Este complejo de lanzamiento es conocido como una de las plataformas de despegue más antigua. Tras la necesidad de construir un lugar desde donde lanzar el misil balístico PGM-17 Thor, se impulsó la creación de este complejo. Se construyó en 1956 y desde allí se enviaron al espacio distintas misiones, satélites y observatorios.
Este complejo de lanzamiento se convirtió en el Air Force Station Space Launch Complex 17 (SLC-17), una terminal desde la cual despegaron más de 300 proyectiles. Con el paso del tiempo ambas plataformas fueron testigo del lanzamiento de los cohetes Delta, mucho más grandes y pesados.
Según consigan Xataka, este complejo también fue testigo de uno de los accidentes más increíbles de la historia de la astronáutica. En 1997 el satélite GPS IIR-1 estaba listo para despegar, pero 13 segundos antes de salir, un fallo en el Delta II que los transportaba provocó la explosión sobre una de las torres. Esto provocó la destrucción de 20 cohetes y dañó a una de las torres.
Este fue el comienzo del fin. Primero se trasladaron los lanzamientos de los cohetes Delta a la base Vandenberg, conocida como SLC-2W, comenzando así la historia de una muerte anunciada. Y su actividad fue deteniéndose hasta el 2011 cuando presenciaron el último despegue. Desde entonces, la idea de derribar ambas torres se retrasó hasta poder encontrar los fondos suficientes. Pero ese día llegó y ahora comenzó la demolición del complejo.
El complejo SLC-17 era administrado por Moon Express, luego de que cesara su contrato con las Fuerzas Armadas estadounidenses. Esta empresa privada tiene como objetivo poder conquistar el espacio a través de la construcción de nuevos cohetes y exploradores robóticos, para que la Luna se convierta en un laboratorio permanente.
Para ello se deberá a remodelar todas las instalaciones. Si bien la empresa no declaró cómo proseguirá, se sabe que el complejo SLC-17 ahora solo será uno de los símbolos espaciales más importantes.
Uno de los lanzamientos más importantes fue el de los primeros misiles balísticos de rango medio. Así como también las sondas de misión Explorer o Pioneer.
Lanzado en el 1958, el Explorer 1 fue el primer satélite puesto en órbita por Estados Unidos y el tercero de la humanidad, por lo que la base se convirtió en uno de los primeros hitos de la carrera espacial. La misión Pioneer, por otro lado, fue la primera exploración planetaria que investigó los planetas más externos de nuestro sistema solar.
Desde este complejo, no solo se lanzaron los observatorio solares que nos permitieron conocer mejor el Sol o los cometas; también fue testigo del lanzamiento de los robots más carismáticos: los rovers Spirit y Opportunity.
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