Gastón Cossia, director ejecutivo del INBA

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Con un presupuesto de US$ 3 millones el Instituto de Bienestar Animal tiene planes "ambiciosos" y "sin precedentes"

Gastón Cossia, director ejecutivo del Instituto Nacional de Bienestar Animal, destacó que el Programa Nacional de Control Reproductivo en Caninos y Felinos "es el programa más ambicioso en la historia de las castraciones caninas del Uruguay"
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23 de abril de 2021 a las 22:02

¿Cuáles son las principales líneas programáticas del INBA?

El Programa Nacional de Control Reproductivo en Caninos y Felinos es ambicioso y para él el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) destinó recursos genuinos. La Cotryba (Comisión de Tenencia Responsable y Bienestar Animal) tenía una financiación anual de US$ 40.000; el INBA va a tener una financiación cercana a los US$ 3 millones por año.

Se prevé llegar a 100.000 castraciones por año, pero aspiramos a 200.000 o 250.000, es el programa más ambicioso en la historia de las castraciones caninas del Uruguay, no tiene precedentes. Eso irá de la mano de la identificación, dispondremos de 250.000 microchips al año para colocar de forma gratuita y coordinada con intendencias y organizaciones no gubernamentales.

Además, el Programa Nacional de Albergues va a retirar a los animales abandonados, los va a identificar, esterilizar y los pondrá en adopción. Habrá una campaña nacional de estímulo a la adopción de perros para retirarlos del sistema de refugios. Es importante fomentar la adopción en lugar de la compra.

Además se crearán centros de esterilización. Y un aspecto fundamental es coordinar con la Comisión Nacional de Zoonosis, la Dirección General de Servicios Ganaderos y la Dirección General de Medio Ambiente.

¿Hay veterinarios suficientes para cumplir esos objetivos?

Uno de los cuellos de botella es el poder llevar adelante una logística que permita ese incremento en las cifras.

Estamos trabajando en un convenio con la Facultad de Veterinaria y en otro con la Sociedad de Medicina Veterinaria, porque la participación del veterinario de libre ejercicio y de la clínica veterinaria va a ser determinante para conseguir que el programa sea eficiente.

Tenemos que apoyarnos en la infraestructura que ya existe y lograr la transferencia de los recursos a esas capacidades ya instaladas. Eso le permitirá al programa tener fluidez y a la gente acercarse más. Va a ser más amigable porque permitirá planificar de otra manera. Hasta hoy dependíamos de que la jornada de castración llegara y que ese día tuviéramos la disponibilidad para llevar al perro. Con este sistema tendremos más cercanía.

¿Ese servicio será gratuito?

La aspiración es que esas transferencias que pretendemos hacer se canalicen a través de los veterinarios de libre ejercicio que deberán tener distintas modalidades, gratuitas o económicas. Eso será a convenir sobre una base de prestación que queremos definir, que será igual en todo el país y se definirá por los montos de las licitaciones públicas que se han hecho en los programas de esterilización.

El punto crítico va a ser la capacidad que tenga la veterinaria de llevar adelante esta colaboración en honorarios profesionales y materiales, que por lo menos va a tener una contrapartida del instituto que tratará de paliar esos gastos mínimos. A ese número vamos a llegar a través de los antecedentes de licitaciones públicas y el conocimiento que tenemos de los aranceles de los veterinarios en todo el país.

¿Y de qué modo puede aportar el INBA en el control de algunas enfermedades?

Permitiéndome parafrasear al científico Rafael Radi, tenemos la intención de blindar el norte contra la leishmaniasis. Esta enfermedad afecta al ser humano, pero tiene como uno de sus principales reservorios al perro. Si logramos identificar y esterilizar a la mayor cantidad de perros de Salto, Artigas y Rivera, podremos tratar de restringir el avance de esta enfermedad que hasta ahora está limitada a esos departamentos. Esto lo podemos hacer focalizando los recursos.

Tenemos miles de castraciones para poder hacer, miles de microchips para colocar, lo podemos hacer de forma gratuita, ese es un ejemplo concreto. El Registro Nacional de Animales de Compañía funciona en base a un microchip que nos da información, por ejemplo si el perro está castrado o si está vacunado contra la rabia y con eso podemos definir políticas sanitarias.

¿Cómo piensan corregir el daño que generan las jaurías? 

Ese problema tiene varios factores, el primero es la tenencia responsable. Ahora llevamos adelante un programa piloto bastante exitoso que tiene varias aristas y una pata fundamental son los productores rurales. Hoy hay un círculo vicioso, porque si los animales no están identificados no se puede dar con el responsable.

Hemos tenido denuncias de ataques de perros en Javier de Viana, en Artigas, allí los perros se escapan del pueblo o son abandonados y pueden ir al monte y transformarse en perros asilvestrados que empiezan a tener conductas en jauría y eso se origina a partir de un error en la tenencia, esa es la base. Tenemos que usar la identificación para lograr que la política sea efectiva.

Todos los animales tienen que identificarse y las diferencias tienen que verse al momento de abonar los impuestos. Vamos a trabajar para que haya una patente diferencial entre un animal de reproducción y uno que está esterilizado.

¿Qué se hará con relación a los animales de producción?

Nuestro cometido es la protección de todos los animales. Uno de los ejes de trabajo será promocionar las buenas prácticas de bienestar animal y la posibilidad de llevar a cabo una política que pueda traducirse en certificados de calidad en bienestar animal.

Queremos trabajar con el INIA (Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria), con el INAC (Instituto Nacional de Carnes) y las facultades de Veterinaria y de Agronomía generando conocimientos. Hay un enorme campo de trabajo en materia de certificaciones que nos reclaman en todos los eslabones de la cadena en materia de bienestar animal. El mundo se encamina hacia eso y el instituto no va a ser ajeno.

El INBA tendrá un financiamiento anual cercano a los US$ 3 millones

Director ejecutivo

Gastón Cossia es veterinario y es diputado por el Partido Nacional. Como director ejecutivo del Instituto Nacional de Bienestar Animal (INBA) se encargará de desarrollar los procesos y programas establecidos por el INBA.

Es el único miembro del consejo directivo ya elegido.

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