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Amaral: "Me lesioné y pasé toda la semana llorando, después me mentalicé"

El volante contó cómo fue la recuperación después de pasar una semana llorando, la importancia de su familia en todo el proceso de recuperación y lo que significa Fonseca en su vida
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18 de enero de 2020 a las 05:02

¿En qué momento está después de la rotura de ligamentos que sufrió el 25 de mayo del año pasado? El jueves en Florida no participó de los partidos, pero sí compartió momentos con los hinchas de Nacional?

Estoy en la etapa final de la recuperación, agarrando minutos en los entrenamientos. El jueves se pasó un lindo momento con los más chicos que pidieron autógrafos, eso lo llena a uno. Pudimos cumplir con eso y también con el objetivo de los compañeros que están sumando minutos de fútbol. Cuando era chico me gustaba que los jugadores de la selección o de Nacional me firmaran autógrafos, y ahora me pone contento ver felices a los niños.

¿Cuándo vuelve a hacer fútbol con el equipo? La ansiedad de la gente es grande por verlo dentro del campo.

Estoy agarrando en la parte táctica y en la física dentro de la cancha, tocando pelota. Mañana (este sábado) me voy a meter para hacer unos minutos de fútbol entre nosotros. Voy a tener las primeras sensaciones para terminar la recuperación. Es bueno para mi, es un lindo comienzo.

¿Si se siente bien capaz que juega un rato el martes contra Atlético Rafaela?

Ojalá, el que decide es el médico. Me va a preguntar cómo me sentí en el entrenamiento. Ojalá se dé cuanto antes, sino vamos a esperar para la Supercopa. En el arranque del campeonato voy a estar bien. Por ahora me vengo sintiendo 10 puntos, pero viste como es, un dolorcito te puede sacar de un partido. No hay que apurarse, primero mañana y después se verá.

¿Durante este último tiempo de recuperación sintió algo?

Por suerte, ninguna molestia en los entrenamientos. Me falta jugar nomás.

¿Se le notan las ganas?

Me muero de ganas por jugar. Pero la lesión que sufrí es medio rara, hay que llevarla de a poco. Me aguanté seis meses, así que por una semanita más no me voy a enloquecer.

¿Cómo fue sobrellevar el largo período de recuperación?

Estuvo complicado. Los primeros dos meses fueron los más duros porque no podía hacer nada. Pasaba de casa al médico, a la recuperación en la camilla. Ver a mis compañeros ir a entrenar y jugar los fines de semana me partía al medio. Después de los dos meses empecé a hacer un poquito más. El apoyo de mi mujer, mis hijas y toda mi familia fue fundamental en el día a día. Me tocó pasar momentos feos pero con el apoyo de ellos me sentí más fuerte.

Siempre resaltó el apoyo de la familia en momentos duros de su vida.

Sí, mi señora y mis hijas de dos años y cuatro meses son fundamentales. Cuando me toca concentrar las extraño y por la mala suerte de la lesión, tuve la fortuna de que las pude disfrutar seis meses en casa.

¿Es la primera vez que una lesión lo saca de las canchas durante tanto tiempo?

La única que tuve fue el desgarro de enero del año pasado, que me hizo perder las dos primeras fechas del Apertura, con Eduardo Domínguez.

"Cuando se lesionó el Mota (Gargano) le mandé un mensaje devolviéndole el cariño que él me dio a mí. Me demostró ser tremenda persona porque después del codazo (en el clásico) me mandó tres mensajes y cuando me lesioné me mandó otro. También recibí de otros jugadores de Peñarol” 

¿Qué fue lo primero que pensó cuando se lesionó aquel día contra Rampla en el Campus de Maldonado?

Nunca me había pasado, entonces pensé que era un esguince de rodilla. Del Campus volví a Montevideo y después manejé hasta La Española o el Británico, ahora no recuerdo bien, me hice la resonancia y a la media hora me dijeron que me había roto los ligamentos cruzados. Me fui para casa llorando todo el camino, ya le había avisado a mi mujer, y me estaba esperando. Pasé llorando toda la primera semana. Después me mentalicé que tenía que cambiar sino me iba a quedar con la lesión. Pasaron dos meses, se me pasó, y por suerte hoy estoy llegando al final de la recuperación. Eso me pone muy contento.

Aquel día fue incluso caminando desde el vestuario al ómnibus, atendiendo a todos los hinchas que le pedían para tomarse fotos. ¿No le dolía la rodilla?

