Matías Arezo ha tenido un comienzo de temporada excepcional con Peñarol.
En solo seis partidos ha convertido 10 goles y ya ha superado al máximo artillero del club del año pasado, Ruben Bentancourt, quien en toda la temporada -39 encuentros- anotó nueve tantos.
Aún no estaba acostumbrado a los flashes y era muy tímido, todo lo contrario a lo que ya mostraba en la cancha, pese a dar sus primeros pasos en el profesionalismo.
Cuando empezó en el baby fútbol en el club 3 de Abril –el mismo en el que jugaron, entre otros, Gastón Rodríguez y Rodrigo Aguirre– de Paso de la Arena, quiso jugar de golero.
“Me hicieron cinco goles y terminé llorando. No quería jugar más”, contó entonces a Referí.
Y agregó: "Con el paso del tiempo, no quería entrar a la cancha y lloraba. Estaba con mi papá y cuando entraba el equipo, él me pasaba por arriba del tejido de la cancha para que me sumara. Solo así, corriendo la pelota, paraba de llorar y me volvían las ganas".
Hacía el liceo nocturno en el 54 del Paso Molino, pero hasta aquel entonces, no lo había podido terminar porque se complicaba con los horarios de entrenamiento.
Uno de sus técnicos preferidos fue Washington Verdías, porque fue quien lo colocó en el puesto de delantero por primera vez.
Y dijo que en su puesto le gustaba “la entrega tremenda de Cavani, aunque yo no tengo las mismas características como jugador”.
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