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El consumo crece, pero está lejos de un boom

El deterioro del mercado laboral lleva a las familias a ser cautas a la hora de asumir más riesgos a futuro
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14 de enero de 2018 a las 05:00
Uno de los datos positivos que deja el desempeño de la economía uruguaya en 2017 fue el rebote del consumo privado como motor para el dinamismo de la actividad. Sin embargo, dentro esos números globales hay realidades bien disímiles que hacen ir "despacito por las piedras" como reza el dicho.

Los consumidores mantienen un sesgo más pesimista que optimista tanto sobre el desempeño de su economía personal como la del país, y las perspectivas para tomar mayor endeudamiento para el consumo futuro tienden a ser conservadoras

Ello pese a que hay datos que parecen contradecir esa conducta como un expansión de 20% en la ventas de autos y utilitarios 0 km en 2017 que puso fin a una racha negativa de tres años. En ese sector se tuvo como aliado un dólar desinflado que el año pasado bajó 2% frente al cierre de 2016.

En la misma línea, el 2017 no fue un mal año para el poder adquisitivo de los trabajadores uruguayos; la inflación se moderó sensiblemente el último año y cerró el 2017 en 6,55%, por primera vez dentro del rango meta de 3% a 7% definido por el Banco Central. Y como los salarios registraron a lo largo del año incrementos nominales superiores, el poder de compra de los asalariados cerró el año con una mejora de casi 3 puntos porcentuales por encima de la inflación, según la encuesta de Expectativas Económicas de El Observador.

¿Por qué entonces sigue predominando una visión de cautela de los consumidores que impide otro boom del consumo como ocurrió hace poco tiempo?

El mercado laboral continúa dando señales de alerta ante las dificultades para la creación de nuevos puestos de trabajo. De hecho, el ministro de Economía, Danilo Astori, declaró este jueves al semanario Búsqueda que la pérdida de empleo está siendo "un problema importante de la economía uruguaya", más allá del énfasis que las autoridades del equipo económico tienen para reducir el rojo de las cuentas públicas como objetivo macroeconómico.

El jerarca reconoció que existe una "insuficiencia" para crear puestos además de "desafíos" en la formación en nuevas actividades. Todo hace prever que los lineamientos salariales del Poder Ejecutivo para la última gran ronda de negociación salarial del gobierno –que se iniciara este semestre– tendrá como eje la preservación del empleo sobre una suba real de los ingresos de los trabajadores.

El economista Germán Deagosto de la consultora CPA Ferrere recordó que desde 2016 la economía ha evidenciado un "importante repunte", y aunque este fenómeno perdió empuje durante la segunda mitad del 2017, Uruguay "volvería a crecer por encima de 3% en el corto plazo".

"La región continuará prolongando el escenario de recuperación asimétrica. Esto limitará la recuperación del mercado laboral y por esa vía la mejora de la percepción y de las expectativas", dijo Deagosto.

Sin embargo, "este proceso es muy asimétrico en términos sectoriales y encierra varias fragilidades, principalmente en materia de inversión y de empleo". Así, los sectores que están apuntalando la economía son muy pocos, y además tienen escaso impacto en materia de empleo (transporte, almacenamiento y comunicaciones).

A juicio de Deagosto, el deterioro de los indicadores del mercado laboral "es bastante generalizado", y de hecho, la retracción de la oferta laboral ha operado como amortiguador del desempleo. En los últimos tres años, la economía uruguaya perdió unos 30 mil puestos de trabajo. La tasa de ocupación en los 12 meses a octubre quedó en 57,9%, su menor nivel desde enero de 2009.

"Si además ajustamos el análisis del desempleo para contemplar también a los trabajadores desalentados y a los subempleados, el indicador empeora y se ubica en torno al 16% de la población económicamente activa, un fenómeno que se viene agravando en los últimos meses", advirtió Deagosto a El Observador.

A juicio del experto, ese deterioro es el que contribuye a explicar "el divorcio que hay hoy entre la mejora que se observa a nivel macroeconómico (con un crecimiento que se acelera y con mejoras en varios frentes, como el inflacionario) y la percepción de los consumidores".

Expansión a medias

La economía uruguaya creció 2,2% en el tercer trimestre del año respecto a igual período del año pasado, según los últimos datos que divulgó el Banco Central. Más allá del comportamiento del a actividad en su conjunto, las realidades son muy distintas entre los diferentes sectores.

Mientras que el comercio y la logística se expanden, el agro, la industria y la construcción siguieron en caída. Entre los que crecen, el comercio es el sector más relevante para la economía, con un incremento de 8,8%. En tanto, los servicios logísticos se expandieron 8,9%.

Consumidor pesimista

Sin embargo, esa mejora de los indicadores macro siguen sin derramar sobre la confianza de los consumidores uruguayos, que tienden a expresar una percepción más pesimista que optimista sobre el presente y el futuro.

En noviembre –último dato disponible– el Índice de Confianza del Consumidor (ICC) bajó 3,3 puntos revirtiendo la recuperación del mes previo y permaneció en zona de "moderado pesimismo" con un valor de 46,5 puntos.

La contracción registrada respondió a una caída simultánea de los tres subíndices que conforman el ICC: situación económica personal (-2%), situación económica del país (-3%) y predisposición a la compra de bienes durables, siendo este el de mayor contracción (-18,6%), según el informe que divulgó la Cátedra Sura de Confianza Económica de la Universidad Católica, encargada de elaborar el índice junto con Equipos Consultores.

El director de economía de Equipos Consultores, Alejandro Cavallo, sostiene que el nivel de confianza "está consolidado" en la parte alta del moderado pesimismo prácticamente sin cambios respecto a la evolución que ha mostrado en los últimos 18 meses.

Además, en líneas generales, los consumidores uruguayos expresan que tienen cada vez menos capacidad de ahorro. Deagosto añadió que algo similar sucede con el mercado de crédito al consumo, "que tampoco acompaña la reactivación reciente del PIB y termina el 2017 desacelerándose".

En tanto, según el Indicador Adelantado de la Actividad Comercial (Lidcom) –que procesa la Cámara de Comercio y Servicios–, las proyecciones para el último trimestre de 2017 y los primeros trimestres del 2018 "determinan que si bien el escenario de crecimiento del sector comercial se mantendrá, este será de menor magnitud. Se confirma lo establecido en el informe anterior, respecto a que las tasas de crecimiento ya alcanzaron sus máximos, convergiendo ahora hacia valores más moderados", anticipa.

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