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Ricky, el mono narco, no se adapta a Villa Dolores y fue trasladado para evaluar su comportamiento
El mono Ricky tiene dos años y desde hace cinco meses está bajo el control y cuidado de la Intendencia de Montevideo (IM), luego de haber sido incautado a un narco en El Cerro. La semana pasada fue recapturado luego de una aventura por los techos en Pocitos, que le duró 48 horas.
Las autoridades de la IM devolvieron el pasado viernes al mono capuchino a su hogar en Villa Dolores, donde comparte la llamada Isla del Lago con otros cuatro ejemplares de su especie. Sin embargo, algunas de sus conductas llevaron a que las autoridades decidieran evaluar su comportamiento, además de su estado físico.
Fuentes de la intendencia informaron a El Observador que Ricky "no se adapta muy bien a Villa Dolores", donde está desde hace algunos meses. Antes estuvo en el zoológico de Parque Lecocq, y antes vivía en una vivienda de El Cerro; en la casa del hermano de Ricardo Damián Cáceres Correa, alias el Ricardito, hermanastro de El Betito Suárez. Es un "mono de rapiña", aseguró uno de los funcionarios municipales que participó en el operativo de rescate el viernes pasado en Pocitos.
Los especialistas que lo revisaron indicaron que, a simple vista, el mono se encuentra bien luego de la reciente travesía, pero concluyeron que es necesario un análisis completo de su estado. Forma parte del protocolo municipal para estos casos. Ricky había sorteado hace una semana la cerca eléctrica de Villa Dolores tras observar que una rama de palmera, cayó sobre el tendido. Eso le generó un puente y así pudo escapar.
Los estudios se realizarán en el hospital veterinario de Parque Lecoq. Pero no todavía, porque se busca que el mono entre en confianza con el nuevo lugar.
Según transmitió una fuente, especialistas han pedido a la IM que dé en adopción a Ricky a ONG's que trabajan con este tipo de animales adaptados al ser humano. Pero desde la comuna indicaron que esperarán por los resultados de los estudios, que demandarán algunas semanas, para luego definir su futuro y el eventual nuevo hogar.
El mono, como otros animales de Villa Dolores, provino del tráfico ilegal de fauna que se decomisa en procedimientos judiciales, de aduana o policiales.
Los animales de Balcedo
El sindicalista y empresario argentino Marcelo Balcedo –en prisión domiciliaria en su vivienda El Gran Chaparral (en Maldonado)– fue condenado por delitos de lavado de activos, contrabando y tráfico de armas. La condena fue alcanzada mediante un proceso abreviado y se extenderá hasta 2024. Su esposa Paola Fiege también cumple la condena en la chacra por asistencia al lavado.
Cuando la policía allanó el 10 de enero de 2018 la propiedad, ubicada en la falda del Cerro del Burro, incautó varios animales que, por entonces, fueron trasladados al bioparque de Durazno y al Parque Lecocq. Hoy en Villa Dolores hay dos guacamayos y un loro hablador que pertenecían a la pareja.
Además de esos animales, Balcedo y Fiege tenían otras especies exóticas, como cinco llamas y dos alpacas, mientras que entre las autóctonas había cinco carpinchos y 14 ñandúes. Si bien se constató su buen estado, la normativa vigente en Uruguay indica que está prohibido la captura y tenencia de animales silvestres o salvajes y de especies protegidas legalmente.
Pero además del mono Ricky y los animales de Balcedo, en Villa Dolores hay otros que fueron decomisados. Uno de ellos es Joch, un tigre, que primero estuvo en el bioparque Durazno y en el 2000 fue trasladado a Villa Dolores luego. Tiene 28 años.
En algunos casos en los zoológicos municipales no se tiene la trazabilidad de los decomisos judiciales porque están bajo secreto de sumario.
Para los animales autóctonos se tramita su liberación en el país, mientras que para las especies exóticas son ingresadas en el Sistema Departamental de Zoológicos, que deriva a hoy a Villa Dolores, Parque Lecocq o Parque Punta Espinillo.
