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Baby, el aprendiz del crimen acelera la cartelera uruguaya con música y acción

La nueva película del inglés Edgar Wright es una de las más disfrutables del año hasta ahora
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10 de agosto de 2017 a las 05:00
Cuando el director inglés Edgar Wright se dio cuenta de que su particular manera de ver y trabajar el cine estaba siendo acotada en el rodaje de Ant-man: el hombre hormiga, decidió abandonar el barco de Marvel. Muchos espectadores se lamentaron por la oportunidad perdida de ver a un cineasta con un estilo muy personal en una película del universo cinematográfico más popular del momento, y si bien Ant-man se estrenó con una aceptación moderada entre la crítica, siempre quedó latente el famoso "qué hubiese pasado si". La cuestión es que gracias a ese alejamiento, este director de 43 años pudo terminar un proyecto que venía gestando desde hace dos décadas y que cruzó transversalmente su carrera a la par de los estrenos de sus películas anteriores: Baby, el aprendiz del crimen.

La película, que se estrena oficialmente en Uruguay este jueves pero que ya tuvo varios preestrenos, comenzó a tomar forma en la cabeza de Wright cuando estaba dando sus primeros pasos en el cine. Escuchando el álbum Orange a lot de Jon Spencer Blues Explosion, Wright comenzó a idear el comienzo de una película donde la música fuese el gran sincronizador de la acción que se vería en pantalla.

De todos modos, antes de plasmar su idea en el papel (el director también es el escritor de la película) y en pantalla, Wright presentó la recomendable Trilogía del Cornetto –compuesta por Muertos de risa (2004), Hot Fuzz (2007) y Una noche en el fin del mundo (2013)- y Scott Pilgrim vs The World (2010), que impulsaron su nombre como autor y lo llevaron a proyectos de corte más popular como (el fallido) Ant-man.

Después de su alejamiento de Marvel, Wright puso todos sus recursos en la concreción de aquella película que había aparecido en su cabeza veinteañera, y que finalmente recibió el nombre original de Baby Driver. Con mayor presupuesto a sus espaldas y un elenco destacado, Baby, el aprendiz del crimen fue conquistando las críticas y a los espectadores y ahora llega a Uruguay para demostrar por qué vale la pena verla.

La música al volante

La película presenta a Baby, un veinteañero interpretado por Ansel Egort, que trabaja como chofer para una banda de criminales liderada por el personaje de Kevin Spacey. Baby maneja realmente bien, tanto que las fuerzas de la ley no pueden hacer nada cuando el muchacho se pone detrás del volante. Baby, además, tiene Tinnitus, un problema auditivo que implica escuchar un pitido permanente, lo que lo lleva a estar conectado casi permanentemente a un Ipod.

Sin adelantar partes relevantes de la trama, se puede decir que Baby tiene una deuda con el personaje de Spacey, que deberá saldar con un último gran golpe criminal y que será fundamental para el resto de los hechos que siguen.

Desde el primer minuto de metraje, Baby, el aprendiz del crimen es una montaña rusa de emociones, música y acción. La trama, sencilla, abraza el género de las heist movies (películas de robos) y acelera con una banda sonora que hará mover los pies a su ritmo durante la hora y 50 de proyección.


La sincronización visual y musical que Edgar Wright despliega en la edición será un elemento reconocible para aquellos más familiarizados con estilo, pero también reconocerá que en esta ocasión alcanza su nivel más alto. Uno de sus mejores momentos, por ejemplo, incluye tiros y persecuciones al ritmo de Brighton Rock de Queen.

Además, el director orquesta la historia de manera que esta no pierda fuerza cuando las muy bien desarrolladas escenas de acción dan paso a momentos más calmos de la película, como los que refieren al interés romántico de Baby, una empleada de cafetería interpretada por la actriz Lily James. En una película donde las actuaciones funcionan de buena manera (en especial Jamie Foxx y Jon Hamm, ambos miembros de la banda de criminales de Baby), quizás sea Deborah, el personaje de James, lo más flojo.

Con Baby..., Edgar Wright confirma varias hipótesis: que es un director con una proyección increíble por su corta pero muy destacable trayectoria; que las películas de autos y tiros no fueron abducidas por la mediocridad y la pereza de Rápidos y Furiosos; y que toda la información que precedió a este estreno era cierta: Baby, el aprendiz del crimen es una de las mejores y más disfrutables propuestas del año. Por todo eso, abróchese el cinturón y anímese a subirse al auto de Baby. Seguro que lo pasará muy bien.

Demanda en puerta para Sony

Entre toda la música que suena en la película, Debora, uno de los hits de la banda T-Rex, tiene un destaque bastante importante. Sin embargo, el hijo de Marc Bolan, fundador de la banda, demandó a Sony por el uso "sin autorización" del tema compuesto por su padre. Roland Feld, único hijo de Bolan, es el propietario de los derechos y buscará una indemnización. Bolan murió en 1977 en un accidente de tránsito.

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