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El británico Peter Hebblethawaite fue elegido como “el peor empleador del mundo”

Desplazó al segundo lugar a Jeff Bezos, en una votación de la que participaron delegados de 300 centrales de 130 países durante el congreso de la Confederación Sindical Internacional
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24 de noviembre de 2022 a las 07:56

Peter Hebblethwaite, director general de P&O Ferries, la compañía operadora de ferris más grande de Gran Bretaña, desplazó a Jeff Bezos, el presidente ejecutivo de Amazon, como “el peor empleador del mundo”, tras la votación realizada en el marco de la asamblea de la Confederación Sindical Internacional (CSI) que se celebró en la ciudad australiana de Melbourne.

Hebblethwaite superó a Bezos y dejó atrás a otros cuatro finalistas: Alan Joyce, director general de la compañía aérea Qantas; Ahmed bin Saeed Al Maktoum, director general de Emirates Airline & Group; Howard Schultz, director general de Starbucks; y Gina Rinehart, presidenta ejecutiva de Hancock Prospecting, una minera y agrícola líder en Australia.

El congreso de la CSI, que terminó sus sesiones designando como presidente al actual secretario General de la Confederación Europea de Sindicatos, Luca Visentini, basó su decisión teniendo en cuenta factores como la explotación laboral, el pago de salarios bajos, la negación del derecho de afiliación, el rechazo a las negociaciones colectivas y la cantidad de despidos.

El congreso de la CSI reúne cada cuatro años a más de 300 centrales sindicales nacionales para establecer un programa sindical global. Más de 1.000 sindicalistas, en representación de cerca de 200 millones de trabajadores procedentes de 130 países, enfatizaron que los finalistas “se aprovecharon de la pandemia y de la crisis del costo de vida para obtener todavía más beneficios, en lugar de asumir su responsabilidad respecto a los trabajadores y trabajadoras que dependen de sus negocios”.

La secretaria general saliente de la CSI, Sharan Burrow, declaró que “la pandemia mostró el mayor acto de solidaridad humana que el mundo haya visto jamás, cuando trabajadores y trabajadoras mantuvieron el mundo en marcha” y, al mismo tiempo, “los peores actos de codicia corporativa, con directores ejecutivos sin escrúpulos sacando provecho de la pandemia, rompiendo contratos con sus empleados y exponiendo así el déficit en la regulación de las empresas”.

Burrow recordó que las diez personas más ricas del mundo duplicaron sus fortunas durante la pandemia y detalló que las diez mayores corporaciones declararon beneficios combinados por unos US$ 360.000 millones en 2021. “Los trabajadores y sus sindicatos están reclamando un nuevo contrato social entre gobiernos, trabajadores y empresas que garantice empleo, salarios, derechos, igualdad, inclusión y protección social”, afirmó Burrow.

La sindicalista cerró su intervención llamando a los trabajadores del mundo a “liberarse de los malos jefes”,  ponerle freno a “los predadores corporativos” y reclamando a la Organización Internacional del Trabajo (OIT) que adopte un nuevo convenio mundial para “abordar las lagunas normativas” y “establecer un marco legal que regule a las cadenas mundiales de suministros”.

Con relación Hebblethwaite, el secretario General de la Federación Internacional del Transporte, Stephen Cotton, explicó que el dueño de la compañía de ferris, que entre otros trayectos cubre Dover-Calais, se convirtió “en el jefe más odiado de Gran Bretaña” cuando despidió ilegalmente a 786 miembros de las tripulaciones mediante un mensaje pregrabado en la plataforma Zoom.

“Esta elección envía un claro mensaje a todos los patrones: si no respetan los derechos de sus trabajadores, proporcionándoles empleos decentes, condiciones de trabajo seguras, respeto y dignidad, el movimiento sindical estará atento para pedirles que rindan cuentas”, dijo Cotton.

“Lo haremos por medio de la legislación nacional e internacional, utilizando el poder de los representantes de los trabajadores en los fondos de pensiones para que se respeten los derechos humanos y laborales, y organizando a los trabajadores y trabajadoras para reclamar un cambio”, agregó.

Hebblethwaite, luego de ser votado en mayo pasado como el peor empleador de Europa por el Congreso de la Federación Europea de Trabajadores del Transporte, no pudo participar en una mesa redonda durante un evento de industriales organizado por la Unión Europea a instancias de una carta del presidente del Comité de Transportes e Infraestructura de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, el demócrata Peter De Fazio, quien pidió que fuese retirado de la lista de panelistas.

El mensaje pregrabado anunciando los despidos vulnera la legislación más básica al no respetar la notificación previa y por escrito que prevén las leyes de casi todos los países del mundo, requisito que Hebblethwaite admitió descaradamente ante el Parlamento británico haber incumplido, llegando incluso a declarar que volvería a hacerlo.

Burrow enfatizó los enormes desafíos que tienen los sindicatos por delante: “El aumento de los países en crisis, junto con la caída de la confianza en la democracia, suponen un grave peligro”. Según la encuesta mundial de la CSI de este año, los trabajadores confiarían más en sus gobiernos si estos tomaran medidas para mejorar sus condiciones de vida. “Por ejemplo, el 60 % de los trabajadores indica que crecería su confianza si se incrementara el salario mínimo y el compromiso con el trabajo decente”, puntualizo la sindicalista.

 “Dos años después de la pandemia, los trabajadores se enfrentan a una crisis de empleo, de ingresos y de costo de vida. El salario del 42 % de la población mundial está por debajo de la línea de pobreza, mientras que el 10 % de los más ricos aglutina el 76 % de la riqueza. A nivel mundial, la riqueza se multiplicó por tres. Sin embargo, solo con el 0,25 % del PIB mundial se podría cubrir la protección social a nivel mundial”, detalla uno de los informes presentados en el congreso del CSI.

En ese contexto, Hebblethwaite saltó a la portada de los medios británicos en marzo pasado cuando concretó los 786 despidos, sobre una plantilla laboral de 3.000 empleados, y contrató guardias privados de seguridad para obligar a los trabajadores a embarcar, según denunció el diario Daily Mail. Apenas dos meses después, DP World, con sede en Dubai y controlante de P&O Ferries, anunció ganancias récord, mientras pagaba a los nuevos empleados £5,50 por hora, suma por debajo del salario mínimo nacional del Reino Unido, fijado hacia principios de este año en £8,91.

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