Por Manuela García Pintos, enviada a Durazno
Lo mejor de la genética nacional se exhibió el viernes 28 en la pista de Aberdeen Angus de la 107ª Expo Durazno, que se inauguró el jueves 27 y se desarrollará hasta el próximo domingo en el local Santa Bernardina, de la Sociedad Rural de Durazno.
El criador y productor José Bentancur fue el encargado de jurar -durante la mañana- a los vientres y -en la tarde- a los machos de una de las razas más importantes del país, y la más numerosa en inscripciones de la muestra, que este año contó con 208 cabezas.
En diálogo con El Observador Bentancur mencionó que buscó animales funcionales, lo que su entender “tiene que andar bien” en el campo uruguayo.
“Durazno no deja de sorprender. En las próximas exposiciones vamos a inventar un podio de ocho para ver si logramos destacar a todos por igual. Una felicitación muy grande a los expositores, y a los que quedaron en campaña que sé que empujaron tanto como los que están acá”, dijo.
También comentó que vio mayor cantidad de machos con un perfil más inclinado al criador, al que defiende a la vaca de cría. Es decir, desfilaron animales más contenidos de tamaño, con buena información genética, animales con un marcado sello Angus “que, a veces por modismos, se tendió a perder”.
“Hoy lo vi. Lo vi en animales con cabezas chicas, orejas interesantes, ojos activos. Creo que estamos en la buena senda, aparecieron buenos padres que esperemos que plasmen los rodeos de Uruguay”, afirmó.
De esta manera, el Gran Campeón de la muestra fue el brete 210, un colorado expuesto por Victoria Pérez Pardavila.
Bentancur confesó no ser “un gran amante del colorado”, pero ese toro lo enamoró: “era un animal correctísimo”, al que le tuvo que busca los defectos.
“Lo despedacé por todos lados y no le encontré el punto flaco. Es un toro armonioso, carnudo, con un lindo sello, con un gran equilibrio, pero sin ser muy grande. El toro era inobjetable”, aseguró.
Por su parte, Victoria Pérez Pardavilla contó a El Observador que el ejemplar participó del Congreso Mundial de 2019 como ternero y quedó Tercer Mejor Ternero Mayor en la Expo Prado de ese año. “Como le había ido bien, decidimos seguirlo preparando. Ahora entraría en la Expo Prado con dos años mayor”, dijo.
El animal tiene genética de Tabasco, un toro americano, y también de Quebrantador, un animal argentino.
La cabaña se inició en 2011 y comenzó a participar en las pistas en 2015. En 2016 obtuvo el Gran Campeón en la Expo Prado y a través de un proceso de selección se decidió continuar produciendo y criando a la raza.
El Reservado Gran Campeón fue el brete 195, expuesto por Nazario Irazabal.
Según Bentancur el segundo toro “era muy interesante”, con un tamaño moderado a chico, pero con un respaldo genético, un EPD, “de maravilla”. “Es a eso a lo que debemos apuntar los criadores, porque atrás del toro está el campo”, aseguró.
El Tercer Mejor Macho de la muestra fue el brete 223, de San Gregorio Ganadera.
Para el jurado se trató de un ejemplar interesante, aunque tenía “algún reparo en su línea baja”. De todos modos, opinó que es un animal que “puede aportar mucha cosa a la ganadería”.
La Gran Campeona fue el brete 347, una vaca parida expuesta por Roberto J. Zerbino.
Lucía Zerbino, propietaria de la cabaña, dijo a El Observador que “La Biónica” es lo mejor que tienen en la cabaña.
El ejemplar ganó su primer gran campeonato en Durazno hace dos años, luego participó del Secretariado Mundial Aberdeen Angus –en marzo de 2019- y salió reservada. También participó de la Expo Prado 2019 y se quedó con el segundo lugar, cuando estaba preñada del ternero que hoy tiene al pie.
“Me gustó mucho el jurado, se puede decir que siguió una línea y lo representó bien con lo que fue la fila final. Si bien había muchos animales, juró rápido y decidido. La verdad que estamos muy conformes con la vaca”, aseguró Zerbino.
Por su parte, Bentancur mencionó que “la vaca parida de por sí demostró lo que tiene que hacer una hembra, “que tenía un ternero soberbio al pie”, indicó el jurado.
A su vez, declaró que pensó que iba a ser “un día distendido, pero le dio mucho trabajo” porque eran muchas categorías y “había un nivelazo”, desde las categorías nuevas, hasta las vacas paridas.
“Uno siempre espera algo bueno de Durazno, pero año a año sigue sorprendiendo”, aseguró.
La Reservada Gran Campeona fue el brete 318, de Ricardo Laborde.
“La segunda vaquillona me encantó de entrada; era muy carnuda, linda, contenida en tamaño y con una linda expresión de hembra”, aseguró.
La Tercer Mejor Hembra fue el brete 332, expuesta por Sociedad Ganadera San Salvador y San Gregorio Ganadera.
“La tercera vaquillona estaba muy bien hecha, era muy clasuda, era de moderada a chicuelonga, pero con un muy lindo sello y datos. La verdad que fueron tres ejemplares que ameritaban estar a donde los llevé”, aseguró.
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