El estado mexicano de Nuevo León está en emergencia hídrica por la falta de agua

También se observan largas colas de gente esperando para comprar agua.

Si bien el agua ha sido escasa desde hace décadas en esa región del país, en los últimos años se ha agudizado el problema. El sistema estatal de distribución necesita 15 mil litros de agua por segundo para cubrir las necesidades de la población, pero actualmente dispone sólo de 12 mil litros.

A principios de este año las alarmas se encendieron cuando las aguas de dos represas proveedoras de agua de la región registraron niveles peligrosamente bajos, lo que llevó a que en febrero se declarara el estado de emergencia.

En principio, la situación es atribuida a la falta de lluvias, pero no pocos especialistas coinciden en afirmar que la situación también se origina en el mal manejo del gobierno  en cuanto a las previsiones y medidas que deben tomarse en el marco del cambio climático, como la conservación de los bosques, que actúan como reserva natural.

Por la sequía, la evaporación es más intensa que otros años, pero también por las actividades socioeconómicas que demandan cada vez más agua, alerta Christian Domínguez, profesor en el instituto de la Atmósfera y el Cambio climático de la universidad autónoma de México.

El estado de Nuevo León, ubicado en una zona desértica semiárida del país y donde más se comienza a sentir la falta de agua viene recibiendo una cantidad de lluvias que declina cada año y sus consecuencias no parecen haber sido previstas por las autoridades.

En los alrededores de Monterrey, la capital del estado, se ha producido una notable deforestación y degradación de los recursos vegetales, especialmente en las 177.900 hectáreas del parque nacional Cumbres que captura y filtra la mitad del agua consumida en el área.

“Seguimos eliminando bosques”, dice Rosario Álvarez Gutiérrez, directora de la ONG ambiental Pronatura Noreste. Y continúa “estamos perdiendo vegetación y es imposible pensar que nuestras represas y acuíferos estarán en forma si la vegetación que los rodea está en malas condiciones”.

Pese a que la zona ha sido declarada parque nacional protegido, se siguen produciendo incendios forestales, muchas veces causados por acción humana y sigue existiendo la tala ilegal de árboles.

Ya en 1980, el gobernador de Monterrey había predicho que faltaría agua hacia 2020 si la población crecía más de los 3,5 millones de habitantes. La población supera hoy los 5 millones de habitantes, pero podría remediarse la falta de agua si se adoptaran medidas para enfrentar el cambio climático y se protegieran mejor la vegetación y los acuíferos.

La titular de Pronatura Noreste afirma que se han manejado mal los recursos en una zona que ha sufrido siempre la escasez de agua debido a la sobreexplotación de los acuíferos por la actividad humana.

Una medida de corto plazo para ahorrar agua consiste es disminuir el consumo domiciliario mediante cortes programados de varias horas al día, pero el consumo de los hogares es poco relevante frente a los consumos representados por la agricultura industrial y la cría de ganado, de acuerdo con estudios de Pronatura Noreste.

Otro camino posible para reducir el consumo del agua en las granjas sería mediante la regulación del riego, aunque no se sabe muy bien el volumen real del agua malgastada debido a la antigüedad del sistema de provisión de agua.

Se ha intentado dispersar por medios aéreos ioduro de plata a gran altura para inducir las lluvias o transportar agua del vecino estado de Tamaulipas, pero los especialistas en medio ambiente dudan de que sean las medidas adecuadas para resolver a largo plazo la carencia de agua.

Para Álvarez, hay que vivir adecuándose a las posibilidades acuíferas de la cuenca propia y no causarles problemas a los vecinos. “Cada cuenca tiene sus habitantes, sus ciudades y su ganadería y sería posible vivir con el agua de nuestra cuenca si somos más responsables en su uso”, agregó.

En mayo, el gobierno de Nueva León anunció un plan de US$ 1,2 mil millones para el manejo del agua en el estado dirigido a resolver los problemas de demanda en el corto y mediano plazo. Las acciones de corto plazo incluyen tareas de reparación y mantenimiento de conductos y depósitos de agua. Las de mediano plazo incluyen la perforación de pozos y la expansión del sistema estatal de acueductos, como El Cuchillo II que será finalizado a mediados de 2023 a un costo de US$ 497 millones y tendrá capacidad para transportar 5.000 litros por segundo desde la represa El Cuchillo hasta Monterrey.

Otro proyecto en marcha es la construcción de la represa La libertad que una vez finalizada contribuirá con 1.600 litros de agua por segundo.

Se espera que ambas obras garanticen a Nueva León agua suficiente para los próximos diez años, proveyendo a la capital Monterrey con 25 mil litros por segundo.

El aumento esperado en la provisión de agua permitiría combatir la sequía y otros efectos del cambio climático y salir de la crisis actual que, según las palabras de Samuel García, gobernador de Monterrey, “ha sido la peor crisis que el estado haya experimentado”.