Alerta ante la convocatoria de una nueva movilización de la ultraderecha contra Lula

El respaldo, tras los graves incidentes del domingo 8, no fue al presidente Lula sino al sistema democrático del país. El mismo mandatario puso énfasis en eso, en que no importaban los colores políticos ni el rédito que le podía rendir a cada jefe estatal o fracción política sino que la marcha, acompañada por multitudes, era para aislar a los violentos de la ultraderecha y evitar cualquier lesión a los derechos ciudadanos.

El gobierno decidió reforzar las medidas de seguridad ante la última amenaza de los seguidores Bolsonaro que convocaron por las redes a marchas en todo el país para este miércoles por la tarde. Apenas tres días después del asalto del Congreso, la Presidencia y el Tribunal Supremo en Brasilia, la ultraderecha decide redoblar la apuesta.

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La Fiscalía General de Estado fue la que solicitó extremar medidas según dijo el flamante jefe de Gabinete de Lula, Rui Costa. “Establecimos medidas para reforzar la seguridad en todo el país debido a que están circulando invitaciones a nuevas manifestaciones. Por eso, adoptamos una posición de precaución en torno a la seguridad de la Explanada de los Ministerios y en ciudades de todo el país”, indicó Costa en declaraciones a los medios.

Bolsonaro había difundido la noche del martes un video en sus redes sociales en que dice sin vueltas que Lula “no fue elegido por el pueblo”, sino por los jueces del Tribunal Supremo del Estado (TSE) y del Tribunal Superior Electoral (STF). Solo habían pasado dos días del intento fallido de desestabilizar al gobierno electo y ese posteo fue la mecha para que, en la mañana del miércoles, las redes se inundaran de convocatorias.

Logrado ese objetivo, el propio Bolsonaro borró el video. Se trató de su primera intervención tras los hechos del domingo. Fueron 48 horas de silencio desde el Estado de la Florida en Estados Unidos hasta que el ex presidente decidió tomar la palabra aunque luego borrara el video en el que había un fragmento de una entrevista del fiscal Felipe Gimenez, del estado de Mato Grosso do Sul, abiertamente bolsonarista.

Gimenez expresaba que la victoria de Lula fue un fraude y que el voto en las urnas electrónicas no era de fiar, algo reiterado durante los últimos meses de campaña y que todavía prende en un sector de la sociedad brasileña.

El video tenía una leyenda: “Lula no fue elegido por el pueblo, fue escogido por el STF y el TSE”, en referencia a los dos tribunales que el expresidente escogió hace tiempo como sus principales enemigos.

“Lula no fue escogido por el pueblo brasileño. Lula fue escogido por el servicio electoral, por los jueces del STF y por los jueces del TSE, porque si fuese una elección del pueblo el pueblo tendría poder sobre esa elección, poder sobre el proceso de conteo de los votos”, decía el fiscal Gimenez.

Todavía la teoría de la conspiración electoral y la manipulación de las elecciones siguen siendo sostenida por miles de seguidores bolsonaristas. Aunque el video duró muy poco en la nube resultó eficaz para que sus seguidores más acérrimos verificaran que su silencio no indicaba claudicación.

Tras el asalto golpista del domingo a las sedes de los tres poderes Bolsonaro había dado una respuesta tibia; diferenciándose de las acciones violentas. Dijo que eran “como las protestas de la izquierda”. El video pone en evidencia que no quiere distender el clima de nervios que se vive en Brasil.

El interventor federal en Brasilia, Ricardo Cappelli, ordenó reforzar la seguridad en la capital, y el juez Alexandre de Moraes prohibió expresamente el corte de carreteras y la invasión de edificios públicos en todo el territorio nacional.