Nacional > La Teja
Doble crimen: están identificados los presuntos autores y hay pistas sobre el móvil
La familia de Nahuel Miranda se despertó a las 6.30 de la mañana del domingo con los gritos de un hombre que repetía: “¡Lo mataron, lo mataron!”.
En shock, y todavía con la confusión del sueño, Natalia Mesa, la tía de Miranda, no entendía. De su sobrino no podían estar hablando.
“Porque yo sabía que Nahuel había ido a un cumpleaños y que había hablado con el padre a las seis de la mañana”, dice ahora Mesa, al costado de tres llantas en llamas que cortan el tránsito de Carlos María Rodríguez y Ascasubi, frente a la sede de Club Atlético Progreso.
—Ya te voy a buscar —le había escrito el padre en un mensaje.
—Me tomo un taxi —respondió su hijo.
“Y pasó lo que pasó”, cuenta Mesa.
Nahuel Miranda, de 16 años, fue asesinado en la esquina Gobernador del Pino y Aurora, a dos cuadras de la casa en donde se festejó el cumpleaños. Él y su amigo Rodrigo García –de la misma edad– salieron del cumpleaños sobre las seis, cuando todavía era de noche, y caminaron dos cuadras con otros amigos hasta que dos jóvenes desconocidos se acercaron. Todo ocurrió en pocos segundos. Uno de ellos se dirigió a García y le preguntó: "¿Vos sos Toti?". La misma pregunta recibió Miranda. "¿Vos sos Nahuel?". Y ante el "sí" de ambos, el asesino les disparó un tiro a la cabeza a cada uno, contaron fuentes de la investigación a El Observador.
La policía tiene identificados tanto al presunto homicida como a quien lo acompañaba, pero los investigadores se encuentran recabando más pruebas antes de proceder a su detención, se indicó. Una de las hipótesis más firmes que considera la fiscal del caso, Adriana Edelman, es que el ataque se produjo como una represalia por vínculos amorosos.
Consultado sobre el caso, el ministro del Interior, Jorge Larrañaga, dijo que no podía dar detalles para no perjudicar la investigación, pero afirmó que "hay pistas, se sabe por dónde puede estar la cosa".
Además, dijo que como ministro del Interior y padre quería expresar "un enorme dolor por esta situación". "Yo siento ese dolor y traslado hacia los familiares nuestras condolencias y el definido y firme objetivo de estar detrás de los responsables", afirmó.
El jugador
Miranda apostaba a triunfar como futbolista. Estudiaba en el liceo Parque Tejano –Nº 66–, pero sus energías estaban enfocadas en llegar a la Primera División de Progreso, club del cual era hincha –era frecuente verlo en el estadio Abraham Paladino– y en cuya comunidad social estaba muy arraigado. Empezó a jugar en la institución en el baby fútbol, a los 5 años, y nunca se alejó.
"Los padres también son del club; es gente del barrio, que vive a media cuadra de la cancha", contó a El Observador Agustín Montimuiño, secretario general del club.
El coordinador de juveniles, Gabriel Farcilli, recordó que Miranda se destacaba del resto por su perseverancia para entrenar y porque era muy "muy sociable". "No era de esos callados, que pasan desapercibidos", contó. "Era un chiquilín con un montón de ilusiones".
En cuanto se supo la noticia de la tragedia, Progreso anunció en su cuenta de Twitter que por luto se suspendían todas las actividades de la institución de este lunes, y se homenajeó al futbolista con dos fotos de un partido de dos años atrás. Miranda –mediocampista– había contribuido a la victoria de Progreso con un gol contra Villa Teresa, en el complejo de juveniles del cuadro rival.
"Siempre te recordaremos por el amor que sentías por el club y como lo demostrabas en cada partido, tanto en la cancha como en la tribuna", decía el tuit de la institución.
Farcilli no tiene dudas. "Era un jugador con proyección, con grandes proyecciones futbolísticas, que iba a triunfar, sobre todo por la convicción que tenía".
"Eran dos niños"
En cuanto comprendió lo que gritaba el hombre, Mesa acompañó a los padres de Miranda hasta el lugar del crimen, cuando la policía todavía no había tapado los cuerpos.
En la noche de este lunes, parada muy cerca de uno de las llantas que los vecinos encendieron como protesta, exige justicia. El fuego crepita desde hace minutos. Las llamas iluminan las dos banderas amarilla y rojas que se desplegaron en la avenida. "Desde la panza de la vieja hasta el cajón", se lee en una de ellas.
Mesa, que asumió el rol de vocera de la familia del futbolista, dice a los periodistas: "Hasta ahora no sabemos nada de ninguno de los dos niños, porque eran dos niños que murieron de la peor manera".
"Salieron del cumpleaños y fueron todos para el mismo lado. Los padres de la cumpleañera dicen que en ningún momento hubo problema con nadie", agrega la tía de Miranda, y luego, ante la consulta de si confía en la resolución del caso, pide que se evite la venganza personal.
"Yo no quiero que los gurises hagan justicia por mano propia: ¡dejen actuar a la Justicia, dejen así, gurises, ustedes no se metan, son niños, disfruten de la vida", exclama.
Los cerca de 300 vecinos y familiares que respondieron a la convocatoria de Progreso en las redes sociales miran fijo las llamas y no se inmutan ante las columnas de humo negro que el viento lleva cada tanto a sus rostros. Algunos sostienen velas, varios tienen fotos de las víctimas, otros, carteles que suman la inseguridad a sus reclamos; la mayoría está vestido con los colores de la institución.
Un rato después de la marcha hubo pedradas a ómnibus en las inmediaciones a los accesos y la policía detuvo a nueve personas, aunque una de ellas fue liberada enseguida. Los indagados –todos menores– dañaron tres ómnibus y un patrullero, dijeron fuentes de la cartera de seguridad a El Observador.