Tenía un poquito de dolor, pero no sabía cuál era el grado de la lesión. Cuando me vine en el ómnibus a Montevideo ya no sentía nada. El médico me dio un pinchazo y pensé que era un esguince. Cuando me enteré de la lesión me destrozó, pero tenía que salir adelante.

¿Durante este tiempo habló con alguien que le aconsejó por haber sufrido la misma lesión? ¿Recibió alguna llamada que le sorprendió?

Apenas me lesioné me llegaron cientos de mensajes de la gente del fútbol. Mis compañeros, gente de Peñarol también, y estoy agradecido a todos. Gente de la selección. Los compañeros en el día a día, el Sebita (Fernández), Guzmán Corujo, me apoyaron y me contaron lo que es la lesión y que la llevara tranquilo porque es medio mentirosa; me agarré a eso.

¿Quién le mandó mensajes de Peñarol?

Muchos. Canobbio, el Cebolla (Rodríguez), el Mota (Gargano), Guzmán Pereira, Thiago Cardozo, Adriano Freitas con quien jugué. Ahora cuando se lesionó el Mota le mandé un mensaje devolviéndole el cariño que me dio a mi; sentí que debía devolverle el apoyo para que no decayera porque se nota lo buena gente que es.

Y eso que con Gargano había tenido una incidencia polémica en el clásico del Apertura, cuando él le pegó un codazo.

Sí, pero lo hablamos y eso quedó adentro de la cancha. Afuera somos personas y no importa la camiseta. Adentro de la cancha cada uno defiende sus colores. Puede pasar cualquier cosa, pero afuera me pareció tremenda persona porque después del codazo me mandó tres mensajes y cuando me lesioné también, porque él había pasado por lo mismo.

¿Lo que hizo más difícil de asimilar cuando se lesionó fue que estaba en un gran momento futbolístico?

Más que futbolístico, me ayudó también la confianza de Álvaro (Gutiérrez). Eso fue fundamental. Desde que llegó me dio la confianza. En lo futbolístico sabía que si me daba la confianza para jugar, que estuviera atrás mío todo el tiempo, iba a agarrar el juego. Por suerte se dio con buenas actuaciones y goles. La lesión llegó en un momento muy bueno, pero no voy a volver atrás porque es peor. Ahora me estoy mentalizando de nuevo, está Gustavo (Munúa) que lo conozco, me hizo debutar y ojalá que me de la confianza para jugar y retomar el nivel que tenía o mejor.

¿Le costó incluir mayor sacrificio a su juego como le pidió Gutiérrez?

Al principio, en las prácticas, sí porque no era mucho de marcar. Pero en el fútbol de ahora marcás, corrés, jugás, hacés todo. Así que me tuve que adaptar y a las dos semanas ya lo había incorporado. Por suerte adentro de la cancha se notaba.

¿Cuál es el rol de Fonseca en su vida, además de ser su representante?

Yo no tengo nada que decir. En su momento tuvimos una pelea pero fue locura mía. Fonseca cumple un rol fundamental en mi porque ayudó mucho a mi familia, me ayudó a mi y cuando yo estuve muy mal, cuando estaba en Racing y nadie hacia nada por mi, él me ayudó en el tema de la dieta, con mi familia. En el día a día me llama, me pregunta cómo estoy, cómo va la lesión. Tengo que agradecerle porque cuando nadie creyó en mi, él apostó por mi y ojalá que algún día le pueda devolver todo lo que hizo.

¿Qué pensaba cuando Fonseca salía públicamente a los  medios y lo cuestionaba por el tema del sobrepeso?

Él me lo decía, ‘mirá que te voy a dar palo para que abras los ojos’. Fue por eso. Nos llevamos 10 puntos, somos medio amigos porque ya son cuatro o cinco años que estamos juntos, conozco a los hijos. Tengo tremenda relación. Él defiende a sus jugadores.

Era una especie de juego mediático.

Sí, además le va bien en eso.

¿Cómo lleva ahora el tema del sobrepeso?

No hay más excusas y no hay que hablar de eso porque estoy 10 puntos. Me falta bajar un kilo para estar en el peso ideal, pero eso se va consiguiendo en el día a día ahora que empecé a correr y entrenar con pelota.

¿Le ilusiona la vuelta de Munúa a Nacional?

Sí, porque me hizo debutar, me hizo jugar. Cuando estuvo Nacional se vio bien en el aspecto futbolística. Quiere mucho juego por el piso, mucha presión y para un jugador de ataque es lindo jugar y presionar cuando no tenés la pelota. Eso te pide mucha concentración en el juego para recuperarla.

¿Qué le pedía en aquella primera época en Nacional?

