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El cruce entre Argimón y Andrade, el agradecimiento de Sánchez y qué dice el reglamento del Senado
La interpelación al ministro Luis Alberto Heber en torno al acuerdo entre el Estado y Katoen Natie para la extensión de la concesión de la terminal de contenedores (TCP) ubicada en el puerto de Montevideo fue una de las más extensas que se recuerden en las últimas legislaturas. Duró casi 20 horas y finalizó con respaldo, aunque con "condiciones", a su gestión por parte de la coalición de gobierno.
Uno de sus momentos álgidos se sucedió cuando apenas caía la tarde de este miércoles y pocos adivinaban que quedaba todavía una larga jornada por delante.
El senador frenteamplista Óscar Andrade (PCU) cuestionaba durante su intervención en sala las negociaciones llevadas a cabo por el gobierno con la multinacional de origen belga. "Fue muy mala", dijo Andrade. "Se le dice a una multinacional ´haga de mí lo que quiera, eso es lo que se firmó´".
Andrade se preguntó si para eso "hace falta haber pisado la facultad", como lo hicieron sus correligionarios Daniel Olesker o Mario Bergara, o el nacionalista Sergio Botana, "aunque no parezca".
La referencia irónica al senador blanco motivó la reacción furibunda de la presidenta de la Asamblea General, Beatriz Argimón. "Usted se está refiriendo despectivamente a un senador que, además, no está en sala para defenderse" señaló la vicepresidenta, en referencia a Botana. "Le pido respeto", agregó.
"No vi la misma coherencia cuando acá se nos trató de todo", le contestó Andrade. "Lo tengo todo anotado", prosiguió.
La respuesta molestó definitivamente a Argimón, que comenzó a increparlo a los gritos desde la Presidencia del Senado. ¿"Usted quiere que le diga los epítetos y la falta de respeto que, desde el miembro interpelante (Charles Carrera) y todos ustedes hacia el interpelado? Le digo", indicó.
Allí, la vicepresidenta apeló a una libreta que tenía sobre su mesa. "Secretismo, falta de transparencia, contradicción, inmoralidad.... todo eso" le fue enumerando, para terminar golpeando la libreta para increpar a Andrade. "Así que cállese la boca y prosiga con respeto", afirmó.
La intervención de Argimón generó a su vez la reacción de toda la bancada frenteamplista, que la acusó de haber violado lo previsto en el reglamento del Senado para estos casos.
"Le digo pacíficamente, señora presidenta, que si usted quiere hacer una intervención de estas características tiene que bajar a sala y decirlo acá. No puede hacerlo desde la Presidencia", le dijo Enrique Rubio. Liliam Kechichian la acusó directamente de "falta de equilibrio" a la hora de dirigir la sesión y de referirse a los legisladores de la oposición de manera "despectiva".
En diálogo con El Observador, Argimón aseguró que cumplió con el reglamento. En sala, había afirmado además que lo que hizo fue una "aclaración". En ese marco, sostuvo que si el Frente Amplio quería hacer un cuestionamiento a su actuación, debería haber planteado la correspondiente votación.
Lo cierto es que el reglamento del Senado le prohíbe al presidente de la Cámara discutir o abrir opinión sobre el asunto que se esté deliberando, salvo para fundamentar su voto. También marca que cuando quiera tomar parte en alguna discusión, deberá dejar su puesto y asumir una banca.
Desde la Presidencia, solo podrá hacer uso de la palabra cuando se trate de alguna duda sobre la aplicación del reglamento. En caso de "desorden" con los senadores, el presidente deberá suspender la sesión hasta finalizado el incidente. Algo que Argimón evitó hacer.
En el Frente Amplio se insistió en señalar que Argimón no actuó de la misma forma con los senadores de su propia bancada. Kechichian se refirió a un breve episodio en el que el nacionalista Sebastián Da Silva se habría referido en forma despectiva al frenteamplista Mario Bergara, que no estaba presente.
"No tenemos los mismos criterios", le respondió la vicepresidenta. Desde la Secretaría de la Cámara se aclaró a El Observador que, efectivamente, el titular puede aplicar su criterio a la hora de evaluar si en algún aspecto se está incumpliendo el reglamento.
Desde la bancada frenteamplista también se listó una serie de "epítetos" por parte del oficialismo que Argimón dejó pasar. Por ejemplo, el de la nacionalista Graciela Bianchi, que dijo que Andrade "no tenía perfil de legislador". O de Botana, que definió al senador comunista como un "obrero de manos suaves".
Avanzada la sesión, Argimón intentó acceder a una "cuestión de orden" planteada por la senadora Bianchi mientras exponía el frentista Alejandro Sánchez, que hacía referencia a la "entrega" que significa para el país el acuerdo con Katoen Natie.
La presidenta intentó interrumpir a Sánchez. "Mientras yo esté en uso de la palabra, no puede concederle nada a nadie" le aclaró el legislador, amparándose en el reglamento. "Las cuestiones de orden pueden hacerse un vez que finalice el orador en el uso de la palabra", dijo.
Desde el otro lado de la sala, Bianchi gritaba y Argimón terminó avalando la postura de Sánchez. "Muchas gracias señora de presidenta por hacer cumplir el reglamento", le respondió el senador frenteamplista. "Es bueno leerlo", acotó.
