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A botellazos y golpes: el festejo clásico de Malvín que terminó en trifulca
Hasta las palomas dudaban si pisar la calle Orinoco entre Michigan y Amazonas este 25 a la tarde, cuando algunos vecinos y el cuidacoches que desde hace 50 años custodia la cuadra, seguían juntando vidrios y decenas de botellas todavía permanecían esparcidas en el asfalto. Lo que comenzó como una celebración en la previa de la Nochebuena el lunes terminó en una trifulca con cánticos futboleros que derivaron en insultos y golpes.
El cuidacoches barría la cuadra casi 24 horas después de los disturbios y no daba abasto con las bolsas para juntar la mugre que quedó como resaca del festejo trunco. La fiesta comenzó sobre las 14 horas al ritmo de música electrónica. Ya sobre la media tarde, se pasó a la cumbia. El baile siguió mientras aparecían los primeros focos de conflicto, protagonizados por grupos de personas que se salían de la muchedumbre para tomarse a golpes de puños en las calles conexas.
El centro de la fiesta –y también de los disturbios– se registró sobre la calle Orinoco a unos 20 metros de la esquina con Amazonas.El bar Michigan ubicado sobre la calle Amazonas no puso la música como otros años y cerró su barra a las 16.30 horas, pero sobre una de las veredas de la calle Orinoco se instaló desde primeras horas de la tarde un set para Djs y parlantes. Algunas de las primeras corridas fueron sobre la calle Amazonas hacia Aconcagua, la paralela a Orinoco y donde estaba el centro de la fiesta.
Pero ya sobre las 18 horas la música se cortó. Pese a eso, cientos de personas permanecieron en el lugar. Entonces comenzaron a entonar canciones vinculadas con equipos de fútbol hasta que en un momento voló un botellazo.
Luego vino otro, otro más, y así siguió en un cruce de envases de vidrio que se veían por lo alto y recorrían una distancia de hasta 20 y 25 metros en ambos sentidos. El toma y daca de proyectiles duró unos minutos, en medio de corridas y un caos generalizado sin presencia policial a la vista.
Según informó el jefe de Policía de Montevideo, Ricardo Pérez, personal uniformado se acercó a la zona a raíz de las denuncias.
Varios vecinos de la zona –que prefirieron mantener sus nombres en reserva– contaron a El Observador que cientos de jóvenes comenzaron a bajarse de ómnibus que tenían como destino el barrio Malvín para sumarse a un festejo que no estaba autorizado por la Intendencia de Montevideo ni por el Municipio E. Para quienes vieron la celebración desde los balcones de sus casas la edad promedio de los jóvenes no superaba los 16 o 17 años y se habían enterado de “La Michigan”, como llamaron a la fiesta callejera, a través de las redes sociales.
Los vecinos de la cuadra apenas podían salir de sus casas. Uno de ellos quiso ir a una panadería en la esquina y debió rodear una manzana entera para poder llegar. Otro vio cómo algunos jóvenes orinaban en el garaje de su casa y empezó a tirarles bombitas de agua para que se corrieran. Tampoco les fue posible hacer las compras navideñas de último momento porque los almacenes estaban al tope de gente.
La falta de habilitación estuvo acompañada de la falta de baños químicos, seguridad o puestos de venta de comida y bebida, cómo sí hubo en fiestas para las que había que pagar una entrada.
Al caos de Orinoco entre Amazonas y Michigan se le sumó una piscina que se instaló en medio de Orinoco pero en la esquina con Estrázulas, que tampoco contaba con autorización.
La concentración de gente dejó basura desperdigada a lo largo de la calle Orinoco. En la tarde del martes, fueron los vecinos quienes empezaron a barrer las puertas de sus casas para sacar los desechos que se acumularon de la noche anterior. Los contenedores desbordaban de bolsas celestes con cajas de vino vacías y botellas de cerveza rotas.
El Municipio E emitió un comunicado en el que rechazó “enfáticamente los incidentes y cualquier tipo de violencia haciendo un llamado a la reflexión y a la convivencia pacífica”. Además de remarcar que “el evento no contó con autorización del Municipio E ni cumplió con los requisitos mínimos necesarios que se exigen para su desarrollo”, señaló que “la Intendencia de Montevideo estaba al tanto que esto podía ocurrir e hizo caso omiso a las advertencias”, que, según el municipio, se hacen todos los años.
“Hemos solicitado apoyo a Inspección General y a la Dirección de Tránsito de la IMM quienes delegan la responsabilidad del Ministerio del Interior”, dice el comunicado, que además señala que se pedirá una investigación de urgencia “para determinar responsabilidades administrativas y políticas si las hubiere”.
En Malvín ya es tradición que la previa de la Nochebuena se celebre en el cruce de Orinoco y Amazonas. Desde hacía dos años, la cantidad de concurrentes venían mermando. Pero este año aumentó y la fiesta terminó en descontrol.
