Diego Zabala llegó a Nacional con el torneo en marcha y con una lesión en el talón, se recuperó, le tocó debutar nada menos que en el clásico y luego sumó minutos ante City Torque, lo que dejo una buena impresión al entrenador Pablo Repetto.
Eso, sumado a sus entrenamientos, su experiencia y sus condiciones, hace que suene con fuerza para ser titular el domingo ante Wanderers en el extremo derecho del equipo o, en caso de que vaya al banco, a que tenga una mayor participación.
A los 30 años, Didi Zabala decidió volver al fútbol uruguayo ante el llamado de Nacional.
“Los que me conocen de chico, saben lo que significa para mí vestir esta camiseta”, dijo en su presentación y reconoció que era hincha tricolor igual que su padre y su hermano, con quien fue muchas veces al Gran Parque Central.
La infancia de Zabala puede confirmar el dicho de que en “Uruguay nos conocemos todos”.
Es que el extremo derecho se crió entre el Complejo América y Sayago, junto a Santiago “Morro” García, el crack tricolor desparecido a principios de 2020, y de Christian “Keke” Almeida, hoy uno de los defensas de Nacional, de quien dijo ser “muy amigo”.
“Nos criamos juntos, somos muy amigos del mismo barrio”, señaló. Además, también era conocido de Diego “Torito” Rodríguez, otro de los integrantes del plantel.
Con el Keke tiene fotos juntos en casamientos, ambos de traje, y también en algún partido de fútbol 5 jugado de vacaciones junto a otros futbolistas como Ignacio Panzariello o Jonathan Candia.
Además, Zabala fue amigo del Morro y su familia. “Tanto Christian (Almeida), Santiago, nos criamos todos juntos, jugamos campeonatos de barrio, fuimos a la escuela juntos... Siempre. De chiquito que lo conozco, tengo buena relación con Gonzalo el hermano también, así que siempre lo recordamos de buena manera”, dijo sobre el exdelantero de Nacional.
Cuando el Morro falleció, Didi subió una foto de ambos juntos. “Qué en paz descanses, negrito”, le escribió. Uno de los comentarios de la foto fue de un conocido de ambos, que recordó cuando de niños alquilaban una Playstation para jugar juntos.
Los niños crecieron y se fueron desarrollando en la cancha. El Morro ya era figura en las juveniles de Nacional, Almeida se formó en Liverpool y Zabala tuvo su salto a Primera en Racing.
El hoy volante albo debutó en la escuelita de Sayago en el Uruguayo 2010/11 y marcó una época al jugar seis temporadas, todas con el equipo cervecero en Primera.
En Racing coincidió con el hoy técnico de Peñarol, Mauricio Larriera, quien estuvo al frente de una campaña histórica del club en el año 2014.
El DT tomó el equipo para el Clausura 2013/14 y se ubicó 7° en la tabla, logrando la permanencia, mientras que en el Apertura 2014/15 realizó una campaña inolvidable para los de Sayago, con 32 puntos, quedando segundo tras e Nacional de Álvaro Gutiérrez, que hizo 42 puntos sobre 45, una cifra impactante.
Zabala metió tres goles en aquel torneo y fue uno de los protagonistas de un Racing en el que jugaban futbolistas como el Loco Contreras, Damián Marechauffe, el histórico Gonzalo Aguilar, Juan Pablo Rodríguez, Ignacio Nicolini, Jesús Trindade, Christian Tabó, Mauricio Affonso, un joven Gabriel “Toro” Fernández, Mauro Estol y Carlitos Díaz, entre otros.
Tras aquel Apertura con el que terminó el año 2014, Larriera se fue de Racing, que en la siguiente temporada no pudo repetir aquella actuación.
Zabala siguió un año más hasta que a principios de 2016 llegó la llamada internacional. Vélez Sarsfield lo quería y se fue a préstamo con opción a compra.
Y así comenzó su periplo argentino, donde tuvo buenos momentos, muchas amistades y un gran susto.
En Buenos Aires tuvo una situación traumática en sus primeros meses, cuando vivía en el complejo deportivo de Vélez. “Una madrugada entraron tres adolescentes a robar y llegaron armados hasta donde estaba durmiendo. Me despertaron y me tuvieron 45 minutos atado con los cordones de los championes. Estuvo bravo, porque estaban armados. Se llevaron mi celular, reloj, un perfume y dinero”, contó.
En el “fortín” jugó el primer semestre de 2016 y el campeonato 2016/17, y se hizo muy compinche de Fabián “Poroto” Cubero y de Mariano Pavone. Los hinchas le pedían que no se vaya, pero el equipo de Liniers no hizo uso de la opción de compra.
Volvió a Racing, entrenó, y volvió a cruzar el charco para jugar en Unión de Santa Fe, donde jugó dos temporadas bajo las órdenes de Leonardo Madelón y fue compañero de los uruguayos Matías Castro y Javier Méndez.
Tuvo su mejores registros de goleo con 11 tantos en esos dos años, lo que despertó el interés de Rosario Central que pagó 1.2 millones por su ficha.
Así finalmente pasó a uno de los grandes de Rosario y del fútbol argentino, donde jugó las últimas tres temporadas, bajo las órdenes de Diego Cocca en la primera y de Chrsitian “Kily” González en las dos últimas, y siendo compañero de jugadores como Néstor Ortigoza, Jeremías “Conan” Ledesma, y los uruguayos Sebastián Ribas y Federico Martínez.
Tras un 2021 con 30 partidos, 18 como titular, terminó su ciclo en el “canalla” y pegó la vuelta para Uruguay, para jugar en Nacional, club del que fue hincha y en el que intentará ser campeón.
“Sé lo que es Nacional, lo que representa, y la obligación de pelear por todo lo que juega”, señaló el volante que el domingo puede tener su primera titularidad en el tricolor, donde busca su primera copa.
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