Opinión > Hecho de la Semana: epidemia de coronavirus

El coronavirus, el pánico y la reacción en cadena en la economía mundial

Inversores huyen de las acciones, sube el dólar y se desploman las exportaciones uruguayas a China
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28 de febrero de 2020 a las 13:50

La epidemia de coronavirus, una neumonía viral gestada en el centro de China, se desparrama por un mundo de fronteras más abiertas que nunca. La ruta del contagio es la ruta del comercio y del turismo, dos actividades cruciales que también difunden pánico.

A pesar de que la tasa de contagio disminuye en China, la lucha por contenerlo dentro de fronteras se perdió. El coronavirus se desparramó por el mundo a partir de la ciudad de Wuhan, provincia de Hubei, en medio de cierta histeria colectiva. Así que efectivamente China hace temblar al mundo, como tantos pronosticaron durante siglos, pero esta vez de un modo inesperado. 

Desde que brotó la epidemia, hace menos de tres meses, hasta el jueves 27, se contaminaron unas 85.000 personas y murieron más de 2.800, en China y otros 50 países o territorios (aunque las cifras pueden ser mucho mayores a las declaradas).

Ya no se trata de si el coronavirus llegará a América, a Uruguay o a donde sea; sino cuándo ocurrirá, y cuántas personas serán afectadas.

En Extremo Oriente, Italia, Irán y otras regiones proliferan las ciudades fantasmas, sin transporte público y con sus pobladores encerrados en casa. Se anulan eventos y espectáculos deportivos en todas partes, los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 —en los que se han gastado US$ 25.000 millones— están bajo la lupa, y algunos países controlan el ingreso de personas según su procedencia. Arabia Saudita cerró el ingreso de peregrinos rumbo a La Meca. Europa aún preconiza una política de fronteras internas abiertas, pero habrá que ver cuánto dura.

Italia fue la cabeza de puente para que el virus llegara a Europa, donde se propaga con gran rapidez. Y el miércoles se confirmó el primer caso en América Latina: un brasileño de San Pablo que había viajado al norte de Italia. 

La bolsa de San Pablo, que mide el humor de los empresarios y financistas brasileños, cayó ese mismo día un exorbitante 7,38%, en su apertura tras los feriados de Carnaval, y el real completó más de 10% de devaluación ante el dólar en menos de dos meses. 

Brasil es solo un reflejo de lo que acontece en todo el mundo. 

De hecho, en las últimas décadas buena parte del comercio mundial y de las finanzas se han acomodado en torno a China, el gigante industrial que todo lo consume. Muchas multinacionales tienen fábricas en un país que representa casi el 20% de la población y el 16% del producto bruto del mundo.

China tomó medidas sanitarias de una radicalidad escalofriante, incluido el aislamiento de decenas de millones de personas y el cierre de fábricas y puertos. Entonces su economía se enlenteció. Una menor demanda de materias primas, desde mineral de hierro a petróleo o gas, afecta a los países emergentes y debilita sus monedas, mientras el dólar estadounidense sube. 

El petróleo tiene el peor precio en más de un año, por debajo de US$ 50 el barril. Se reducirá seriamente el ingreso de divisas a países muy dependientes del crudo, como los de la OPEP o Rusia, e incluso latinoamericanos como México, Colombia, Brasil o Ecuador.

También han sufrido los precios del trigo, la soja y el maíz, aunque sus cotizaciones son más volátiles.

Se espera que las cuarentenas en Europa también reduzcan la producción y la demanda de materias primas. Otro tanto debería ocurrir en Estados Unidos. 

Las bolsas de valores de todo el mundo, con epicentro en Wall Street, caen de manera sostenida y fuerte, después de más de una década de bonanza. 

El miedo está provocando grandes pérdidas a los ahorristas. Las personas y empresas se desprenden de bonos de países más bien enclenques, como Grecia, España, Portugal e Italia; y también huyen de las acciones de compañías afectadas: desde aerolíneas hasta Apple, Microsoft o Coca-Cola. Se refugian en activos seguros: oro o ciertos bonos, como los del Tesoro estadounidense, que pagan casi nada (1,2%), o de Alemania, que cobran por tomar dinero (-0,6%).

Parece un típico caso de sobre-reacción por miedo, cuando los riesgos se sobredimensionan. “Los inversores nunca han visto algo así”, comentó un analista de Yahoo! Finance.

Uruguay también está sufriendo.

Las ventas a China se derrumbaron 59% en febrero. Una parte de los contenedores dan vueltas en sus barcos, que no pueden descargar. Las colocaciones de carnes cayeron 65% respecto al último cuatrimestre de 2019, aunque una parte se redireccionó hacia otros destinos. Por un lado, el gobierno chino presionó a la baja el precio de la carne vacuna importada; por otro, cortó el financiamiento a los importadores, por lo que los frigoríficos uruguayos tienen pendiente cobrar US$ 220 millones por embarques de noviembre y diciembre.

Las empresas chinas también están retrasando sus exportaciones, por las fábricas cerradas y la caída de la producción. Uruguay, como muchos otros países, empieza a notar ciertos retrasos en la provisión de artículos electrónicos o materiales de construcción. Y nadie desea viajar para arreglar esos asuntos con los proveedores.

El turismo mundial también está padeciendo. Los pasajes aéreos a ciertas regiones han caído en picada, debido a la baja demanda, en tanto muchas compañías suspenden vuelos a las zonas más afectadas. Peor aún: los chinos, convertidos en grandes viajeros en los últimos años, casi han dejado de salir de casa. El sector turístico de Italia, país que recibe unos 70 millones de visitantes al año, puede sufrir un cataclismo.

En un solo día, el miércoles 26, el valor de las acciones en San Pablo de las aerolíneas Gol y Azul cayó entre 13,3% y 14,3%. El jueves, en la bolsa de Madrid, el grupo AIG, que incluye British Airways, Iberia y Vueling, perdió casi 9%. El derrumbe continuó el viernes.

El mundo baila al son de una nueva gripe. Deberá aprender a vivir con ella, y crear defensas y vacunas antivirales. De todas maneras, estos no son tiempos inermes, como los de la “gripe española” de 1918, que mató más gente que la Primera Guerra Mundial. Ahora mismo están muriendo en el mundo muchísimas más personas por gripe común o accidentes de tránsito que por coronavirus.

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