Analistas dicen que no todos los "platitos" pueden seguir girando

La analogía de los "platitos chinos" es la preferida del presidente del Banco Central, Mario Bergara, para describir el rol del gobierno en la actual situación económica: la tarea de las autoridades es mantenerlos todos girando de forma ininterrumpida en un difícil –casi acrobático– ejercicio de equilibrio.

Pero los analistas privados son escépticos ante las posibilidades del gobierno de mantener múltiples objetivos de política con los escasos instrumentos y margen de maniobra acotado con que cuenta. Incluso sostienen que es contraproducente apostar a ese equilibrio entre las prioridades, porque puede traer aparejado un costo alto y un escaso beneficio para la economía en su conjunto.

Esa opinión quedó ayer de manifiesto en el desayuno organizado por la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM) en el Club de Golf, que contó con las exposiciones de los economistas Javier de Haedo, Ignacio Munyo y Pablo Rosselli. Los expertos coincidieron en que un tipo de cambio más competitivo, una inflación por debajo de los dos dígitos y una reducción del déficit fiscal, son objetivos cada vez más irreconciliables, dadas las restricciones que supone un escenario externo más hostil.

Sin embargo, la visión en prospectiva y su recomendación de política dista mucho del consenso.¿Uruguay se enfrenta a un shock permanente o transitorio? ¿Cuál sería el costo de permitir una inflación por encima del 10%? ¿Qué rol deberían jugar los impuestos y las tarifas públicas dentro del arsenal de políticas del gobierno? En lo que sí coinciden los expertos es en que las autoridades deberán tomar decisiones difíciles, priorizar algunos objetivos de políticas sobre otros y lidiar con los costos que tendrá aparejada esa decisión.

Javier De Haedo - "El ajuste lo va a imponer la realidad"

El economista Javier de Haedo propuso ayer en su exposición un recorrido por la historia reciente de Uruguay, a través de la imagen de un avión en cuatro fases: el despegue, el vuelo con viento a favor, el tránsito por una zona de turbulencias y un aterrizaje forzoso.

El experto señaló que hoy Uruguay debe prepararse para este último escenario, pero que eso no implica "estrellarse contra una montaña". Según De Haedo, "no tenemos un 2002 por delante", pero prevé que seguramente haya "daños" y "algunas bajas". Dijo que la necesidad de un ajuste es una característica del "aterrizaje forzoso" y que tarde o temprano va a tener que procesarse.

Para De Haedo, el gasto procíclico y la demora en acomodar la economía a los ajustes de los países vecinos son "lecciones mal aprendidas" que llevan a repetir errores del pasado. "El ajuste lo va a imponer la realidad. Va ser el médico el que va a apretar al paciente para que baje el colesterol".

En ese sentido, dijo que "hay que decidir qué platitos se defineden y cuáles se deja caer" y sostuvo que a la luz de las actuales circunstancias, la inflación no aparece como un objetivo tan apremiante como la recuperación de la competitividad.

Ignacio Munyo - "No estamos recibiendo las 10 plagas de Egipto"

El director del Centro de Economía, Sociedad y Empresa del IEEM (Universidad de Montevideo) trazó un panorama más optimista que sus colegas durante su exposición. Dijo que Uruguay no está "recibiendo las 10 plagas de Egipto" desde el exterior y que todavía existen oportunidades para explotar aun en este escenario más hostil.

A diferencia de De Haedo y Rosselli, que prevén una mayor permanencia de esta nueva fase del ciclo económico, para Munyo el shock negativo tiene un carácter más "transitorio". Explicó que la gradualidad con la que se espera que EEUU suba las tasas de interés es una "buena noticia" para Uruguay, que mantiene su atractivo como destino para la inversión. Respecto a la devaluación brasileña, dijo que el vecino país "no tiene necesidad" de profundizar el ajuste y en materia de precios de las materias primas, concluyó que para los alimentos el "panorama no es negativo de cara a los próximos años".

Estableció como prioritario el ajuste cambiario, pero dijo que no es una opción sacrificar la inflación de un dígito. La alternativa es reducir las tarifas públicas y postergar la recuperación de las finanzas del Estado. De esta manera, sería posible "permitir que el dólar llegue a $ 33 sin llevar la inflación a 10%" antes de fin de año.

Pablo Rosselli - "El gobierno debería privilegiar la competitividad"

"Estamos convencidos de que estamos ante un contexto francamente negativo para Uruguay", dijo el economista jefe de la consultora Deloitte, Pablo Rosselli, al comienzo de su exposición. A diferencia de Munyo, sostuvo que el shock externo tiene muchos elementos permanentes y eso obliga a la economía uruguaya a realizar un ajuste, principalmente en sus precios relativos.

Sostuvo que la competitividad uruguaya no solo se vio resentida en los últimos tiempos respecto a Brasil sino también a importantes competidores como Australia y Nueva Zelanda. Señaló que "el fortalecimiento del dólar (a nivel global) todavía no ha terminado", al igual que el proceso de devaluación brasileño. En todo caso, explicó que los actuales niveles del tipo de cambio en el vecino país "no son reversibles" y eso hace necesario el ajuste local.

"El gobierno debería privilegiar la competititividad, aunque eso implique una inflación transitoria por encima del 10%", relexionó el experto. Sostuvo además que en el balance de instrumentos y objetivos vería con buenos ojos un incremento de la presión tributaria para evitar un mayor deterioro de las finanzas públicas y que sería deseable que, de realizarse, se efectuara lo antes posible.