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Cosse embretada frente a plebiscito del PIT-CNT ante diferencias en los sectores que la apoyan
"En eso no hay que apurarse, creo que el Frente Amplio tiene que darse su tiempo", dice Carolina Cosse cuando se le pregunta sobre el plebiscito del PIT-CNT que buscaría eliminar las AFAP, bajar a 60 la edad jubilatoria y atar las pasividades al salario mínimo. Ahora, con una papeleta ratificada por la orgánica sindical, la respuesta sigue incambiada: la intendenta de Montevideo va a estudiar el texto y sus argumentos.
Su probable precandidatura a la presidencia tiene particularidades que no enfrentan sus contrincantes en la interna, Yamandú Orsi y Mario Bergara, cuyos respaldos políticos –como el MPP, la Vertiente Artiguista y la Convocatoria Seregnista-Progresistas– pueden afirmar de antemano su férrea oposición a una consulta popular que hallan "inconveniente" y jurídicamente cuestionable.
Los principales apoyos de Cosse, en cambio, están de una forma u otra alineados con el rumbo que emprenderá el movimiento sindical, que ya levanta polvareda en sectores empresariales, constitucionalistas y hasta en la propia izquierda.
El Partido Socialista fue uno de los precursores dentro del Frente para dar la batalla por una nueva recolección de firmas, tras la aprobación de la reforma jubilatoria del gobierno de Luis Lacalle Pou. El Partido Comunista, por su parte, tiene al grueso de su base sindical jugada por el plebiscito –tras haber cerrado filas con los más radicales– y los colores de la 1001 no van a faltar en las movilizaciones.
Pero incluso dentro de ese espacio faltan las unanimidades y no son pocos los dirigentes políticos –en especial quienes articulan dentro del Frente Amplio– que por lo bajo confiesan dudas ante la salida negociada en el PIT-CNT. De hecho la corriente sindical Gerardo Cuesta –que nuclea a los sindicatos más afines al PCU– era partidaria en un inicio de dejar sin efectos jurídicos la reforma de la coalición y que un futuro gobierno proponga una nueva ley.
Si bien el Partido Comunista refiere en documentos internos a apostar por un "gran diálogo social genuino para que se lleve adelante una reforma integral" (y no una enmienda constitucional), su secretario general Juan Castillo vislumbra desde hace meses que no pueden ser ajenos al plebiscito que finalmente emprenderá el PIT-CNT.
Pero Cosse también deberá administrar hacia adentro la postura de otros socios que no comparten la consulta popular. "El Nuevo Espacio le da amplitud a la precandidatura de Carolina Cosse, y eso nos da absoluta libertad para tener definiciones propias", interpreta el dirigente Darío Mendiondo. "Ese es nuestro total respaldo a la propuesta del presidente del FA, Fernando Pereira, de ir por un diálogo social en un futuro gobierno, más allá de ser respetuosos de lo que define el movimiento sindical".
También tomará distancia de esta iniciativa el exsubsecretario de Economía, Pablo Ferreri, uno de los expertos que Cosse puede esgrimir como parte de su equipo económico.
Desde el entorno de la intendenta transmiten a El Observador que ella hará énfasis en "lo que los une" y no en lo que los "divide": que el rechazo de la izquierda a la reforma jubilatoria en este período es unánime y que en todo caso se debaten por la estrategia más adecuada.
En plena campaña electoral no van a faltar las consultas periodísticas sobre su postura respecto a la papeleta del PIT-CNT, pero tanto comunistas como más moderados dan por hecho que Cosse puede encontrar varias "salidas políticas" dentro del marco de la libertad de acción que el Frente Amplio se encamina a otorgar a sus integrantes.
Entre sus socios visualizan que una de las pruebas a sortear en los próximos meses será la respuesta política a si piensa firmar la papeleta.
PIT-CNT renueva foto de la división interna
Antes de hablar ante los medios este jueves, el presidente del PIT-CNT, Marcelo Abdala, llamó por micrófono a los dirigentes del Secretariado Ejecutivo y a los integrantes de la Mesa Representativa que quisieran acompañarlo. Fue la primera vez en casi un mes de debate interno que referentes de todas las corrientes sindicales posaron unidos en una misma foto, incluso a pesar del descontento de varios.
"Con 44 votos a favor se aprueba el contenido de la papeleta y desde la perspectiva del campo popular esta Mesa Representativa Nacional Ampliada alienta vientos de esperanza", proclamó Abdala.
Más de dos tercios de la central sindical votó unida y corrigió la foto de la última resolución tomada en tercios en la dirigencia, cuando se aprobó el plebiscito con una mayoría exigua de los más radicales –Coordinación de Sindicatos y socialistas– para recolectar firmas.
Las negociaciones siguieron hasta último momento, a tal punto que durante la Mesa la secretaria general de la central, Elbia Pereira –integrante de uno de los espacios más críticos con el plebiscito– remarcó que escuchaba por primera vez determinadas disposiciones que no estaban en el texto anunciado el jueves pasado.
La Confederación de Organizaciones de Funcionarios del Estado (COFE) presentó incluso una moción alternativa para pedir más tiempo de discusión, bajo la premisa de que hay "más dudas que certezas" y que se acababan "de enterar de que al texto propuesto se le hicieron una serie de modificaciones que se acaban de presentar", con "argumentos importantes que modifican el contenido de la papeleta que se bajó a discusión", según accedió El Observador.
Esa propuesta tuvo diez votos. Otras cuatro filiales se abstuvieron.
El abogado Juan Ceretta justificó los cambios en la necesidad de "evitar cualquier duda sobre el destino de los fondos".
El nuevo texto a entregar a la Corte Electoral, al que accedió El Observador, agrega que el fideicomiso en la órbita del BPS al que se volcarán todos los recursos de las AFAP deberá administrar "las inversiones vigentes hasta que el plazo de las mismas se extinga".
A eso suman que el BPS deberá crear "una comisión especializada en la transición" para "ordenar y conciliar los aportes individuales, respetando y garantizando el derecho de los aportantes a la trazabilidad de sus aportes" así como "la no pérdida de derechos".
Los comunistas habían negociado ampliar la transición en caso de que prosperara la enmienda, con dos años para que el futuro gobierno pueda regular por ley el cese de las AFAP y la posterior eliminación del pilar de ahorro individual.
