Gabriel Boric, presidente de Chile

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El Congreso rechazó el proyecto tributario de Boric y pone en riesgo la reforma de las jubilaciones

Buscaba recaudar unos US$ 10.000 millones en cuatro años para volcarlos a financiar la nueva jubilación universal garantizada y planes sociales
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09 de marzo de 2023 a las 11:03

La Cámara de Diputados de Chile dio un fuerte golpe político al gobierno de centroizquierda de Gabriel Boric al rechazar tratar el proyecto de reforma tributaria, una de sus principales promesas de campaña.

La negativa rotunda a siquiera considerar el proyecto demora por un año que la cámara baja lo vuelva a tratar. Pero lo que es más grave: privará al gobierno de los fondos que pensaba recaudar para financiar la reforma jubilatoria instituyendo una pensión universal garantizada, otra de las grandes demandas sociales ahora en peligro.

Los partidos de derecha y centroderecha parlamentaria habían adelantado que votaría en contra del proyecto desde el paso inicial, que aprobar el tratamiento de la iniciativa.

Del mínimo requerido de 74 votos para comenzar a tratar el proyecto, la coalición que respalda a Boric obtuvo 73 votos, con 71 rechazos y 3 abstenciones.

Este fracaso parlamentario privará al gobierno del 3,6% del PIB que pensaba recaudar en cuatro años para financiar sus planes sociales y en primer lugar la reforma del sistema previsional, cuyo costo estimado es de unos US$ 10.000 millones.

El ministro de Hacienda, Mario Marcel, fue la primera voz oficialistas en lamentar la votación y sus consecuencias.  “Se rechazó la idea de que exista una reforma tributaria, que los recursos que generase esa reforma tributaria fueran a financiar el aumento de la Pensión Garantizada Universal (PGU), la reducción de las listas de los hospitales, el aumento de recursos para la salud primaria, que se creara o desarrollara un sistema de cuidados. Junto con eso, se rechazó cada uno de los componentes del proyecto”, dijo.

Una alternativa es que el proyecto reingrese por el Senado, pero en la cámara alta el gobierno tampoco tiene mayoría, lo que lo condenaría a una nueva derrota.

La titular de la Secretaría General de la Presidencia, la ministra Ana Lya Uriarte, que lleva las relaciones con el Congreso, aseguró que “con la convicción de la necesidad de mayor justicia tributaria”, el gobierno seguirá evaluando los distintos caminos legislativos.

En los últimos días la oposición de derecha había endurecido su negativa al proyecto oficialista, anticipando que la rechazaría en bloque sin siquiera debatirla punto a punto.

El expresidente Sebastián Piñera criticó el fin de semana el proyecto de ley al sostener que “pretender aumentar en esa magnitud los impuestos, en medio de una economía estancada, con una crisis de crecimiento, que no es capaz de crear empleos, es un error”. Según el exmandatario, tanto el proyecto de reforma tributaria como el de pensiones tienen errores “garrafales”.

Los ministerios   y la Secretaría General de la Presidencia parecían en cambio confiados en que al menos se superaría el primer trámite legislativo.

Para ello contaban con el voto favorable de los bloques de centroderecha como el Partido Ecologista Verde (PEV), la Democracia Cristiana (DC) y del Partido de la Gente, que finalmente se opusieron.

“Es una mala noticia para quienes han querido o declaran querer constituir un nuevo centro político, porque han quedo subsumidos en la votación de la derecha política”, sostuvo el ministro Marcel, uno de los derrotados en esta pulseada.

Para el diputado Diego Ibáñez, de Convergencia Social, una de las formaciones que conforman el Frente Amplio de Boric, “hoy tenemos un problema: ¿cómo vamos a financiar los derechos sociales que exige la ciudadanía?”.

Los objetivos de la reforma son aumentar tanto la recaudación como progresividad a través de un nuevo pacto fiscal. El proyecto se estructura en cuatro grandes áreas: medidas contra la evasión y la elusión; modernización de procedimientos tributarios; modificaciones en bases o tasas impositivas —impuesto a altos patrimonios—; y beneficios e incentivos para los contribuyentes.

Durante los ocho meses de negociación, el impuesto al patrimonio fue uno de los puntos que causó mayor rechazo en la oposición y el sector empresarial. La reforma establece un impuesto a los patrimonios que superen los 6.000 UTA (4,9 millones de dólares) para los residentes o domiciliados en Chile.

Sus detractores argumentaron que esta modificación, popularmente llamada el impuesto a los súper ricos, afectará la inversión y el ahorro.

Originalmente, el proyecto pretendía recaudar 4,1% del PIB, pero tras meses de negociación en el Congreso y la inclusión de las cerca de 90 indicaciones propuestas por los parlamentarios, se redujo a 3,6%.

Estaba previsto que, de aprobarse, la recaudación para 2023 fuera del 0,6% del PIB, para 2023 un 1,4%, y 2,7% para el tercer año de gobierno. Según Marcel, la disminución en la recaudación se compensaría con las medidas que contempla el proyecto para alcanzar una mayor inversión, menor gasto en intereses y mayor crecimiento.

La dura derrota que ha sufrido la reforma tributaria de Boric se produce solo unos días antes de que Boric cumpla su primer año de gobierno, este 11 de marzo.

 Muchos creen que el revés impulsará cambios en el gabinete en los próximos días.

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