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Cansado por la faena clandestina de sus novillos, le escribió una carta a la población
Hay un productor ganadero que, desde hace muchos años, está acosado por el delito de abigeato en sus campos. Con animales faenados de forma clandestina, incluso matados a balazos y muchos heridos, ya son cerca de 35 los novillos que ha perdido por causa de este flagelo.
El último caso en su propiedad sucedió el viernes 8 de mayo, cuando utilizando armas de fuego le mataron dos novillos de exportación de unos 550 kilos cada uno.
El predio está ubicado en el paraje Las Maulas, entre las ciudades de Dolores y Mercedes, en Soriano. Desde allí, en diálogo con El Observador, Jorge Sosa contó que a las pérdidas económicas –en este caso de US$ 970 por animal– hay que sumarles los destrozos de alambrados y de cultivos que causan los delincuentes al ingresar a los potreros.
“Trabajamos tres o cuatro días de la semana arreglando los desastres que dejan. Entran como en su casa, es lamentable. Tenemos un gran problema”, lamentó.
Sin embargo, en esta ocasión los delincuentes no se llevaron la carne de los animales faenados. Los mataron, los cortaron en pedazos, pero no se llevaron la carne.
“No se llevaron ni un kilo de carne. Ese viernes, desconfiado, me di una vuelta por ese potrero a última hora y, posiblemente, ya había uno (delincuente) de campana. Sintieron algún movimiento y pienso que por eso no se llevaron la carne”, agregó.
“Queremos hacer las cosas bien. Más en la situación en la que estamos, queremos trabajar para que el país salga adelante. Al final se te quedan con la ganancia y entrás en pérdida. Ellos no tienen nada que perder y nosotros sí. Estamos expuestos en el campo”, concluyó.
