El desafío de Uruguay para que padres de bajos ingresos no definan la suerte de sus hijos

La investigación compara los ingresos de los hijos y su relación con el nivel de ingresos de los padres, sobre una base de datos original construida a partir de registros administrativos del BPS y de la DGI, de ingresos formales y aportes entre 2009 y 2016.

El estudio arroja que la movilidad en Uruguay es más baja en los extremos de la distribución del ingreso; esto es, en los de mayores y menores ingresos de la escala; en especial en los primeros mencionados.

“Es probable tener una posición de altos ingresos si se proviene de una familia de altos ingresos”, simplificó Leites en la presentación de la publicación. 

En las familias de bajos ingresos también es bastante fuerte la persistencia del indicador entre las dos generaciones, lo que significa que los hijos suelen mantenerse en un nivel de ingresos similar al de sus padres, sin subas en la distribución.

Además, los hijos que tienen padres con un vínculo menos estable con el mercado formal, presentan mayores posibilidades de repetir este patrón, y su participación en el mercado formal es más intermitente.

Esto muestra que se ha sobreestimado la movilidad que tienen las familias ubicadas en ese estrato, en tanto el estudio muestra que no es fácil el acceso al segmento de altos ingresos entre los hijos con padres ubicados fuera de ese estrato. 

Comparativamente, la mayor movilidad de las familias se da un poco más en los estratos medios y medios bajos de la distribución del ingreso (tanto hacia arriba o hacia abajo en la distribución), aunque los saltos -o caídas- observados en las posiciones representan cambios relativamente pequeños en términos de ingreso absoluto.

En total, el nivel promedio de persistencia intergeneracional es elevada. Esto significa que las chances futuras de los hijos están condicionadas por el ingreso de sus padres, y la intensidad de esta relación depende fuertemente del lugar que ellos ocupen en la distribución del ingreso. 

Esos indicadores de Uruguay son similares a los que se registran en EEUU y en los países nórdicos. En América Latina no hay estudios comparativos de este tipo, dado que la informalidad es grande y la metodología de esta investigación se basa en registros administrativos de sueldos e impuestos.

Políticas públicas

“Es deseable que el éxito material de una generación no dependa de lo que hizo -o no- su ascendencia”, comentó Vilá.

En tal sentido, los datos sobre la movilidad social son un insumo clave en el diseño de políticas públicas. Por ejemplo, ¿son las restricciones de acceso a la educación las que explican la persistencia en los ingresos entre generaciones?, ¿o la presencia o ausencia de activos?, ¿o el acceso a mercados?

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Existen lo que se llaman “trampas a la movilidad” que pueden ser abordados desde políticas públicas, con el fin de promover el derribamiento de barreras específicas, romper patrones que perpetúan la pobreza.

Según el PNUD, en Uruguay, donde los indicadores de pobreza están bastante controlados, los nuevos desafíos -como el de la movilidad social- adquieren mayor relevancia.

En ese contexto, se redimensiona la importancia de los temas redistributivos, un debate que, según los investigadores, debería involucrar una revisión del impuesto a la herencia y las transmisiones intervivos, el rediseño del Impuesto al Patrimonio, una estructura de impuestos más progresivos a los ingresos personales e ingresos mínimos asegurados que combine un sistema de salarios mínimos y subsidios a la primera infancia, entre otras temas a estudiar.