La comuna se hace cargo en los hechos de una parte de los residuos que se vierten al mercado

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Cosse avanza en cobrar tasa por residuos a grandes industrias y concreta uno de sus anuncios más sonados

La tasa abarcará de empresas medianas para arriba; desde la Cámara de Industrias lo rechazan
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09 de diciembre de 2022 a las 05:00

El brindis con cervezas en la plaza que termina con la lata en el contenedor... o fuera de él. La caja del nuevo celular que desemboca al final del día en el tacho de basura. El envoltorio de los pañales que acaba casi enterrado bajo la arena de una duna. La ley dice que sus fabricantes o importadores son responsables de la góndola hasta el final, pero en los hechos muchas veces es un camión de limpieza o una cuadrilla de la Intendencia la que los levanta

“Vamos a enviar a la Junta Departamental un proyecto para generar un nuevo ingreso que deberán pagar las empresas que son grandes generadoras de residuos”, anunció la intendenta Carolina Cosse en el club Stockolmo el pasado 6 de mayo, ante la ovación de militantes. A siete meses de ese acto, luego del ida y vuelta con las industrias y la apertura de una consulta pública, la jefa comunal firmó el proyecto de decreto que trasladará el costo de la gestión de residuos a las compañías generadoras

En el texto al que accedió El Observador, la comuna detalla que unas 340 mil toneladas de basura llegan cada año a la usina Felipe Cardoso, de las que cerca de un 40% tienen potencial de reciclarse, y entre ellos "una importante cantidad son residuos de envases y embalajes". El documento recuerda que las actuales cuatro plantas de clasificación de la Cámara de Industrias en Montevideo no recuperan más de mil toneladas por año, un "pequeño porcentaje" del total que circula en el mercado. 

La administración de Cosse entiende que toda la operativa –incluida la de Felipe Cardoso– le supone "gastos adicionales" que financian "todos los contribuyentes" cuando la "responsabilidad" debiera ser de fabricantes e importadores. "Queremos cobrarle a quien corresponde una tarea que hoy hace la intendencia", declaró a El Observador el director de Desarrollo Ambiental, Guillermo Moncecchi. 

La ecuación

Recolectar cada tonelada de basura que sale de los contenedores cuesta en el entorno de US$ 73, según calculan en la intendencia. Si se lo multiplica por todo lo que entra a Felipe Cardoso por despojos de las casas en un año, son casi US$ 25 millones. Mucho más caro aún sale levantar los pocos residuos que sí se apartan para el reciclaje: poquito más de medio dólar cada kilo, por la logística especial requerida. 

La intendencia establece en el proyecto de decreto la creación de un "ingreso contraprestativo", propone dejar de lado a las micro y pequeñas empresas, y apunta de las medianas para arriba, cuyos productos terminen en la basura de las casas, o –en su defecto– tirados por ahí. Quedan por fuera los embalajes y envases asociados a uso comercial, industrial o agropecuario. 

Envases acopiados en las plantas de clasificación

El proyecto de decreto crea un pago anual para estas compañías que fabrican o importan envases que son desechados una vez consumidos. Ese tributo equivale al costo por gestión tonelada de residuos en que incurre la intendencia, multiplicado por el total de toneladas que acaban despojadas. Esto implica que a todo el material que las empresas hoy vierten al mercado se le reste el porcentaje de lo que logran recuperar para reciclaje o reutilización. 

Se trata de un tema sensible para la Cámara de Industrias, que ya había puesto el grito en el cielo meses atrás. El entonces presidente de la gremial, Alfredo Antía, sostenía que el tributo se solaparía con el "esfuerzo enorme" de los afiliados por invertir en un nuevo plan de gestión de envases, y que se hacía "muy difícil pensar que esto no repercuta en los precios".

El llamado plan VALE implica extender la gestión de envases a todo el país –hasta ahora solo estaba en seis departamentos–, con más plantas de clasificación, una inversión ocho veces mayor y con el depósito por reembolso como una de sus principales innovaciones, un mecanismo en el que también ha insistido el ministro de Ambiente, Adrián Peña. 

"No esperábamos que esto (por la tasa) llegara ahora", dijo a El Observador uno de los encargados de la iniciativa, Agustín Tassani. "Tenemos previstas inversiones en todo el país con el plan VALE y llegando a acuerdos con todas las intendencias para lograr los objetivos. Queremos incrementar sustancialmente la recolección de envases y es lo mismo que quieren en la Intendencia de Montevideo, estamos alineados", sostuvo.

Tassani es optimista en que se van a "poner de acuerdo para lograr los objetivos de la mano del plan VALE y no del proyecto que la intendencia está mandando a la Junta", "no es ni más ni menos que alinearse", adelantó.

Moncecchi, el jerarca a cargo en la intendencia, introduce un matiz: "Hemos dicho claramente que son como dos conceptos relacionados que van en paralelo. El plan VALE es una propuesta de que ellos recuperen por sus mecanismos los envases. Con lo que retiren de ahí va a ser menos lo que van a tener que pagar. Hemos sido muy claros en decir que no les vamos a cobrar dos veces, se va a descontar lo que ellos retiren", insistió y recordó la ecuación planteada en el proyecto. 

Consultado sobre si la nueva tasa puede repercutir en los precios, el director de Desarrollo Ambiental zanjó: "Hoy el costo está en algún lado; o lo cubre el generador del residuo o lo está cubriendo el contribuyente. Cómo el generador traslada esos costos, es un tema de ellos. No debería ser de un impacto muy grande, pero no conocemos sus ecuaciones". 

El proyecto de la intendencia exige a los privados presentar una declaración jurada con el peso de envases y embalajes insertado en el mercado el año anterior y cuánto de ello se recuperó luego de ser desechado en los hogares. "La determinación del monto que se debe abonar en cada caso se efectuará por la IM con base en la información proporcionada", adelanta el texto, que establece multas de más de 250 unidades reajustables por no ingresar en el registro de generadores de residuos, o presentar datos falsos. 

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