Brasil se prepara para el último debate presidencial esta noche, con Lula al frente de las encuestas

“Ahora va a la Globo, allá es terreno de él, ¿no? El terreno de él es la Globo, él va porque es un terreno amigo. Yo voy allá. Yo voy a entrar en la sala del diablo”, provocó el candidato ultraderechista a la reelección.

La semana pasada Bolsonaro había tildado a Lula de “presidiario”, en alusión a los 18 meses que pasó en la cárcel en una causa llevada por el juez Sergio Moro, recompensado por Bolsonaro cuando lo nombró su ministro de Justicia. La causa fue luego anulada.

El miércoles, tras recibir el respaldo público del astro de la selección brasileña de fútbol Neymar, el presidente volvió a calumniar a su rival llamándolo “el mayor ladrón de la historia de Brasil”.

Y siguió: "Lula no volverá porque vamos a ganarle en primera vuelta", mientras sus partidarios gritaban “Globo, basura”.

En otro momento, sostuvo que Lula "no tiene compromiso con la familia, ya que quiere el poder por el poder mismo, sin darse cuenta de que Brasil le pertenece al Señor".

Fue en un acto de campaña bajo la lluvia tras visitar la fundación de Neymar en las afueras de San Pablo y recorrer en motocicleta las las ciudades de Santos, Sao Vicente y Praia Grande, conglomerados urbanos decisivos a la hora de la votación.

La vista al Instituto Neymar se dio luego de que el martes el candidato del Partido de los Trabajadores (PT), recibiera el apoyo de atletas olímpicos y de exfutbolistas, entre ellos los del movimiento Democracia Corinthians, el equipo que a inicios de los años 80 hizo evidente su repudio a la dictadura militar.

"Agradezco presidente esta visita ilustre. Me gustaría mucho estar ahí con ustedes. La próxima estaremos juntos. Esperemos que aprovechen la visita al Instituto, que es el mejor gol que hice en mi vida. Estoy muy feliz de que estén ahí", dijo Neymar en un video distribuido por la campaña de Bolsonaro a la prensa.

El crack futbolístico que juega con Messi en el PSG siempre ha estado junto a Bolsonaro. En 2019, el presidente lo visitó en un hospital en Brasilia luego de que se hubiera lesionado en un amistoso entre las selecciones de Brasil y Qatar. El mes pasado el futbolista le regaló la pelota del Mundial y Bolsonaro le retribuyó diciendo que 2022 iba a ser su año.

Es esperable que último debate el actual mandatario profundice su línea de ataque centrada en la corrupción del Lava Jato, que hasta ahora ha resultado ineficaz para inclinar la balanza de preferencias a su favor.

Lula ganará el domingo y la única incógnita es si se consagrará presidente en primera vuelta o lo hará en el balotaje.

La encuestadora Datafolha pronosticó en su último sondeo un 51% de votos para el candidato izquierdista contra un 33 de Bolsonaro. Por su parte, el 33% de los encuestados votaría al actual presidente y quedaría lejos de pelear en una hipotética segunda vuelta.

Otro informe publicado por BTG Pactual – FSB Pesquisa, da también como ganador a Lula con el 48% de los votos, contra el 37% de Bolsonaro. Lo que obligaría en balotaje, donde el ex presidente se impondría 52% a 42%.

Además, el 55% de los encuestados señalaron que desaprueban la gestión del actual presidente.

El referente del PT no descarta recibir en los próximos días a los enviados de la OEA para monitorear los comicios del domingo. “Nuestra misión es absolutamente de observación en lo relativo a la institucionalidad de Brasil, promoviendo la participación de los ciudadanos brasileños”, aseguraron desde el ente internacional.

El temor por la definición de las elecciones es un dato de la campaña junto al clima de violencia instalado por los adictos a Bolsonaro, que ya asesinaron a dos militantes petistas.

Para conjurarlo, el Tribunal Supremo de Brasil prohibió la portación de armas el día de las elecciones por la violencia que pueden provocar los resultados. Además, restringió la venta de armamento en los días previos y rechazó el pedido de Bolsonaro para que el ejército realice un conteo paralelo.

Lo que queda claro con estos números es que la intención de voto para Lula va en aumento, mientras que la de Bolsonaro se estancó.

El presidente prometió que "las cosas mejorarán más después de la reelección" debido a que, argumentó, el país es un "ejemplo para el mundo" por haber controlado la inflación, estar transitando el tercer mes de deflación y haber reducido el precio de los combustibles.

La rebaja drástica en el precio de los combustibles de junio se debió a que se redujeron impuestos regionales que a la vez desfinanciaron los fondos educativos y el sostén para la salud pública de los estados.