Doce años de Batoví Games

Además de ser una de las elevaciones más pronunciadas de Tacuarembó, Batoví es también Batoví Games, la empresa más longeva de videojuegos del país que cumple 12 años de trayectoria. Al respecto de su historia y juegos, Cromo entrevistó a su director, Fernando Sansberro.

La idea de armar un estudio de videojuegos surge en 2000, debido a que no había industria local en ese momento. Los juegos móviles eran algo que todavía no había comenzado pero se sabía que serían el futuro. Por otra parte, debido a las limitaciones de la plataforma, se podía competir en iguales condiciones con las empresas grandes. Así, Batoví comenzó a funcionar en 2005 como el resultado de una asociación con la empresa Ipcom, una empresa local de software de telecomunicaciones.

Inicialmente éramos un equipo de cuatro personas para el desarrollo de juegos de celulares; luego crecimos rápidamente en un estudio más grande para trabajar en varias plataformas a la vez.

El tiempo de desarrollo depende del juego. Hubo juegos que se hicieron en un mes y otros que se hicieron en varios meses. Los juegos de advergaming (juegos por encargo) tienen una fecha límite la cual no se puede sobrepasar. Eso se debe a que corresponde con el lanzamiento de algún producto o evento y hay que tener el juego pronto para esa fecha a como dé lugar. Para los juegos propios, los plazos los ponemos nosotros, pero como se compite con juegos de todo el mundo, a veces llevan un poco más de lo deseado, sobre todo en los detalles que hacen que un juego se destaque. Por ejemplo, Pixel Cup Soccer 16, el último juego que desarrollamos, llevó seis meses, y luego publicarlo para Steam (PC) y Android llevó un par de meses para cada plataforma. El juego que más tiempo ha llevado hasta ahora es Pixel Cup Soccer 18, actualmente en desarrollo, que lleva más de un año de producción.

¿Cómo fue el salto de trabajar en Necrópolis de la IMM a trabajar en el mundo de los videojuegos?

Fue un salto gigante. Pasé de tener horario, tener que pedir permiso para todo y estar encerrado todo el día a tener mi empresa, entrar y salir cuando quiero, trabajar con gente creativa, viajar a los eventos y, por sobre todo, poner un monitor fullscreen con un juego y que sea trabajo. El motivo por el cual me dediqué a los videojuegos es puramente vocacional. No me he visto haciendo otra cosa desde que tengo memoria y mi pasaje por el software fue por mera necesidad. Pero obviamente la experiencia me ha servido muchísimo para saber qué aplicar y qué no aplicar del mundo corporativo en una empresa de videojuegos.

Las experiencias en el mercado local hasta 2009 eran pocas comparadas con las experiencias para el mercado extranjero. Esto cambió con la introducción del Plan Ceibal, lo cual nos permite desarrollar videojuegos con una masa crítica muy interesante. En el pasado habíamos realizado algunos juegos web para Uruguay pero la audiencia no pasaba de 5 mil personas. Hoy, al desarrollar un videojuego para la computadora XO, se alcanza una audiencia de más de 200 mil personas. Al presente somos uno de los mayores proveedores de contenido de juegos para Plan Ceibal. Este año también trabajamos en una experiencia nueva, haciendo el seguimiento de varios grupos de liceales que desarrollaban videojuegos y, por supuesto, fomentar el desarrollo de videojuegos en adolescentes que tienen ganas, es un sueño hecho realidad.

Hay varios, por lo que significan. Pixel Cup Soccer 16 es el primer juego por el cual se nos conoce internacionalmente y hemos logrado bastante con ese juego. Ajedrez y Leyendas es un juego que pensamos seguir y que me llena de orgullo la forma en que enseña de verdad a pensar. Y luego me llena de orgullo cada vez que me pongo una remera de Batoví y los adolescentes me dicen "vos hiciste el Vascolet, el Xa (contra los Cuatreros Galácticos) y el Garra Fútbol, yo quiero hacer juegos también".