Álvarez Martínez, siempre rodeado de camisetas rivales

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El mercado de pases, la solución para los males de Peñarol: ¿qué contratos vencen en junio?

Mientras Mauricio Larriera prueba y prueba sin recuperar funcionamiento, Peñarol se jugará a un mercado de pases fuerte para levantar en el segundo semestre del año: hay seis contratos que vencen a mitad de año
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06 de mayo de 2022 a las 05:00

Las chances de avanzar a los octavos de final de la Copa Sudamericana quedaron sensiblemente reducidas y el equipo ya no depende de sí mismo. En el Torneo Apertura quedan cinco fechas y está a seis puntos del líder Deportivo Maldonado. El presente de Peñarol es muy pobre. Para las expectativas trazadas, para el plantel que se conformó -más allá de todas las bajas que hubo- y para el fútbol que pregona el entrenador. 

En la Copa Libertadores, Peñarol perdió sus tres partidos de visitante, un karma con el que arrastra desde fines de la década de 1990, y solo le ganó a Olimpia de loca. Está último y debe ganar los seis puntos que le quedan de local para intentar meterse a octavos o en su defecto pasar a los octavos de final de la Copa Sudamericana. 

Desde 2011 el equipo no supera el grupo en la Libertadores y este año, uno de los objetivos trazados por el área deportiva que comanda Pablo Bengoechea era alcanzar como mínimo esa instancia. El botín, además, es de US$ 1.050.000 por meterse entre los 16 mejores del torneo. 

En lo local, el equipo arrancó ganando la Supercopa Uruguaya en final contra Plaza Colonia, pero todo el Apertura lo miró de abajo. Acumula cuatro victorias, cuatro empates y dos derrotas y el rendimiento futbolístico ha sido de discreto para abajo. Lo único positivo fue haber ganado un clásico ante un Nacional que recién se armaba de la mano de Pablo Repetto que no pudo contar con Alex Castro, suspendido, ni Brian Ocampo, lesionado.

El entrenador ha intentado por todos los medios cambiarle la cara al equipo. Dio vueltas al plantel de arriba para abajo para probar todas las alternativas posibles. Cambió de sistema táctico, rotó jugadores, modificó puestos. Pero no hubo caso. El equipo no le responde, más allá que el DT se adjudica siempre las responsabilidades. 

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Que el equipo se debilitó (se fueron Giovanni González, Gary Kagelmacher, Carlos Rodríguez, Jesús Trindade y Facundo Torres) sensiblemente con respecto al que ganó el Uruguayo pasado, se sabía desde diciembre. 

Pero esta vez el área deportiva no dio en la tecla con los refuerzos. 

Matías Aguirregaray empezó bien pero se fue desinflando. Hernán Menosse, de quien se analizó su notable rendimiento en Deportivo Cali pero no su pobre pasaje por Defensor Sporting, aún no dio la talla. Facundo Bonifazi ha jugado poco y nada. Federico Carrizo llenó el ojo en el debut ante Danubio pero no termina de asumir el protagonismo que el equipo necesita de él. Lucas Viatri llegó como actor de reparto a sumar minutos en momentos puntuales. Bryan Olivera no tiene ni por asomo las mismas características de Torres. En el Fénix de Juan Ramón Carrasco jugó muchos partidos como volante lanzador y gran pegada, pero sin conducción ni rompimientos en el uno contra uno; fue otra contratación poco analizada. Ramón Arias fue por lejos el mejor fichaje y es uno de los pilares del equipo.

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El jugador que se debía sí o sí contratar era José Luis Rodríguez, lo más parecido en el mercado a Gio González. El presidente Ignacio Ruglio adujo razones negociales y económicas para no contratarlo. El jugador terminó en Nacional y rinde a muy buen nivel y Peñarol se quedó sin salida, aceleración y llegada por sorpresa desde el lateral derecho. 

