Fútbol > EL ANÁLISIS
Con un dudoso penal y el impulso de sus hinchas, Nacional salvó otro decepcionante partido
El resultado final indica que Nacional le ganó 3-1 a Boston River por la sexta fecha del Apertura, que continúa invicto en el Gran Parque Central en la presente temporada (venció a Liverpool, Racing y Boston, y empató con Cerro Largo) y que momentáneamente quedó a dos puntos del líder Peñarol, que este domingo a las 20 enfrenta a City Torque.
El panorama general, visto de esa forma, no es tanto oscuro.
Sin embargo, lo que oscurece el presente del equipo que dirige el argentino Ricardo Zielinski es la forma. Juega mal, comete errores continuos en defensa, no da pie en bola en el mediocampo, Fagúndez y Pereiro desaparecen más de lo que aparecen, y los "9" no convencen: ni Ramírez ni Gigliotti, aunque este sábado los dos convirtieron.
Es verdad, como dijo el entrenador en conferencia de prensa, que las lesiones le han perjudicado. Franciso Ginella ni siquiera llegó a debutar en la actual temporada y luego fueron cayendo de a uno: Yonatan Rodríguez, Federico Martínez y por último Diego Rodríguez, entre los más destacados. También se encuentran en sanidad Juan Manuel Gutiérrez y Renzo Sánchez.
De todas formas, con el plantel que tiene Nacional, está capacitado para jugar mejor. Le falta una identidad de juego, no logra circuitos por las bandas, y no es un equipo fuerte porque cuando lo atacan siempre da una sensación de debilidad.
Este sábado el delantero Cristian Olivera encaró y ganó varias veces por las dos bandas.
Boston River falló cuatro situaciones seguidas en el primer tiempo antes del gol de Nacional. ¡Cuatro! Primero fue Urretaviscaya que levantó el remate; después Mathías Acuña levantó el cabezazo; luego Leonard Costa definió mal, y por último Emiliano Sosa que tiró por arriba en una situación inmejorable.
La falta de efectividad del visitante es también un dato que marca el resultado final, porque además, en ninguna de las cuatro situaciones intervino Sergio Rochet, los remates fueron todos afuera.
De repente, en una pelota que robó Alfonso Trezza en la mitad de la cancha, Nacional se encontró con un penal polémico. Santiago Silva salió a cortar el avance de Trezza y éste cayó dentro del área. El árbitro sancionó la falta y el VAR la confirmó. En las escenas que mostró la televisión no se apreció con claridad un roce del jugador de Boston River.
Lo cierto es que Ignacio Ramírez se encargó de ejecutarlo y abrir el marcador en un momento complicado para el locatario.
Un gol que no mejoró el rendimiento del equipo en el segundo tiempo. Es más, Boston River lo empató de pelota quieta, con un golpe de cabeza de Mathías Acuña, el delantero de 1,74m de estatura.
No fue la primera vez que ganó en el área entre los zagueros tricolores (Daniel Bocanegra y Fabián Noguera). Para el técnico Zielinski hubo desatención y es un tema que le preocupa.
Sin las luces prendidas de Fagúndez y Pereiro, con Cándido fallando mucho en la entrega y Trezza dejando el alma pero sin discernimiento, el técnico empezó a variar. Entró Santiago Cartagena para colaborar con Montiel en la recuperación, Diego Zabala en lugar del agotado Trezza y Emmanuel Gigliotti por Ramírez.
También apareció con más estruendo el grito de la hinchada, que nuevamente copó las tribunas del Parque Central. Alentando, con voces de molestia pero también de ánimo.
Nacional se fue arriba y aprovechó el descuido del rival, que cometió errores que le resultaron fatal. Daniel Bocanegra apareció en el área para marcar el 2-1 cuando iban 74 minutos, y Gigliotti cerró el marcador ya en los descuentos, aprovechando un buen pase de Zabala.
En el último tramo Nacional encontró la tranquilidad que dan las victorias, pero hilando fino, el equipo volvió a decepcionar y todavía no encuentra su verdadera identidad. Esta vez ganó con un penal dudoso y el impulso de los minutos finales que bajó desde las tribunas.
