Olivier".
El guion, adaptado por Fincher junto al coautor de Pecados capitales Andrew Kevin Walker, contiene una crítica al sistema y una invitación a la rebelión, aunque al mismo tiempo el director ha asegurado que la empatía hacia el asesino es "lo último" que tenía en la cabeza.
Preguntado por la huelga de guionistas y de actores en Hollywood, que ha impedido la asistencia al Lido de Fassbender y Tilda Swinton —también en el reparto—, Fincher ha dicho sentirse "triste" por estar "en medio de ambas partes".
"Esta película se rodó durante la pandemia y no quiero tener que volver a hacer nunca más una película a través de un visor, pero dicho esto (...), entendiendo a ambas partes y creo que lo único que puedo hacer es animarles a dialogar", ha agregado.
Y en cuanto a la continuidad de su serie para Netflix Mindhunter, sobre dos agentes del FBI que entrevistan a asesinos en serie, ha descartado que vaya a haber una tercera temporada.
EFE
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