La pandemia tuvo efectos devastadores para miles de empresas en el mundo y Uruguay no fue la excepción. Para ponerle números locales a ese impacto, la consultora Exante analizó los resultados económico-financieros en 2020 de una muestra de casi 1.700 empresas uruguayas grandes y medianas a partir de estados financieros publicados en la Auditoría Interna de la Nación (AIN).
El trabajo El impacto del covid en las empresas uruguayas de Exante fue presentado este miércoles en una actividad virtual organizada por la Unidad de Maestrías y Posgrados en Economía de la Universidad de Montevideo (UMPE).
La muestra tomó 781 empresas grandes (ventas anuales mayores a US$ 8 millones) y 890 medianas (ventas superiores a US$ 1 millón).
De acuerdo al trabajo de Exante, un 15% de esas empresas obtuvieron resultados negativos en 2020. En tanto, un 41% de las empresas obtuvieron un resultado neto sobre ventas inferior a 5%.
Sin embargo, se observó una amplia dispersión de los resultados medidos con relación al patrimonio.
Medidas en términos reales, las ventas de las empresas analizadas bajaron en promedio un 5% en el ejercicio 2020, en línea con la contracción de 5,9% que tuvo la economía uruguaya en 2020. Como el tipo de cambio subió más que la inflación, el descenso de las ventas medidas en dólares fue más importante (13% en promedio). Los sectores transables (aquellos que están expuestos a la competencia del exterior) tuvieron un mejor desempeño que los no transables.
La contracción de las ventas medidas en dólares fue muy generalizada: un 75% de las empresas analizadas vendieron menos que en 2019.
Los sectores de mejor desempeño relativo fueron la construcción, los agronegocios y la industria manufacturera, en los que más de la mitad de las empresas aumentaron su ventas en términos reales.
Ante el contexto recesivo y la consiguiente reducción de sus ventas, las empresas implementaron recortes importantes de sus gastos de estructura.
A pesar de esos recortes de gastos, los resultados antes de amortizaciones, intereses e impuestos (Ebitda) bajaron 5% en términos reales. Sin embargo, ese descenso se concentró en los sectores no transables(-10%) mientras que en promedio los transables mantuvieron estable su Ebitda.
Ante la caída de sus ventas, las empresas también procuraron mejorar sus márgenes brutos. Eso permitió, junto con la restricción de gastos de estructura, aumentos del margen de Ebitda como % de las ventas.
Ese aumento de los márgenes de Ebitda también derivó en incrementos del ratio de Resultado Neto/Ventas en todos los sectores considerados, con la única excepción en agronegocios.
No obstante los mayores márgenes como % de las ventas, más de un 40% de las empresas terminaron el ejercicio 2020 con peores resultados netos medidos en términos reales.
Un 53% de las empresas obtuvo resultados positivos superiores a los del ejercicio previo si se los mide en términos reales. En tanto, un 32% obtuvo ganancias inferiores mientras que el restante 15% cerró el ejercicio con pérdidas.
Un 62% de esas empresas redujeron sus gastos de estructura y un 72% mejoraron su margen bruto para mejorar sus utilidades en 2020.
Un 15% de las empresas analizadas terminó el ejercicio 2020 con números rojos. Más de la mitad de ellas, arrastraba pérdidas en 2019. El 42% restante había cerrado 2019 con resultados positivos.
Por otro lado, el ciclo de conversión de caja, en mediana, no varió sustancialmente en 2020: se observó cierto aumento en las cuentas a cobrar, compensado con cierto incremento del financiamiento de proveedores.
Asimismo, la recesión del covid-19 no trajo aparejado ni una fuerte contracción del crédito ni un aumento generalizado del endeudamiento. Las empresas tomaron más fondos en moneda nacional. "Entre las sorpresas positivas, la crisis del covid no parece haber generado problemas muy importantes en lo relativo al endeudamiento de las empresas", destacó Exante en sus comentarios finales.
La mitad de las empresas analizadas tienen nulo o muy bajo endeudamiento financiero (inferior a US$ 200 mil). En tanto, un 13% de las empresas tiene una deuda financiera elevada en relación a su capacidad de generación de fondos (Ebitda) y un 6% adicional cerró el ejercicio con Ebitda negativo.
Tampoco se produjeron cambios sistemáticos en el perfil de endeudamiento de las empresas. En particular, no se observó un aumento generalizado del plazo medio del endeudamiento.
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