El presidente Gabriel Boric entierra su intento de reformar la Constitución ante una población que padece “fatiga electoral” y decide encarar los cambios a través del Congreso. En consecuencia, el proyecto de una nueva ley fundamental, que fue una de las propuestas de su fuerza política queda suspendido de forma indefinida.
Boric dijo este lunes que las urgencias ahora son otras y que durante su mandato se cierra este proceso de reforma constitucional, pero no con eso el intento de reformar algunos temas urgentes.
"Con esto, durante este mandato, se cierra el proceso constitucional. Las urgencias son otras", afirmó el mandatario, que se propone centrar sus esfuerzos en los reclamos por la inseguridad y reactivar la economía tras un año de fuerte ajuste fiscal.
"Nuestro país seguirá con la Constitución vigente porque luego de dos propuestas constitucionales plebiscitadas, ninguna logró representar y unir a Chile en su hermosa diversidad", agregó el mandatario.
La idea de que Chile tiene fatiga constitucional es el resultado de dos intentos de modificar sin éxito la Carta Maga.
El presidente dijo también que centrará su gestión en la reforma de pensiones a la salud y en una reforma tributaria que permita financiar estas iniciativas de los sectores más desfavorecidos a través de proyectos de ley y consenso en el Congreso.
Por su parte, Beatriz Hevia, la joven dirigente del Partido Republicano, una formación de ultraderecha que estuvo al frente del Consejo Constitucional, tras el rechazo al texto elaborado por su espacio político, hizo un llamamiento a trabajar por las urgencias ciudadanas.
"Después de cuatro años se termina el proceso constitucional y llega la hora, por fin, de que se pongan a trabajar por recuperar la seguridad, la paz, la esperanza, la posibilidad de mejorar las condiciones de vida de todos quienes viven en este país. Es hora de poner los ojos y resolver las urgencias sociales, dejar de lado las excusas, poner los intereses y el bienestar de quienes viven en este país primero", dijo la abogada del Partido Republicano en su cuenta de X.
La actual Carta Magna nació en 1980 en la dictadura de Augusto Pinochet, pero fue reformada 70 veces y desde 2005 lleva la firma el expresidente socialista Ricardo Lagos. En 2022 se bajó el quórum para modificarla.
El resultado del domingo 17 de diciembre terminó con la alternativa de la derecha “en contra” con 55%, mientras el voto “a favor” aglutinó a un 44%. En el anterior plebiscito se echó abajo la propuesta elaborada por una mayoría de izquierda con un 62% “en contra” y un 38% “a favor”.
En la elección del Consejo Constitucional de mayo pasado, se registró un récord histórico de votos nulos y blancos, con un 21%. Pero en este plebiscito disminuyó a un 5%. Los electores, por lo tanto, tomaron la decisión de pronunciarse sobre alguna de las dos alternativas de la papeleta.