Primero, que estuviera tranquilo porque eran mis primeros pasos, después que cuando tuviera la pelota que hiciera jugar al equipo. Si la perdía que siguiera intentando y que presionara. Por ahora no me dijo mucho, me dijo que el juego va a pasar por los pies de los delanteros y nada más. Cuando tenga el tiempo para hablar me va a pedir lo mismo seguramente porque es mi juego, pero si me pide otra cosa le voy a cumplir, no tengo drama. Estoy esperando el momento de volver a jugar, porque adentro de la cancha con una pelota es cuando uno más disfruta.

¿Qué significa que haya tantos jugadores de formativas en el plantel principal?

Eso es muy importante, hay juveniles pero los que están son todos buenos. Los grandes apoyan mucho, transmiten su experiencia. Nacional hace años le da posibilidades a los jóvenes, pero hay que estar tranquilo porque los grandes apoyan diariamente.

¿Le sorprendió el nivel que mostró Matías Viña durante el año pasado y que continúa en el arranque de este?

Le pasó lo que le tenía que pasar. Él luchó mucho por estar ahí y hoy se lo está ganando. Lo conozco desde inferiores y me pone muy contento, se le dio lo de la selección, ojalá que pueda jugar la Copa América y que le vaya bien.

¿Qué espera para este año?

Recuperarme bien, arrancar la temporada teniendo minutos, ganar otra vez el Campeonato Uruguayo, hacer un buen papel en la Libertadores, llegar muy lejos. Jugar en Nacional que es lo que me hace feliz y después se verá. Trabajar bien en lo físico, sacar buenas gambas y que las lesiones queden en el recuerdo.

"Decurnex ganó la elección y al otro día llamó a Iván"
Rodrigo Amaral no se fue de la mejor forma de Nacional en 2017. Había dejado de entrenar con el plantel y la negociación con Fonseca no fue fácil. En 2019 regresó y contó a Referí cómo se dio la vuelta: “Estaba en Racing sin jugar. No sé por qué pero no quiero volver atrás porque si no tengo mil cosas para pensar que hice y que no hice, pero lo dejo de lado y pienso ahora en la recuperación. Recuerdo que Decurnex ganó la elección y al otro día ya me llamó Iván (Alonso) que me quería acá, que retomara el nivel que tenía cuando debuté. Apenas me llamó Iván hablé con mi representante Daniel (Fonseca) y él se comunicó con Racing para ver qué iba a pasar conmigo. Por suerte pude salir y hacer la pretemporada acá en Nacional”.
Este sábado empieza a practicar fútbol en Los Céspedes

El plantel de Nacional entrena el sábado por la mañana a puertas cerradas en Los Céspedes y Rodrigo Amaral realizará sus primeros minutos de fútbol con sus compañeros después de una larga recuperación por la rotura del ligamento cruzado de la rodilla derecha que sufrió el año pasado en un partido contra Rampla Juniors por el Apertura.

De acuerdo a lo que explicó el futbolista a Referí, si durante esta práctica no siente molestias, es probable que el martes contra Atlético Rafaela sume otros minutos de fútbol, ahora de manera más formal. La decisión depende del técnico. El partido contra el equipo argentino será en el estadio Lavalleja de Trinidad.

El jueves, tras el partido de Nacional contra la selección de Florida en el Campeones Olímpicos, el técnico Gustavo Munúa se refirió a Amaral: “Está en la etapa final de su recuperación. Ya tiene el alta médica, falta el alta deportiva. Ojalá que lo podamos tener en la próxima semana”.

Amaral concurrió a Florida, estuvo al costado de la cancha junto a sus compañeros, firmó autógrafos y se tomó fotografías con los hinchas.

Se lesionó hace ocho meses, el 25 de mayo del año pasado a los 41 minutos del partido contra Rampla Juniors en el estadio Domingo Burgueño de Maldonado.

El 27 de diciembre último, mientras sus compañeros disfrutaban de la licencia, el 10 publicó en redes sociales el duro entrenamiento que realizaba junto a un preparador físico.

Cuando asumió Gustavo Munúa el 6 de enero, Amaral se integró a los entrenamientos en cancha, aunque diferenciado. El técnico fue el que le dio la primera oportunidad en el equipo principal de Nacional, en la temporada 2015-2016, después de que se destacara en las selecciones juveniles.

Luego de su pasaje por Racing argentino en 2018, Amaral regresó a los tricolores a principio de 2019. Mostrando una gran forma física, con el correr de los partidos se transformó en figura del equipo que empezó dirigiendo Domínguez y continuó Álvaro Gutiérrez.

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