Fútbol > CLÁSICO EN EL PARQUE
Así planteó el clásico Cappuccio: lo planificó con dos equipos, uno en la cancha y otro en la mente
Alejandro Cappuccio armó para jugar el clásico en el Gran Parque Central un equipo diferente al que venía compitiendo en el Apertura. Uno distinto incluso al que había ensayado en la semana en Los Céspedes. Porque si en algún momento pensó que iba a contar con los jugadores de la selección, eso no dependía de él. Había que esperar a que Uruguay quedara eliminado de la Copa América el sábado de noche y que Sergio Rochet, Camilo Cándido y Brian Ocampo pudieran regresar a Montevideo en condiciones de poder actuar el domingo. Un movimiento que se urdió entre bambalinas.
De modo que el técnico de Nacional planteó el clásico con dos equipos. Uno, el que trabajó en la semana; otro, con los jugadores que estaban en Brasil. Además, tenía la baja de Armando Méndez por suspensión y de Leandro Fernández por lesión. Cómo habrá sido la cuestión que el argentino fue convocado por el entrenador para este partido, pero tras la incorporación de Ocampo, quedó afuera del plantel. Aún no estaba en condiciones de volver tras el desgarro que sufrió después de jugar contra Boston River el 19 de junio por última vez.
En la madrugada del domingo, después de la llegada de los jugadores en el vuelo chárter que pagó el club a la hora 05:00, Cappuccio borró el primer pizarrón y diagramó uno nuevo. Tenía a disposición a tres de sus mejores futbolistas para enfrentar a Peñarol en su primer clásico como DT y no podía dejarlos de lado.
Rochet se paró bajó los tres caños en lugar de Martín Rodríguez, Camilo Cándido ocupó el lateral izquierdo en vez de Christian Almeida, y Brian Ocampo se ubicó sobre las bandas (empezó por derecha y terminó por izquierda). La decisión de quién iba a jugar no conoció la luz, pero estaba entre Maximiliano Cantera y Gonzalo Vega.
Pero sí se sabía, y así lo informó Referí el sábado, que Joaquín Trasante volvía a la titularidad después de recuperarse del covid-19. El volante se metió en medio de Gabriel Neves y Facundo Píriz, un poquito más adelantado, tratando de cortar el juego de Walter Gargano.
Por los extremos Ocampo y Alfonso Trezza. Como centrodelantero el goleador Gonzalo Bergessio.
Nacional empezó con imprecisiones en la zona defensiva. La perdió Nicolás Marichal y generó un ataque de Cristian Olivera. Luego fue Neves el que se descuidó y Píriz tuvo que salvar la situación con una falta contra Álvarez Martínez. Esta jugada, cuando apenas iban ocho minutos, derivó en un tiro libre de Pablo Ceppellini que atajó notablemente Rochet.
La operación retorno de Brasil comenzaba a dar sus frutos.
Después, en cinco minutos Neves cometió dos faltas. En la primera el árbitro Gustavo Tejera le mostró amarilla. En la segunda se salvó de la expulsión, pese al reclamo de los jugadores de Peñarol. La reacción de Cappuccio fue inmediata. Lo mandó a calentar a Maxi Cantera y metió el cambio a los 20 minutos de juego.
Otra variante inesperada que tuvo que hacer el entrenador cuando el partido recién estaba tomando forma. Trasante se retrasó unos metros para rearmar el doble 5 con Píriz, y Cantera se hizo cargo del armado, además de ocupar un espacio en defensa, hablar y marcar presencia.
La velocidad de Ocampo generó problemas en la defensa aurinegra, pero no terminó de resolver en el primer tiempo. Tampoco Trezza tuvo claridad para terminar sus desbordes. De modo que Bergessio quedó solo en el área y fue controlado por los zagueros.
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¿Cuál era la solución? Peñarol empezó mejor el segundo tiempo con el ingreso de Facundo Torres y Nacional tenía que cambiar su postura en la cancha. Entonces Cappuccio puso a Andrés D'Alessandro y sacó a Trezza. El argentino se colocó por derecha, se juntó con Cantera, le puso un centro en la cabeza a Píriz, y Ocampo se estableció por la zurda.
Nacional encontró funcionamiento y aprovechó una flaqueza del rival para abrir el marcador. La salida de Maxi Pereira y el ingreso de Acosta para marcar el lateral derecho fue decisivo. Porque por ahí aprovechó Ocampo para desairar a su marcador, después de recibir un notable cambio de frente de Laborda, encarar a Kevin Dawson y vencerlo con un puntazo entre los caños.
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El partido se abrió. Enseguida Rochet detuvo un remate cruzado de Torres y fue otro cambio, ahora propio, el que liquidó el juego. Almeida ingresó para ubicarse como lateral izquierdo y se adelantó Cándido a la mitad de la cancha. Un movimiento clave porque cuando faltaban tres minutos para los 90, después de una notable maniobra individual frente a Carlos Rodríguez, Cándido marcó el segundo gol tricolor.
La operación retorno de Brasil terminó dando sus frutos y Nacional se quedó con el clásico del Apertura, el primero de Cappuccio como entrenador.
