Cárcel de Mujeres: informe describe tratos "crueles, inhumanos o degradantes" en ese centro

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La fiscal de Flagrancia, Gabriela Fossati, investiga varios hechos de violencia que tuvieron lugar en las últimas semanas en la Cárcel de Mujeres, también conocida como la Unidad 5, ubicada en Colón. Esto luego de que una reclusa denunciara que otras presas la intentaron violar con un palo, mientras que en las últimas horas se hizo público un video en el que se ve como una mujer intenta tatuarle a otra su nombre con un cuchillo. 

Pero los hechos de violencia no eran ajenos al comisionado parlamentario y la Institución de Derechos Humanos, quienes habían visitado la cárcel –sin anuncio previo– en dos oportunidades: primero el 23 de junio y luego el 20 de julio de este año, previo a que se conocieran los episodios violentos. 

Tras esas visitas, elaboraron un informe en el que advierte por las condiciones de reclusión en esa unidad del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR) y también por los problemas vinculados a la salud mental que se dan en ese centro, donde hay "situaciones críticas" que "exigen la intervención de las autoridades". 

Entre otras cosas, se describe a la cárcel –donde hay unas 700 mujeres alojadas– como un lugar deteriorado, donde faltan actividades, hay "escasas" posibilidades de acceder a un patio y también un "inadecuado" número de funcionarios. También se enumeran "carencias en la atención de salud", en particular en los casos de "aislamiento prolongado" que pueden llevar al "agravamiento de la salud mental" y ponen "en riesgo la integridad personal de las internas". 

La investigación se centró en el quinto nivel de la cárcel, donde se produjeron episodios de violencia en las últimas semanas –que fueron posteriores a la redacción del informe–. En ese piso había para el 23 de junio 24 internas recluidas, mientras que un mes después (para la visita del 20 de julio) la cifra ascendía a 33. 

De las 8 celdas que hay en ese nivel, sólo 2 están ocupadas debido a que las demás están "inutilizadas" por problemas edilicios. "En el quinto nivel la infraestructura se encontraba en pésimas condiciones", afirma el escrito del comisionado. Y agrega que las duchas no funcionaban, que en algunos casos no había inodoros y que como no había agua caliente las presas habían "elaborado dispositivos irregulares", lo que hacía que existiera "riesgo de electrocución". 

Por otra parte, algunas mujeres dormían en colchones sobre el piso y otras tenían que compartir cama, porque los que había no eran suficientes. 

Respecto a la guardia, el informe señala que está "muy alejada" y que el personal es "muy escaso", en particular durante la noche. Sobre las condiciones de reclusión el escrito afirma que lo normal es que las reclusas permanezcan en sus celdas "todo el día", a excepción de "una hora" cuando se les habilita salir a una especie de planchada, que no da al aire libre. En una de las visitas, sin embargo, las internas habían permanecido 24 horas encerradas. "El día transcurre sin actividades de ningún tipo". 

Un tema central del informe se basa en la atención vinculada a la salud mental de las internas, ya que se constató que en el quinto nivel hay "al menos tres reclusas portadoras de padecimientos mentales agudos o crónicos". 

Para ese tipo de situaciones el comisionado parlamentario encontró que no hay una "evaluación completa" de las internas que cumplan con los "mínimos estándares". Las consultas con un psiquiatra se dan los martes y jueves, por un lapso de cuatro horas, y se realizan por videollamada. El médico atiende por cada día de consulta entre 6 y 7 internas, agrega el escrito y señala que la conversación no se extiende por más de 10 minutos con cada una de las reclusas. Por otra parte, hay dos psicólogos que atienden de lunes a jueves. 

"Según se informó, la disponibilidad de horas de psiquiatría y psicología era insuficiente para las necesidades de la unidad", afirma. 

Aunque la medicación "estaba disponible", queda en manos de las reclusas la administración durante el día y los fines de semana se entregan todas las dosis indicadas los días viernes. El tratamiento psicológico en la Cárcel de Mujeres está "centrado en lo farmacológico". 

Es por todas esas razones que el informe concluye que no hay un tratamiento adecuado para las reclusas con problemas de salud mental y que las condiciones de reclusión "inciden en el agravamiento de la salud mental de estas internas, pudiendo poner en riesgo la integridad psicofísica". 

"Lo mencionado hasta ahora configura tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes", dice también. 

Por eso recomienda a las autoridades del INR que se establezca un "régimen de vida adecuado" en particular en el quinto piso de la cárcel, de forma que la "permanencia en el sector" cobre un "sentido". 

En el caso de las personas privadas de libertad con enfermedades mentales se sugiere –en consonancia con la normativa internacional– que se busquen "medidas alternativas a la prisión" o que las internas sean "trasladadas a establecimientos cuyo régimen de seguridad sea lo menos restrictivo y se brinde atención en salud mental". 

Para las reclusas en general que habitan el quinto piso, el comisionado parlamentario recomienda realojadas en un módulo recientemente inaugurado en la unidad donde podrían mejorar "significativamente" sus condiciones de reclusión. Esta recomendación se extiende en particular a aquellas mujeres que hayan pasado más de 15 días en el quinto piso.