El pase ya no es verde. Ahora, como la libertad, es responsable. Pero el concepto detrás de la herramienta que tendrá su primera experiencia piloto sobre el fin de esta semana, va más allá del nombre y es el mismo desde un principio: permitir el retorno de una mayor actividad con el menor riesgo posible de contagios de covid-19.
Con el asesor de Presidencia Nicolás Martinelli a la cabeza y en coordinación con el Ministerio de Salud Pública (MSP), el gobierno busca dar "pasos cortos pero seguros" en la implementación de un instrumento que ya se perfila como elemento central de la transición hacia el mundo pospandemia.
Y si bien los datos de estos días aún no pintan un escenario sanitario favorable, y tanto asesores científicos como colectivos médicos reclaman nuevamente un mayor cierre de actividades para contener la epidemia y darle un empujón al plan de vacunación, entre las autoridades defienden la puesta a prueba de lo que dieron en llamar "pase responsable", con el objetivo de empezar a afinar lo que en los próximos meses será una puerta de entrada a actividades masivas, desde el deporte hasta la cultura.
"Si esperamos a que se haya producido la inmunidad de rebaño y a que el número de contagios haya bajado radicalmente, eso puede suponer unos cuanto meses más de inactividad cultural y eso es lo que queremos evitar", dijo el ministro de Educación y Cultura, Pablo Da Silveira, entrevistado por radio Montecarlo.
En un mismo sentido, Martinelli dijo a Desayunos Informales de Canal 12 que se trata de "un plan piloto que pretende probar la herramienta" y que eso "no quiere decir que se vaya a usar hoy o mañana".
El certificado sanitario tendrá su primera experiencia este sábado con un espectáculo en la sala Hugo Balzo del Auditorio Nacional Adela Reta (Sodre), que tendrá como espectadores a un centenar de personas a las que se les realizará previamente un test de antígenos.
“Arrancamos con la cultura que es de las actividades más golpeadas. Y el evento va a ser reducido, con un marco de 100 y 120 personas en una sala con capacidad para 300. Serán unos 45 minutos y los que asistan tendrán que usar tapabocas", explicó Martinelli en el programa Las cosas en su sitio de radio Sarandí.
El jerarca insistió allí en que la idea es "perfeccionar" el instrumento, y que luego será el gobierno y las autoridades sanitarias las que dispongan cuándo utilizarlas. A su vez, remarcó que no se trata de una herramienta "obligatoria", sino que se pondrá a disposición de organizadores de eventos para ampliar los aforos con una correcta gestión del riesgo.
“La herramienta te permite ir adaptándola a las circunstancias sanitarias que tenga el país y al tipo de actividad. Dependerá mucho de la autoridad sanitaria y la evolución de la epidemia", comentó el asesor de Presidencia, y explicó que se estableció "una tabla de ponderación con un cuestionario a los organizadores" y "en función de ese cuestionario se establece nivel de riesgo: muy alto, alto, moderado o bajo".
Si bien en esta primera experiencia no se va a discriminar entre personas vacunadas y no vacunadas, Martinelli dijo que "el día de mañana se podría eventualmente exigir que para actividades de alto riesgo vayan solo personas vacunadas y con los 14 días desde la segunda dosis, e incluso pedir un test de antígeno previo al ingreso".
Según Martinelli, el gobierno ya tiene arriba de la mesa otras propuestas para avanzar en experiencias piloto en caso de que el evento del sábado resulte exitoso. Las iniciativas en carpeta –y que fueron acercadas por organizadores de fiestas y eventos sociales, así como productores de shows musicales– incluyen desde la realización de un casamiento hasta un recital al aire libre.
"No estamos manejando plazos. Tenemos que ser prudentes. Seguramente si todo sale bien avanzaremos con eventos de más gente", dijo Martinelli en Canal 12. El jerarca acotó a El Observador que quieren ver los resultados de la actividad en el Sodre e implementar las correcciones necesarias antes de dar otros pasos.
Otro elemento en el que Presidencia busca avanzar es la realización de autotests con pruebas de saliva, que permitiría ampliar y abaratar la oferta de pruebas de diagnóstico. Hasta el momento, todos los procedimientos de ese tipo que se presentaron ante el MSP en busca de validación fueron descartados. Martinelli dijo que ahora hay "dos o tres" que están en trámite.
Esa modalidad habilitaría a que los asistentes a un evento se realicen el test en las farmacias sin costos añadidos de laboratorios o personal para hisopar, y por lo tanto sería una opción más barata. De hecho, desde las farmacias aseguraron al gobierno que no tienen en mente agregarle un margen de ganancia a ese tipo de tests, cuyo precio de importación oscila entre los tres y cinco dólares por unidad.
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