Para la consultora CPA Ferrere la economía uruguaya "corre riesgo de estancamiento", aunque es probable que el crecimiento se mantenga en torno a 2% en los próximos 18 meses.
"El mundo empeoró para Uruguay y eso se traduce en que las proyecciones se corrigen a la baja", dijo Capurro.
Hoy la economía crece, pero de manera asimétrica entre sectores y con debilidad del lado de la demanda. Dos motores como la inversión y el empleo están "debilitados".
La economía uruguaya se expandió 2,7% en 2017. El crecimiento proyectado por CPA para 2018 es de 2,2% y 1,9% para 2019. Hace algunos meses las estimaciones eran de 2,8% y 3%, respectivamente.
"Si se depura la reversión del efecto refinería y de una eventual normalización de la sequía el año próximo, la economía efectivamente se viene desacelerando. No es un crecimiento cero, pero se parece a una economía virtualmente estancada", dijo Capurro.
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Por otro lado, señaló que "un mayor estrés financiero" en Argentina y un deterioro adicional de la actividad en la vecina orilla podría llevar a que finalmente el PIB crezca por debajo de 1% en 2019.
Además, el economista explicó que del lado de las políticas públicas hay poco margen para implementar herramientas contraciclicas que intenten compensar el shock regional. Por ejemplo no es posible una reducción de impuestos dado el desequilibrio fiscal. Y tampoco depreciar la moneda con la inflación en 8% y la mayor parte de los salarios por negociarse.
Grado inversor "amenazado"
Los expertos coincidieron en que el grado inversor de Uruguay está "amenazado", aunque el perfil de vencimientos de deuda y la gestión de liquidez defienden la calificación en el corto plazo.
Capurro indicó que el Poder Ejecutivo mantiene las metas fiscales, pero diferidas para 2020. "No es una meta muy válida porque para 2020 este gobierno no va a estar a cargo de la administración", apuntó.
En sentido, dijo que en la Rendición de Cuentas se "relajan" los compromisos fiscales y "no se incorpora un peor escenario en la región". Desde su punto de vista, las metas fiscales no se cumplirán y el déficit seguirá arriba de 3,5% del PIB al menos durante los próximos dos años.
Capurro reiteró que para recuperar el ancla fiscal y la credibilidad de corto plazo, el próximo gobierno deberá promover en 2020 un ajuste fiscal de casi 1% del PIB. También se hará necesaria una reforma de la seguridad social para recuperar la sostenibilidad del sistema en el largo plazo.
En Argentina todavía "no pasó lo peor" y eso tiene dos explicaciones, según Oddone. Una es que los fundamentos macroeconómicos todavía son "débiles".
Los indicadores adelantados de actividad muestran una fuerte caída del PIB en el segundo semestre que llevará a terminar el año con una contracción de la economía. A ellos se suma un elevado déficit de cuenta corriente y déficit primario.
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La segunda explicación es que las necesidades de financiamiento son todavía muy elevadas.
La "buena noticia" es que el déficit fiscal está mejorando porque el ajuste fiscal que está en marcha está dando resultados, señaló. En ese escenario, la clave pasa por cuánto tiempo tiene el gobierno de Mauricio Macri para consolidar el ajuste y cómo el enlentecimiento de la actividad afectará la recaudación.
"Uno debería esperar que cualquier noticia del mercado internacional como la de Turquía (derrumbe de la lira) rápidamente se interiorice en el mercado con mucha volatilidad cambiaria", dijo Oddone.
Dólar seguirá subiendo
En el corto plazo se espera que el dólar se continúe fortaleciendo a nivel global. En Estados Unidos el mercado laboral muestra que por primera vez desde que se tienen registros el número de vacantes es mayor al número de desempleados. Por otro lado el aumento de precios pone mayor presión sobre la inflación.
Ese sobrecalentamiento se traduce en que se acelere el ritmo de normalización monetaria por parte de la Reserva Federal con aumento de tasas.
Eso se refleja en la depreciación de las monedas emergentes que ha sido generalizada aunque con diferente intensidad. Turquía (55%) y Argentina (47%) encabezan la lista. Uruguay está a mitad de tabla con una depreciación de 11% de su moneda.
"Hay buenas razones para pensar que en los próximos 18 meses el dólar va a seguir fortaleciéndose", afirmó Oddone.
Además, el contexto internacional hace que ese escenario sea más restrictivo para el acceso al financiamiento y expone a los países de la región a mayores dificultades financieras.
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