“¡Vamo' arriba las mujeres!”, gritan desde un auto que va a paso de peatón por la Avenida de las Leyes. Son las 11:24 de la mañana del martes 11 de diciembre y mujeres de todos los partidos llegan de a poco a la escalinata del Palacio Legislativo.
Detrás de ellas, un cartel reza “#Candidatas”. Una señora vocifera indicaciones a través de un megáfono: pide que se queden quietas, que la gente de los costados se corra, que no hablen entre ellas, que hay que esperar a que la senadora Lucía Topolansky llegue.
La invitación anuncia que, sobre las 11:30, un fotógrafo inmortalizará por primera vez a gran parte de las mujeres involucradas en política del país, entre otras cosas para promover la participación de las más chicas.
El cielo grisáceo se tiñe de violeta y naranja con los primeros rayos que anuncian la tormenta que en minutos se desatará. Desde ediles departamentales hasta la ministra de Educación y Cultura, María Julia Muñoz, piden que se apuren.
Un auto espera encendido en la rampa por Carolina Cosse, la ministra y precandidata frenteamplista a la presidencia que, en primera fila, en el costado derecho y sin casi mediar palabra, se roba las miradas de reojo de sus pares y de la prensa.
Verónica Alonso, senadora y precandidata por el Partido Nacional, le disputa la atención cuando corriendo y de tacos se suma al encuadre. Topolansky aparece minutos después y se coloca a pocas cabezas de distancia, pero se pierde entre tantas mujeres.
La asistente de cámara lo advierte: Lucía no se ve. Y como Lucía no se ve, la voz en el megáfono ordena que bajen todas un escalón. El fotógrafo grita entonces “uno, dos, tres” y dispara.
Selfies, aplausos y más selfies. Las filas se desarman, la mayoría vuelven a sus actividades y otras se agrupan con las compañeras de partido. Allí, en pequeñas rondas, hablan de cómo acaban de hacer "historia" y del mensaje que están dando a la ciudadanía .
Cuando las primeras gotas caen, Alonso se refugia en el Palacio Legislativo. Cosse baja los escalones restantes y se mete en el asiento de atrás del coche azul, que enseguida arranca.
Antes de esto asegura a El Observador que si llegara a ser presidenta, el suyo sería un “gobierno de paridad” en el que “nadie es más o menos por ser hombre o mujer”.
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