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Maxi Araújo: el experimento de Coito, los consejos de Tabárez y su nueva vida como lateral

Se formó como delantero hasta que llegó al techo y lo reconvirtieron en lateral izquierdo; se ganó un lugar en el fútbol profesional y entró en la órbita de la selección
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23 de octubre de 2019 a las 05:02

La visión del entrenador, la convicción del jugador y el tiempo, con la paciencia que debe venir adosada, son capaces de potenciar carreras y cambiar el rumbo de un futbolista en el momento menos pensado.

En mayo de 2018, Maximiliano Araújo era un jugador de la cantera de Wanderers, que tenía edad de Quinta, que jugaba en Tercera y completaba el formulario en Primera. Zurdo, potente y con condiciones físicas que lo hacían destacarse pero que no eran suficientes para trascender en el fútbol profesional todavía. Jugaba con el 11 en la espalda, jugaba como puntero o volante ofensivo, corría la cancha desde la mitad hacia adelante y le habían enseñado a jugar mirando el arco rival.

Aquel mayo de 2018 dos entrenadores marcarían su carrera. Alejandro Capuccio, el de la Tercera de Wanderers, que le había comenzado a presentar la idea de hacerlo retroceder en el campo para jugar como lateral izquierdo, y Fabián Coito, el entrenador de la selección sub 20.

El 25 de mayo de 2018, en la Panda Cup que Uruguay jugó en Sichuan, China, utilizó por última vez el número 11 en la espalda y jugó como volante ofensivo por izquierda. Cuando en el segundo tiempo lo reemplazó Thiago Vecino, quien quedó compartiendo ataque con Nicolás Schiappacasse, enterró su pasado como delantero y comenzó a escribir una nueva historia como marcador de punta, en un camino en el que no tiene techo y en donde sus sueños no saben de límites.

Aquella tarde del 29 de junio, en el complejo de la Asociación Uruguaya de Fútbol, Coito lo llamó aparte, previo al partido con Chile. Araújo ya había empezado a vivir el proceso de mutación en Wanderers, con el entrenador de Tercera. Así que el técnico de la selección terminó de cerrar la idea. “Fabián no me quiso sacar del equipo y me quiso probar en esa nueva posición. Estaba nervioso esa tarde, creo que se dio cuenta enseguida porque intentó tranquilizarme con una frase: ‘Vos no tenés que demostrar nada. Jugá tranquilo’. Y allí me explicó algunos aspectos básicos”.

Jugó, se destacó, Uruguay le ganó 2-0 a Chile, y definitivamente inició su nueva vida en el fútbol, como lateral izquierdo, en una función en la que su crecimiento le permitió ganarse un lugar en el fútbol profesional de la AUF y en la selección sub 20 y en la panamericana.

Hace 16 meses está en un curso intensivo como lateral izquierdo. Escucha todo lo que le dicen y lo pone en práctica. Mira videos, entrena y descansa. Atiende cada detalle de su alimentación.

Recuerda su experiencia como volante ofensivo o puntero. “Me gustaba mucho encarar en el uno contra uno, y también me gustaba bajar a defender. Por esa razón, cuando me pasaron a jugar de lateral no extrañé la tarea defensiva. Eso sí, cuando subo aprovecho que vengo en velocidad y en carrera, y llego al ataque con esa ventaja”.

Araújo, que nació en febrero de 2000, debutó en el primer equipo de Wanderers el 11 de marzo del año pasado, contra Torque. Ingresó cuando faltaban 5 minutos. Esa temporada terminó jugando 14 partidos, cinco como titular, pero nunca completó los 90 minutos.

En su cuenta de Twitter, el exfutbolista Juan Genova resumió los movimientos del lateral.

