Nacional > Vacunación en caída
América Latina está en el “nivel de riesgo más alto” en décadas de brotes de sarampión, polio y otras infecciones
América Latina y el Caribe era el modelo de las campañas de vacunación infantil. En 1994 fue la primera región en erradicar la polio. En 2016 se declaró libre de sarampión. Y en 2017 Haití notificó el último caso de tétanos neonatal. Pero —desde antes de la pandemia y agravada con ella— las coberturas vienen en retroceso. Tanto que, en el último año, quedó posicionada como la penúltima zona del mundo con peores guarismos.
Al término del último año, uno de cada cinco niños en la región no contaba con todas las dosis de vacunas correspondientes a su edad. Por lo que América Latina “está en el nivel de riesgo más alto” de brotes de enfermedades infecciosas en más de 30 años. Así lo aseguró este jueves el director de la Organización Panamericana de la Salud, Jarbas Barbosa, quien, en conferencia de prensa, agregó: “En la última década asistimos a una caída de las coberturas de vacunación, a la baja en la financiación de vacunas y a una creciente reticencia a las vacunas asociada a la desinformación”.
En Uruguay, el Ministerio de Salud Pública informará la próxima semana la tasa de cobertura de las vacunas que son parte del esquema nacional. Pero fuentes de la cartera explicaron a El Observador que “el país no escapa a la caída” y que, si bien sus programas están mejor posicionados que los pares de la región, “viene evidenciándose la vacilación sobre las vacunas incluso entre población profesional y muy formada”.
Una encuesta que realizó Salud Pública evidencia que los médicos mismos carecen de la información suficiente para recomendar vacunas que son parte del esquema, como la de HPV para la prevención del cáncer de cuello de útero. Y cuando el profesional es el que duda, redunda en no recomendar aquello para lo cual hay evidencia suficiente.
Al respecto, el director Barbosa insistió en que la vacunación no es solo una acción individual, sino una demostración de cuidado al colectivo. Por eso el lema de la semana de la vacunación de las Américas (que inicia este fin de semana) dice: “Ponte al día: cada vacuna cuenta”.
En Uruguay, por lo pronto, la responsabilidad de la caída de las tasas de vacunación pasan por casi todos los niveles: vacunatorios que están cerrados los días y horarios en que los niños no están en clase, las escuelas que dejaron de controlar los carné de vacunación con el énfasis que se hacía otrora, los médicos que están poco informados, los padres que empiezan a dudar, y las vacilaciones que dejó covid-19.
¿A qué se refiere? El MSP observó que tras la suspensión temporal de la campaña de vacunación contra el covid-19 en niños —en el famoso caso del juez Recarey y la demanda de Dentone— hubo una baja en la adhesión a otras vacunas.
A eso se les sumó, dijo una fuente del programa de Inmunizaciones, “un conjunto de personas que consideran que la vida debería ser sin medicamentos ni vacunas, casi como pensar que es más sana el agua directo del río que tras el proceso de potabilización”.
La OPS apuesta que en esta próxima semana de insistencia con ponerse al día con la vacunación, unos 92 millones de habitantes en la región deberían administrarse al menos una dosis. Eso mientras los gobiernos avanzan en mejorar sus programas de base porque América Latina ya no es el modelo, importa diez veces más productos de salud que los exporta, y “enfrenta una crisis inminente en los sistemas de vacunación”.
