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Cómo cambiar la conducta financiera para mejorar la economía personal

Consejos para aprovechar el año nuevo con el objetivo de mejorar el rendimiento económico
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28 de diciembre de 2018 a las 12:06

A lo largo de la vida las personas deben tomar distintas decisiones de carácter financiero que muchas veces contribuyen a mejorar la economía personal o por el contrario a destruirla. Es por este motivo que la conducta y conciencia financiera es de máxima importancia a cualquier edad y con independencia del nivel de ingresos.

Expertos en el tema aseguran que con una planificación adecuada es posible revertir los errores del pasado y mejorar la estabilidad en el futuro.

Detrás de muchos problemas financieros la pregunta que se debe hacer es cómo romper las conductas que deterioran la estabilidad financiera, y cómo crear aquellos buenos hábitos que mejoren la económica en el mediano y largo plazo. 

“Es importante entender que tanto la economía de un país como la economía familiar está sujeta a ciclos positivos y negativos que nadie puede evadir del todo. Siempre habrá épocas de vacas gordas y vacas flacas. Sin embargo, en ocasiones no tenemos suficiente visibilidad de estos ciclos, perdemos conciencia de ellos”, comenzó explicando el experto argentino en finanzas personales Ezequiel Starobinsky.

“De esta manera, cuando estamos en época de vacas gordas, gozando de una época de altos ingresos, puede que pensemos erróneamente que ese ciclo durará por siempre. Entonces tenemos la tendencia a incurrir en gastos innecesarios. No sólo altos gastos eventuales (un lujo, un viaje costoso) sino que quedamos atrapados en gastos fijos altos, como cuotas de un club o un colegio carísimo.  Al estar en un momento de buenos flujos de ingresos, incurrimos en ineficiencias que pensamos que nos podemos permitir, pero que en verdad resultan caras después”, explicó.

“Esto, increíblemente, le ocurre tanto a países, como a empresas, como a personas individuales. Las vacas gordas no duran por siempre, por más que hayamos tenido una racha de años de buena suerte. Es clave entender esto”, resaltó Starobinsky .

"Tarde o temprano llegan las “vacas flacas”, explicó el experto en finanzas personales Ezequiel Starobinsky

En ese contexto, detalló que “tarde o temprano llegan las “vacas flacas”. La recesión, el despido, un problema costoso e inesperado.  Y nuestros ingresos se ven afectados a la baja, y si no contamos con algún nivel de ahorro, puede que tengamos que bajar bruscamente el nivel de vida, lo que es doloroso. Es fácil subir el nivel de vida, es difícil bajarlo. Lo mismo ocurre con los países: en ciclos positivos los gobiernos dan subsidios en incentivos que distorsionan la economía. Si el gobierno tiene “billetera” esto no se siente a nivel agregado y en general la sociedad hace la vista gorda, tal como lo hacemos con nuestros propios gastos superfluos individuales cuando podemos subvencionarlos. Pero tarde o temprano la billetera se acaba, y es muy difícil ir para atrás con estos gastos, sea a nivel país o a nivel personal”. 

Por otra parte, para el también experto en finanzas, Rodrigo Nadal, “en general los errores más comunes están relacionados a la falta de educación financiera de las personas que genera desconocimiento sobre el funcionamiento de los bancos y los préstamos, además de una mala administración”.

A modo de ejemplo, Nadal explicó: “Es normal que algunas personas comiencen a realizar solo el pago mínimo de la tarjeta pensando que el monto restante no sufrirá ninguna variación en el próximo resumen. Esto se debe a que no se consideran las tasas que aplican los bancos para refinanciar los montos adeudados. En este caso, recomendamos que se evite realizar este tipo de pagos ya que el monto adeudado puede aumentar significativamente; o en el caso de que no tenga otra opción, que sea solo ocasional y que se intente pagar todo el monto del resumen siguiente”.

Según Nadal, “cuando la persona ya cae en deudas, es común que se recurra a otro préstamo, ya sea en otro banco o con familiares. Si bien esto genera en la persona una situación de tranquilidad a corto plazo, se ingresa en un círculo vicioso ya que el usuario está contrayendo una deuda para saldar otra y el monto final siempre será el mismo”.

Evitar las deudas impagables

Para el licenciado en Ciencias Económicas, Ezequiel Starobinsky, “hay que prestar especial atención al ‘para qué’ de la deuda. Endeudarse para un proyecto de inversión o emprendimiento con buenas probabilidades de éxito es muy diferente a endeudarse excesivamente para gastos de placer puntuales. Y por supuesto, no tiene nada que ver con hacerlo para mantener un status no acorde a nuestros ingresos”.

