Por Manuela García Pintos, enviada a Durazno
Sol, amigos, familia, folklore y buenos negocios. Una fiesta con todas las letras. Así fue el 60º remate anual de El Baqueano, de la familia Bordaberry, realizado en la tarde de este jueves 24 en las instalaciones del local Santa Bernardina, de la Sociedad Rural de Durazno.
Y fue una fiesta literalmente, dado que uno de los directores de la cabaña, Santiago Bordaberry, festejaba su cumpleaños Nº 58. Y lo celebró de la mejor manera.
“Un día redondo. De esos días que no queres que terminen”, dijo a El Observador.
Con negocios a cargo de la firma Zambrano & Cía y la financiación del Scotiabank todo salió bien.
La torada Hereford (51 animales) alcanzó un valor promedio de US$ 4.058, lo que es un 45% más que el valor obtenido en el remate de 2018.
El valor máximo fue US$ 7.800 por "Makila", el toro de dos años que resultó ser el Reservado Campeón dos años menor de la última Expo Prado.
“El balance es todo bueno. No tengo nada más para decir. Nada salió mal”, explicó el cabañero.
En tanto, destacó la concurrencia, las ventas totales, los promedios –que estuvieron por encima de lo esperado– y el hecho de que hayan comprado no solo clientes de muchos años, sino que también compradores nuevos.
“El remate fue parejo, sin precios exorbitantes, salvo los dos primeros que eran animales más preparados, ni precios muy bajos. La gente pudo comprar a precios razonables toros buenísimos y para nosotros es una satisfacción muy grande”, comentó.
En tanto, Bordaberry hizo referencia a que las cabañas, como todas los emprendimientos agropecuarios, por lo general, son empresas familiares. “Particularmente la cabaña porque tiene que tener la perspectiva en el tiempo necesaria para el desarrollo de la actividad de selección. Por eso, que hayan venido todos mis hermanos, mi madre, mis hijos, mis sobrinos y mis sobrinos-nietos a participar de esto nos da la perspectiva para poder seguir trabajando y es un respeto muy grande para toda la gente que estuvo antes que nosotros. Eso, para nosotros, es muy valioso”, sostuvo.
“Fue un remate excepcional realmente”, señaló a El Observador Gerardo Zambrano.
Su afirmación se debe a varios motivos. Entre ellos enumeró el “trabajo fantástico” que realiza una familia que “realmente cree en lo que hace”.
“Ha quedado demostrado que el tipo de selección que se hace para los rodeos generales. Ese objetivo quedó demostrado totalmente”, dijo.
El rematador también hizo referencia a que es una familia que no solo trabaja en el campo, sino que lo hace en base a sus clientes. “Eso, sumado a la mercadería de primera línea hace un combo que termina en estos resultados”, afirmó.
Las ventas fueron totales, ágiles y a valores que superaron las expectativas de todos los presentes.
“No hay ninguna duda de que se vendían 20 toros más sin ningún problema. No quedaron algunos sin comprar, quedó mucha gente sin hacerlo”, aseguró.
Eso se vio reflejado en que los últimos lotes se vendían a más de US$ 300 la cuota (eran 12).
El mercado hizo justicia con la calidad y el nivel de los productos presentados. “Al punto que cuando los toros se iban terminando, los precios iban subiendo”, indicó.
Por todo esto, Zambrano afirmó que el 60º remate de El Baqueano fue una “fiesta total”.
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