Lula entrará este viernes en una prisión de la Policía Federal en Curitiba, donde comenzará a cumplir una pena de 12 años de prisión por delitos de
corrupción.
Precisamente, Pinheiro está alojado en la misma prisión a la que irá Lula. De todos modos, la Policía Federal de Curitiba dijo que el expresidente esté alojado en una celda especial, sin contacto con su acusador, y aislado de otros presos por razones de seguridad.
La exigencia fue hecha por el propio juez que condenó al ex jefe de Estado y que ordenó su encarcelamiento, Sergio Moro, en el mandato en que dio a Lula un plazo de 24 horas para que se entregue en la sede de la Superintendencia de la Policía Federal en la ciudad de Curitiba, en donde tendrá que cumplir su prisión.
"En razón a la dignidad del cargo ocupado, fue previamente preparada una sala reservada, una especie de Sala de Estado Mayor, en la propia Superintendencia de la Policía Federal, para el inicio del cumplimiento de la pena, y en la cual el expresidente estará separado de los demás presos, sin cualquier riesgo para su integridad moral o física", según el mandato del magistrado.
La decisión evita que el político más carismático de
Brasil y actual líder en las encuestas de intención de voto para las presidenciales de octubre sea conducido a un presidio común en Curitiba como otros condenados por la corrupción en Petrobras.
El juez también determinó que los detalles de la entrega sean acordados por la defensa del expresidente y los responsables de la Policía Federal en Curitiba y que en ninguna hipótesis se utilicen esposas para detenerlo.
Según el diario O Globo, el exmandatario tendrá un horario reservado de unas dos horas diarias para pasear en el patio de la Superintendencia de la Policía Federal que no coincidirá con el de otros reclusos.
De acuerdo con las fuentes consultadas por el mismo diario, en los primeros días serán vetadas las visitas de familiares a Lula.