“Muchas veces, en el afán de mostrar status gastamos más de lo que nuestras economías nos lo permiten. Endeudarse solo para mantener una imagen externa es -además de ridículo- insostenible en el tiempo. Por ejemplo, hay personas de ingresos medios que compran autos de altísima gama sólo para mostrarse importantes o sentirse superiores. Este tipo de deudas son las peores, porque no generan flujo de vuelta (como una inversión exitosa) y en general nos dejan atrapados con estructuras de costos fijos altos y constantes (como el seguro del auto, el estacionamiento, la patente, entre otros)”, agregó. 

Es por eso que sostuvo que “toda deuda es cara, más en entornos recesivos y de altas tasas de interés. Muchos de nosotros subestimamos el efecto de los intereses, que se capitalizan; y a veces tomamos más deuda para devolver deudas originales, quedando atrapados en verdaderas ‘bolas de nieve’ de intereses que se tornan imposibles de pagar”.

"Toda deuda es cara, más en entornos recesivos y de altas tasas de interés", puntualizó Starobinsky.

“Es obvio que hay que darse gustos y disfrutar de la vida. Pero a su vez no hay que olvidar que la moderación (especialmente de gastos innecesarios o superfluos) puede ahorrarnos buenos dolores de cabeza en el futuro. Además, dicen que el disfrute verdadero se esconde en los pequeños momentos de la vida, en conectarse con el momento presente. Uno puede hacerlo en cualquier instante y cualquier lugar. No hace falta gastar US$ 10.000 en un viaje, y menos si nos tenemos que endeudar a tasa de interés para conseguir el dinero”, indicó.

Starobinsky resaltó como principal problema el hecho de ser cortoplacistas por definición. "El largo plazo está subestimado en la sociedad de la inmediatez, de la ansiedad por los resultados rápidos. El largo plazo lo vemos como una abstracción en nuestra sociedad “de placer a un click de distancia”. Sin embargo, en economía, corto plazo y largo plazo se llevan mal. "Es decir, el placer hoy puede que sea a costa de hipotecar el placer de mañana. Y un buen día el largo plazo llega, claro que llega, y en general llega con la factura de los asuntos desatendidos. Tomemos las precauciones necesarias para que, al menos, esos asuntos no sean una deuda impagable contraída para gastos injustificados”.

Planificar la economía personal en el comienzo de cada año

La clave de una buena organización financiera radica en la buena implementación de un presupuesto. Este instrumento permite identificar las entradas y salidas de dinero para mantener un mejor control de las finanzas. "Para organizarse recomendamos utilizar la regla 70-30, en la que se destina 70% de los ingresos a los gastos básicos como alimentos, salud, transporte y educación. El restante 30% se divide en partes iguales entre el ahorro, el entretenimiento y el pago de deudas”, apuntó Nadal.

En ese sentido resaltó que “este esquema de presupuesto mensual se puede extender a todo el año para evitar encontrarse con un mes de gastos muy altos. De esta forma podemos anotar cumpleaños, casamientos, vacaciones o eventos importantes e incluso se le puede designar un monto máximo a gastar. Esto permitirá ir ahorrando con antelación en caso de que sea necesario e incluso prever las compras que necesitarán realizar para aquellos meses más holgados financieramente”.

En la misma línea, Starobinsky destacó: “La planificación es una gran aliada para mitigar el riesgo de las sorpresas desagradables. Uno debería tener buen conocimiento de los ingresos y los gastos fijos y variables familiares, así como los ahorros y las deudas existentes.

Ordenarse en este aspecto es clave. “Uno puede, usando una planilla Excel, estimar un flujo de fondos de ingresos y egresos mensuales. Este flujo debería, en el ideal, ser positivo o neutral. Si uno gasta más de lo que ingresa, o bien “quema” ahorros, o bien se endeuda. Si uno tiene un déficit mensual entre ingresos y gastos, debería calcular cuánto ahorro mensual uno utiliza para cubrir esa brecha. Es decir, no es lo mismo tener -por ejemplo- un ahorro que permita cubrir tres meses esa brecha negativa, que tener un ahorro que permita cubrirla tres años. En el primer caso, la urgencia por aumentar los ingresos o reducir los gastos (o una combinación de ambos) hasta llegar al equilibrio tendría que ser mucho mayor que en el segundo caso”, amplió.

En tanto, destacó que se debería considerar la inflación en los flujos de fondos. "A veces ocurre que los gastos ajustan por inflación más rápido que los salarios y entonces los flujos quedan descompensados por un tiempo. A su vez, si uno tiene ahorro, tendría que tenerlo en algún tipo de inversión que lo proteja contra la inflación, como mínimo”.

Fuente: El Cronista - RIPE

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