En el recorrido fue incorporando nuevos hábitos y descubriendo su nueva función. Con Román Cuello, cambió la intensidad en su juego y aprendió a desarrollar la presión alta. Ahora, con Alfredo Arias se sigue puliendo. En el último Wanderers-River, Matías Alonso lo anticipó, le ganó la espalda y anotó un gol. Luego del partido, el entrenador se detuvo en cada detalle para corregir el error y dejar al juvenil defensa una lección aprendida.

El lateral tiene pasado violeta. Se inició en Defensor Sporting, pero lo dejaron libre en séptima. Fue entonces cuando llegó hasta Wanderers, porque le quedaba cerca de su casa e iban sus amigos. Este año extendió su contrato con el club hasta diciembre de 2022.

Se integró a la selección sub 20 en 2018, la primera vez que ingresó en la órbita de Uruguay, en la preparación para este 2019 en el que tenía Sudamericano y Mundial. Jugó los ocho partidos del Sudamericano de Chile y dos de los cuatro del Mundial de Polonia. Integró la selección que jugó los Juegos Panamericanos de Lima. Entre enero y julio jugó 14 partidos oficiales en los tres torneos con las selecciones.

De su estadía en el Complejo de la AUF recuerda sus charlas con el técnico de la selección, Óscar Washington Tabárez. “Hablé mucho con Tabárez. Me ayudó muchísimo antes del Sudamericano, porque me habló mucho acerca de cómo perfilarme, qué hacer en determinadas circunstancias de juego, y siempre me decía que jugara tranquilo”, explicó a Referí.

La amistad virtual con Valverde

Una tarde le escribió y etiquetó a Federico Valverde en su cuenta de Instagram. Lo saludó por un gol. Poco después, el futbolista de Real Madrid le respondió. Araújo no lo podía creer. “Es un crack”, suelta como frase para definir cómo ve al volante de la selección mayor.

“Ese día me mandé y le escribí en su cuenta, lo saludé, y cuando me respondió el primer mensaje no lo podía creer”, resume.

Desde entonces, aunque nunca entrenaron ni se conocen personalmente, se comunican por mensaje a través de Instagram. Valverde es nacido en 1998, y Araújo 2000.

Entrena con un profe personal

El lateral izquierdo sabe que en el trabajo está el éxito, y en el cuidado personal las razones que le permitirán triunfar en el fútbol. Dice que cuida los descansos y se exige en los entrenamientos. “Quiero estar mejor, ir por más y para ir por más se necesita entrenar más”, explica, antes de iniciar su segundo turno del día, esta vez con un entrenador personal.

En este 2019, en el que estuvo más tiempo en la selección que en Wanderers, lleva 12 partidos jugados y se ganó la titularidad en el equipo bohemio.

En este camino, el juvenil futbolista recuerda un clic importante en su vida, el día que conoció a su novia, quien le acompaña en el difícil mundo del fútbol profesional y que se transforma en un apoyo importante en el día a día, dijo a Referí.

Así lo ve Arias

El entrenador de Wanderers destaca su potencia, agresividad y su fortaleza física, como las características que le brindan un potencial diferente.

“Es potente, una cualidad que tienen los delanteros y volantes, porque se desempeñó en ese lugar, y eso algo que tiene incorporado. Es agresivo para atacar y defender, una cualidad que da valor a su juego. Es físicamente muy fuerte y en el mano a mano no lo para nadie. Tiene mucho recorrido en la cancha, va y viene y es incansable. Maneja muy bien la pelota, tiene buen pase y potencia en el remate. Tiene mucha técnica. Le pega con las dos piernas. Al equipo le da una versatilidad importante porque puede jugar como defensa, volante o delantero, en cualquier sector de la zona izquierda. Eso le da un valor agregado al equipo”, explica el entrenador.

Arias reconoció que debe seguir puliendo la técnica de marca y mejorar el cabezazo, una tarea muy importante para su nueva función como defensa.

El entrenador valoró su carácter: “es dócil, callado, y le gusta aprender”. “Es un jugador de campito y que vuelca todo eso en el fútbol profesional”, subrayó.

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