Para colmo de males, Peñarol no estaba preparado para la intempestiva partida de Agustín Canobbio (Athletico Paranaense). El equipo bajó otro cambio, perdió ida y vuelta, intensidad y generación de juego. 

Además, se entregaron mensajes contradictorios en el período de pases. Ruglio mencionó en más de una ocasión que iba a contratar a un golero, algo que nunca ocurrió. También dijo que iba a sumar un volante, pero hubo conformidad con la pretemporada de Rodrigo Saravia (volvió de préstamo de Racing) y no se reforzó la zona. 

Cuando se advirtió que Olivera no era ni por asomo el jugador para suplir a Torres se trajo a mediados de febrero a Carrizo quien recién pudo debutar en la quinta fecha contra Danubio. 

Cuando se fue Canobbio, las opciones que quedaban en el mercado eran muy escasas. El ecuatoriano Juan Cazares apareció como una posibilidad, pero Independiente le ganó la cuereada a Peñarol. 

Se terminan seis contratos

A mitad de año, el 30 de junio, vencen seis contratos en Peñarol. 

El más importante es el de Walter Gargano cuyo vínculo original terminaba el 31 de diciembre del año pasado pero era prorrogable seis meses por objetivos cumplidos. 

Otro es Ezequiel Busquets quien volvió a mediados del año pasado tras jugar en Marbella. 

Además se vencen tres préstamos: el de Edgar Elizalde de Pescara, el de Pablo Ceppelini de Cruz Azul y el de Cristian Olivera de Almería. 

Cristian Olivera, una apuesta fallida

Peñarol se la jugó dos veces por este último. El año pasado -llegó desde Almería tras jugar un gran Apertura 2020 en Rentistas luego de que se frustrara el arribo de Ignacio Laquintana- sufrió "problemas personales" a decir de Ruglio. El club decidió "blindarlo", conforme a lo que dijo el presidente. Se le dio una nueva oportunidad en la pretemporada, jugó ante Fénix y Albion (titular) y después desapareció del mapa. Reaparecieron los problemas y el jugador terminó entrenando en Miramar Misiones. Otra apuesta que salió mal y que, además, ocupó uno de los cinco cupos de jugadores cedidos a préstamo, impidiendo que llegara otro en esa misma condición. 

Carrizo también vence contrato porque firmó por apenas seis meses ya que el momento de llegarse a un acuerdo entre las partes, en febrero, el jugador manifestó que su intención era conseguir un pase a Europa a mitad de año. 

El Canario se negocia

Después de desechar una oferta de Fiorentina por Agustín Álvarez Martínez, Peñarol negocia desde hace semanas la colocación de su centrodelantero a Europa. 

En enero, Fiorentina ofertó € 17 millones dejándole a Peñarol el 20% del pase para una futura transferencia. El aurinegro contraofertó para quedarse con el 30% aceptando un pago de € 12 millones. No hubo acuerdo. Con el tiempo se entendió puertas adentro que fue otro error. 

Ahora Peñarol está dispuesto a negociar el 80% de la ficha y quedarse solo con un 20%. 

Caras nuevas 

En Peñarol se trabaja desde hace semanas en refuerzos de calidad que le permitan al plantel dar un salto de calidad y recuperar la identidad futbolística. 

En tal sentido ya trascendieron los nombres de Facundo Castro, extremo de O'Higgins formado en Defensor Sporting, y el argentino Gabriel Rojas quien jugó en el club en 2019 hasta mediados de 2020 y que quedará libre de San Lorenzo. El otro que se acerca es el volante Giovanni Zarfino, cuyo contrato en Alcorcón vence el 30 de junio. En enero no se quiso pagar la cláusula de rescisión de € 90 mil. 

Si se va el Canario Álvarez se irá por un delantero de área.

Pero también se valorará oportunamente qué competiciones tendrá el equipo para el segundo semestre del año. 

De todas formas, Peñarol apostará fuerte al mercado de mediados de año para reforzarse mejor. 

 

 

 

 

 

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