Crecen las dudas sobre la muerte del líder de Wagner Prigozhin

A pesar de que el presidente ruso Vladimir Putin mandó sus condolencias por el deceso del jefe de los Wagner, la muerte de Prigozhin no fue confirmada jurídicamente con pruebas de ADN, necesarias en el caso dada la condición en que quedaron los cadáveres de los ocupantes del avión caído el pasado miércoles.

El médico forense que obra en el caso, Vladimir Skakun, detalló al portal digital de noticias Fontanka.ru que “con los cuerpos de todos los ocupantes carbonizados, la identificación mediante análisis comparativo de material genético llevará varios días, ya que se depende de la entrega de muestras de los familiares directos de los fallecidos”.

En cuanto a las causas de la caída del avión y la supuesta muerte del líder de Wagner, el presidente de Bielorrusia, Alexandr Lukashenko, que medió para sofocar el motín de los mercenarios en junio pasado contra la cúpula militar rusa, dijo este viernes que había advertido a Prigozhin por intermedio del presidente ruso Putin que tenía información del atentado que se preparaba contra él.

Según el mismo Lukashenko, Prigozhin le confirmó que había recibido el aviso y tomado recaudos.

Una de las posibles causas de la caída del Embraer legacy 600 de propiedad de Prigozhin es la detonación de un artefacto explosivo colocado en el compartimento del tren de aterrizaje del avión.

Otra hipótesis baraja la posibilidad de que la aeronave pudo ser abatida, intencionadamente o por error, por misiles de las unidades de defensa antiaérea que protegen la residencia de Putin situada junto a la ruta en la provincia de Tver que seguía el avión.

Funcionarios rusos no descartan un desperfecto técnico, como tampoco un error del piloto. Sin embargo, en las redes sociales crece cada día con más fuerza la idea de que todo es un montaje y que Prigozhin sigue vivo.

Ya encontrada la caja negra del avión, las dudas sobre los últimos instantes del vuelo de la nave pueden arrojar algo de luz sobre el tema, pero el silencio oficial sobre su contenido, ya lleva más de un día. 

El Kremlin, por su parte, rechazó de manera rotunda las acusaciones la oposición y las declaraciones de políticos occidentales de que Putin estaría detrás del siniestro del avión de Prigozhin. Mediante el portavoz ruso Dmitri Peskov, se enfatizó que “toda incidencia del gobierno ruso en el hecho se trata de una rotunda mentira”.

Claro que, ante esa información, los medios sacan a relucir la declaración de Putin de no perdonar la traición, emitida en un mensaje televisivo al pueblo ruso el pasado 24 de junio, cuando Prigozhin y sus mercenarios intentaron el motín sobre Moscú.

Ni tampoco que, luego del acuerdo que terminó con la sublevación y el traslado Bielorrusia, el gobierno ruso despojó de su armamento pesado al grupo Wagner.

Con el accidente del avión, la fuerza mercenaria quedó acéfala, ya que allí volaban, según confirman las listas, el líder máximo, Yevgueni Prigozhin, y Dmitri Utkin, su más destacado comandante y cofundador del grupo.

Utkin, un antiguo oficial de la inteligencia militar rusa, combatió en Chechenia, Siria y Ucrania, y fue galardonado con el título de Héroe de Rusia. En una de las escasísimas fotos que hay de él, se lo ve con la cabeza rapada y varios tatuajes con simbología nazi en los brazos.

Otro de los muertos en el accidente del Embraer Legacy 600 es Valeri Chekálov, responsable de la seguridad personal de Prigozhin y de parte de sus negociados, motivo por el cual había sido recientemente sancionado en los Estados Unidos.