Cuántos uruguayos usan Tinder y qué opina un sociólogo sobre su adopción

Según el Perfil del Internauta 2021 divulgado por Grupo Radar, en Uruguay el 9% de las personas utilizan alguna app de citas.

Tinder y sus inicios

En 2012 dos jóvenes estudiantes universitarios tuvieron una idea convertir las páginas de citas online en algo fácil y divertido. Crearon Tinder que se lanzó exclusivamente en iOS. A fines de ese año se hizo popular en todos los campus universitarios de Estados Unidos y para 2013 ya estaba disponible para Android.

En 2015 la compañía comienza a cotizar en la bolsa de valores Nasdaq y durante los Juegos Olímpicos de Río 2016 la app fue furor en la Villa Olímpica. Llegando a ser denominada como “otra medallista” o “Los juegos olímpicos de Tinder”.

Para agosto de 2019 se convierte en la app non-gaming con mayor recaudación en App Store y Google Play. 

Durante estos 10 años la app fue descargada 340 millones de veces. Actualmente está disponible en 190 países y en más de 40 idiomas, según datos de la compañía.

Su uso es sencillo, al abrir la app aparecen perfiles de usuarios como un catálogo. Cuando se desliza (swipe) a la derecha es porque hay interés en esa persona, cuando se hace hacia la izquierda no lo hay. Si dos personas se interesan mutuamente es un match. Eso les permitirá iniciar una conversación en la app. 

Al inicio de la pandemia del covid-19 hubo más de tres mil millones de swipes en un día. Un récord alcanzado como consecuencia de las restricciones de movilidad impuestas alrededor del mundo. 

Las apps como nueva forma de vincularse

Las apps de citas están cambiando la forma de relacionarse. En general las personas prefieren parejas que sean similares a ellos. Tinder y otras aplicaciones similares hacen que las parejas sean “levemente menos parecidas entre sí en términos raciales, étnicos y religiosos”, explicó el doctor en Sociología Matías Dodel a Cromo. 

Las personas no se vuelven menos selectivas con las apps, pero sí aparecen nuevos factores que afectan en sus elecciones. Por un lado, tienen “un listado de posibles parejas muchísimo más grande, porque sus redes sociales no virtuales tienen un límite. Son a través de la familia, los amigos, el trabajo, los lugares que frecuentan”, dijo Dodel y añadió que en todos esos ámbitos, las personas tienden a ser relativamente parecidas, sobre todo los vínculos a través de la familia y los amigos. 

Por otro lado, al no tener como intermediarios a los vínculos cercanos, permite que las personas “puedan expresar preferencias que pueden no ser bien vistas en el pequeño mundo social de cada uno”, explicó. 

Esto tiene especial relevancia para personas de la comunidad LGBTQI+, “el desintermediado de la familia y amigos puede liberar más a algunas personas, les permite vincularse con gente de su misma orientación sexual e intereses”, dijo el experto.

Así las aplicaciones crean potenciales nuevos vínculos que de otro modo sería muy difícil que ocurrieran. Los posibles candidatos dentro del círculo offline de cada persona tienden a ser bastante reducidos, las apps de citas abren la puerta a un mundo de probables parejas bastante más grande. 

Tinder y otras apps crean un contacto que de otro modo no sucedería o sería improbable. “Ese es el efecto más importante desde el punto de vista general a nivel de estructura social que tienen estas apps”, explicó Dodel. 

¿Pueden los algoritmos predecir intereses e interferir en la selección? Para el experto probablemente tengan un efecto pero hay otros factores de mayor peso. Diversos estudios han demostrado que el atractivo físico sigue siendo importante en el mundo online así como en el offline. 

A pesar de que los algoritmos puedan tener un impacto, “la evidencia para otros países muestra que las parejas que se han conocido en internet, sobre todo a través de apps de citas, tienden a ser más diversas que las parejas que se conocieron a través de amigos o familia”, concluyó el sociólogo.

También reconoció que a pesar de ello, las apps permiten que el usuario busque candidatos según sus preferencias, lo que puede generar segregación racial. También le preocupan las aplicaciones que son muy selectas, para millonarios u otros grupos. De ese modo se generan diferentes ecosistemas.