Corea del Norte amaga con frenar el histórico avance con EEUU

Luego de años de una relación tirante y del comienzo de la administración de Donald Trump que preveía un futuro más oscuro aún, Estados Unidos y Corea del Norte comenzaron a dar señales esperanzadoras.

El próximo 12 de junio en Singapur está fijada la primera cumbre en la historia entre un presidente de Estados Unidos y un líder norcoreano. Sin embargo, ahora esa opción se maneja en condicional, según divulgó este martes la agencia de noticias oficialista norcoreana KCNA.

Corea del Norte podría cancelar la cumbre a raíz de las maniobras militares “Max Thunder” desarrolladas anualmente en territorio surcoreano por la fuerza aérea local en conjunto con Estados Unidos. En este ejercicio los aliados hacen ensayos militares en la península, que constituyen “una provocación intencionada” para el gobierno de Kim Jong-un.

"Estados Unidos tendrá que sopesar cuidadosamente todo lo relacionado con la prevista cumbre con Corea del Norte, a tenor de estos provocadores ejercicios militares conjuntos con la participación de las autoridades de Corea del Sur", indicó el medio.

La agencia también dijo que Corea del Norte canceló una reunión de alto nivel con Corea del Sur prevista para este miércoles debido a las maniobras Max Thunder.

Según el gobierno norcoreano, esas maniobras vulneran la "Declaración de Panmunjon" suscrita el pasado 27 de abril por Kim y el presidente surcoreano, Moon Jae-in, en la ciudad donde se encuentra la frontera entre las dos coreas y por la cual se establece un compromiso por la paz permanente y la completa desnuclearización de la península.

En los ejercicios militares, que comenzaron el pasado viernes y durarán dos semanas, participa un centenar de aviones, entre ellos ocho del tipo F-22, indetectable al radar, así como cazabombarderos F-15 y bombarderos estratégicos B-52.

Corea del Sur y Estados Unidos realizan regularmente ejercicios militares conjuntos que siempre han suscitado el rechazo del régimen de Pyongyang, que los considera como una amenaza.

Sin embargo, en marzo y como muestra de una postura más conciliadora, Kim le dijo al máximo asesor en materia de seguridad del presidente surcoreano, Chung Eui-yong, que entendía la necesidad de que Washington y Seúl realicen ejercicios militares conjuntos.

La respuesta de Estados Unidos llegó este martes de parte del portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, que aseguró en conferencia de prensa que su país sigue trabajando en la cumbre entre los líderes y que no tiene previsto cancelar sus ejercicios militares con Corea del Sur porque son “legales” y no “provocativos”.

Nauert aseguró que Estados Unidos no ha recibido ninguna notificación "formal ni informal" de Corea del Norte con respecto a este tema y explicó que estas maniobras “son legales y se planifican con mucho, mucho tiempo”.

"(Estos ejercicios) no son provocativos, éstas son cosas que hacemos por todo el mundo con todos nuestros socios y aliados", agregó.

Un golpe para la política internacional de Trump

El mandatario republicano perdería una batalla política si la amenaza norcoreana llega a concretarse y la reunión en Singapur no se realiza.

Fue una sorpresa mundial cuando a principios de marzo Kim Jong-un invitó a Trump a reunirse y el mandatario aceptó. El presidente surcoreano calificó el encuentro como un “milagro".

En Estados Unidos la sorpresa se convirtió en un respiro de crédito para un mandatario que no paraba de recibir críticas por su accionar internacional, especialmente se lo acusaba de no tener una planificación clara en materia de política exterior.