El Opus Dei sancionó a un numerario por caso de abuso sexual ocurrido en la década de 1980

El prelado del Opus Dei le prohibió al numerario Juan Pablo Bueno, que hoy tiene 81 años, “participar en cualquier actividad formativa de la Prelatura en la que tomen parte menores de 30 años”, lo cesó de todos los cargos de dirección y de las tareas de formación, lo obligó a residir “en casas donde no pueda tener trato con personas jóvenes” y le aconsejó “llevar una vida de oración y penitencia, implorando a Dios la misericordia”. El numerario –miembro laico que vive el celibato– fue uno de los primeros en llegar al Uruguay desde España a los 18 años a estudiar derecho en la Universidad de la República. El Opus Dei empezó a trabajar en Uruguay en 1956.

La víctima hizo la denuncia a fines de 2018, cuando leyó que el papa Francisco quería que los obispos contactaran a las víctimas. Si bien intentó hacerlo a través del teléfono que la Iglesia católica había dispuesto para denuncias de este tipo, no obtuvo respuesta y decidió actuar representada por un abogado amigo que planteó la denuncia ante el arzobispado. En su denuncia informó que fue víctima de manoseos “varias veces” por parte del numerario a principios de la década de 1980 y luego en 1989.

La resolución del prelado de Roma le fue leída a la víctima, que ahora tiene 53 años, por el vicario en Uruguay Carlos González –autoridad local del Opus Dei– en el arzobispado de Montevideo y ante la presencia del cardenal Daniel Sturla, según consignó Búsqueda.

Asimismo, la sanción comprende al sacerdote Enrique Doval porque, pese a que admitió que cuando conoció el suceso de 1989 solicitó que el numerario fuera amonestado y posteriormente, siendo vicario de la Prelatura en Uruguay, indicó que no regresara a Uruguay de modo estable, no acompañó al denunciante “con la debida caridad pastoral”. 

Como parte de la sanción, el numerario y el sacerdote debían pedirle perdón “formal y sinceramente” a la víctima cuando ella lo considerara oportuno y el Opus Dei le ofrecería “acompañamiento pastoral y ayuda profesional”. Bueno, que vive en Argentina, le envió una carta a la víctima que le fue entregada por el vicario en Uruguay.

Debido a que la acción penal prescribió, la víctima no presentó denuncia judicial.

Además, firmó un acuerdo económico con el Opus Dei por el cual se le pagaron US$ 12 mil en dos cuotas para que financie un tratamiento por dos años. Si pasado ese plazo se entendiera que sigue necesitando tratarse, el costo será facturado al Opus Dei.

La Prelatura publicó este jueves un comunicado en su página web de Uruguay: “Lamentamos profundamente el sufrimiento que se ha causado” a la víctima y se pone a “disposición de contribuir (...) a la sanación del afectado”. 

“Especialmente, pedimos perdón por la incapacidad que tuvimos en su momento para comprender la gravedad de los hechos y poder ayudarlo en un camino de sanación, así como para tomar las medidas correspondientes”, afirma.

“A la luz de la experiencia aprendida en la Iglesia en los últimos años y las orientaciones promovidas por el Papa Francisco, hoy actuaríamos de otro modo. Por medio de este comunicado, renovamos nuestro compromiso con la verdad, la prioridad de la atención de las víctimas, la transparencia, la responsabilidad en la reparación y la promoción de un ambiente seguro para niños, niñas y adolescentes”, agrega.