Con el paso del tiempo, los uruguayos nos daremos cuenta en mayor medida del inmenso valor de la decisión del gobierno del presidente Lacalle Pou de no haber declarado una cuarentena obligatoria o forzada. No solo por ser innecesaria, como lo demuestran las bajas cifras de contagio, sino también por haber apelado a la libertad y responsabilidad de los uruguayos y haber tenido éxito en la respuesta. Además, por las graves consecuencias sociales y económicas de las cuarentenas o confinamientos, de las cuales aún se ven pocas pero que se irán incrementando con el paso del tiempo.
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